Recordamos a la siempre vigente película, dueña de reconocimiento y hechos oscuros, ícono de un género que parece encontrar cada vez menos referentes que alcancen ese nivel de excelencia.
Este jueves 15 de agosto se cumplen 45 años del estreno de El Exorcista en los cines argentinos. Los más veteranos recordarán con placer cuando pudieron disfrutarla en el cine, siempre que fueran mayores de edad, y otros aún sentimos el trauma que nos generó cuando nuestros padres nos la hicieron ver por primera vez a través de un televisor conectado a un reproductor de VHS.
Independientemente de que para todos Regan seguramente fue dueña de muchas pesadillas, a años de su estreno y sin dejar el miedo que provoca, solo podemos hablar de esta película como una obra maestra del género de terror. Un género que ha sido testigo de incontables imitaciones o producciones que se inspiraron en esta historia, una que ahora repasaremos tanto desde su lado cinematográfico como desde el impacto y los extraños hechos que la rodearon.
Un traspié y un puñado de estatuillas
Para quienes no lo sepan El Exorcista es una adaptación de la novela homónima de William Peter Blatty. La historia del film comienza con un guion concebido por el propio escritor del libro, un libreto que fue llevado a diferentes productoras sin conseguir respuestas positivas. Sin embargo, luego de que el texto original se convirtiera en Best Seller, John Calley, quien por aquel entonces era jefe de estudio de Warner Bros., se interesó en el proyecto y compró todos los derechos.
A partir de ese momento comenzó una ardua producción, que involucró un sinfín de cambios en el reparto e incluso en el equipo que trabajó detrás de cámara. En un principio quisieron que Stanley Kubrick dirigiera la película, pero cuando este rechazó la propuesta fueron por William Friedkin, quien a su vez fue el que eligió a Jason Miller para el papel del Padre Karras por encima de otros nombres que sonaban como Marlon Brando, Al Pacino o Jack Nicholson.
¿El resultado? Una combinación perfecta entre guion, director y reparto de la que seguramente Warner Bros. no se arrepintió nunca. Más allá de la grandiosa recepción por parte de los espectadores, con detractores religiosos aparte, la crítica fue abrumadora y El Exorcista se colocó a escasas semanas de su estreno en una de las grandes candidatas para las diferentes premiaciones del año. Poco más tarde las estatuillas comenzaron a llegar, ganando en los premios Oscar por Mejor Guion Adaptado y Mejor Sonido de entre 10 nominaciones y alzándose como Mejor Película de Drama en los Globos de Oro, entre otros tres reconocimientos recibidos en esa misma gala.
Pero qué es lo que pone a esta película en la cúspide del género de terror, qué es lo que la eleva a la excelencia. Probablemente podríamos tomarnos un texto entero para hablar de las virtudes de esta obra, pero alcanza con verla hoy en día y notar lo poco que ha envejecido, algo que se pueda decir de pocas películas de la década del 70. Su historia es realmente terrorífica y horroriza a cualquiera que la vea, probablemente por el realismo con el que está contada y su apreciación por los detalles. Un excepcional reparto que da vida a unos personajes tan comunes como profundos: una actriz venida abajo por una drama que la supera, un Padre lleno de problemas que pondrá a prueba su fe y una pequeña niña de 12 años -en una sobresaliente interpretación de Linda Blair– que es llevada al límite por el demonio que tomó su cuerpo.
Entre mitos y leyendas
Ya es prácticamente un clásico del género del terror, casi hasta como una estrategia de promoción, el hecho de que se comenten sucesos paranormales alrededor de las películas. En este marco por supuesto siempre llamamos a la frase “creer o reventar” y los más escépticos acusarán un buen trabajo del departamento de marketing, pero lo cierto es que a El Exorcista lo han rodeado una serie de historias y hechos que pueden poner los pelos de punta a los más creyentes. Incluso el director William Friedkin llamó en su momento a un sacerdote para que diera la bendición tanto al set de filmación como a todo el elenco, después de que se escucharan extraños ruidos y ocurrieran cosas sin explicación durante el rodaje.
La película no tardó mucho tiempo en ser acusada de estar maldita y no podríamos culpar a los que lo hacían, teniendo en cuenta las muertes y otros hechos que la rodearon. El primer día de rodaje, casi en paralelo, perdieron la vida el abuelo de Linda Blair y el hermano del actor Max Von Sydow (el Padre Merrin), a lo que le siguió el fallecimiento del actor Jack McGowran, la actriz Vasiliki Maliaros, un experto en efectos especiales y un cuidador de los estudios Warner Bros. en donde estaban teniendo lugar las filmaciones. Lo que no se cobró ninguna vida pero sí retrasó la producción fue un incendio que se desató en el set, quemando prácticamente todos los escenarios a excepción de la habitación de Regan.
¿Creer o reventar? Así es, pero lo cierto es que por aquel entonces la película generó cierta paranoia entre la gente y sobre todo entre los fanáticos religiosos. Tanto así, que Linda Blair (Regan) comenzó a recibir una serie de amenazas de muerte que preocuparon a su familia y por las que la productora detrás de la película decidió ponerle vigilancia y guardaespaldas durante medio año. Una verdadera pesadillas para una niña que tan solo tenía 12 años.
45 años de una obra maestra del terror
“El exorcista es una de las mejores películas de su tipo jamás hechas, no solo trasciende el género de terror, de horror y de lo sobrenatural, sino que los trasciende con esfuerzos serios y ambiciosos, en la misma dirección que Rosemary’s Baby de Roman Polanski“, así la definió Roger Ebert del Chicago Sun Times después de valorarla con cuatro sobre cuatro estrellas. Quizás sea una buena forma de entender el fenómeno que fue, es y seguirá siendo la película inspirada en la novela de William Peter Blatty: una obra que no solo es quizás el mejor exponente del género de terror, sino que lo trasciende y se convierte en un film que no entiende de tiempos.
El género atraviesa hoy quizás uno de sus peores momentos, con producciones que llegan más en cantidad que en calidad. Salvo alguna excepción como la reciente Hereditary, cuesta encontrar ejemplos dentro del cine de terror contemporáneo que busquen ir más allá del efecto especial creado por CGI o el jumpscare efectista. Aunque este no es el panorama más alentador, nos consuela que sirve como excusa perfecta para ir a nuestra videoteca personal y volver a poner (seguramente la versión remasterizada) de El Exorcista.