La espera valió la pena. Alan Wake 2 es la secuela que todos esperábamos y al mismo tiempo se posiciona como el mejor survival horror de los últimos 20 años.
Esperar años para el regreso de una franquicia es algo que, en mayor o menor medida, los fans de los videojuegos estamos acostumbrados; pero son pocas las que se toman más de 10 años para volver.
Remedy es una de las desarrolladoras más extravagantes de la industria. El estudio finlandés tiene un estilo marcado para cada una de sus propuestas, y en los últimos años tuvo un viraje pronunciado hacia la ciencia ficción y el terror, sin descuidar nunca la acción.
Alan Wake 2 es más que una secuela. Es la base fundacional para el nuevo standard de los survival horror en los años venideros. Es una construcción que toma el adn del género y lo hace propio, con las premisas que Remedy ha sabido diagramar durante la última década: tramas complejas, ambientaciones impecables y una inmersión surrealista en una narrativa que te lleva de la mano por un viaje del que no querés bajarte. Es una aventura profunda, pesada, con el terror azotando en cada rincón donde la oscuridad se hace presente, y en el que la luz y nuestra templaza serán los aliados en una propuesta donde la realidad se mezcla con lo imposible.
Un juego de dualidades
Al tratarse de una secuela, es al menos importante que conozcas un poco de qué va su universo, la trama y algunas reglas de este universo. Pero tampoco es un requisito excluyente para entender lo que sucede en esta aventura (igual recomiendo fuertemente que puedan jugar Alan Wake Remastered para enhebrar todos los hilos y disfrutar de todas las referencias. Si de paso también juegan Control, combo perfecto).
Esto es así porque Alan Wake 2 es una aventura que tiene a la dualidad y la dicotomía como eje central de todo su arquetipo jugable y narrativo. En primera inistancia, porque tenemos a dos protagonistas jugables.
Saga Anderson hace su debut en la franquicia encarnando a una agente del FBI que llega a Cauldron Lake (locación de AW 1) para investigar un misterioso asesinato ejecutado por una secta local, que al mismo tiempo conecta con una serie de crímenes sucedidos hace 13 años, el mismo tiempo que el reconocido escritor Alan Wake lleva desaparecido.
La otra carta jugable es el mismísimo Alan Wake, que se encuentra atrapado en el Dark Place (El Lugar Oscuro) tras los acontecimiento de la primera entrega, donde se sumergió a este mundo surrealista de sombras y oscuridad para salvar a su pareja Alice.
En esta sintonía, Alan Wake 2 desarrolla su jugabilidad en tramos paralelos. Saga tiene el perfil detectivesco y policial, en donde usaremos la perspicacia de la protagonista para ir investigando la secta, el pueblo y la conexión con Alan. Desde el lado del escritor, nuestra misión es sacarlo de ese lugar, con la cualidad que definió la primera entrega: nosotros como escritor vamos definiendo el curso de la narrativa para abrir los caminos y encontrar la forma de escapar.
Los carriles de ambos personajes se irán cruzando a medida que Saga Anderson comience a adentrarse en los secretros de Cauldron Lake y Alan descubra la forma de comunicarse con ella. Ambos serán aliados en esta lucha contra el mal.
En lo que respecta a jugabilidad, hay una sintonía similar en los dos. Armas de fuego, accesorios y la linterna como aliados para combatir las fuerzas del mal. La tangente que recorre cada uno es, en parte, el estilo narrativo que marca la evolución tanto de Saga como de Alan Wake.
La trama de Saga y Alan rodea un mix entre Twin Peaks, True Detective y Silent Hill. Pasa de tintes policiales a supervivencia en cuestión de parpadeos, pero lo hace con una naturalidad asombrosa. La detective cuenta con su “lugar mental” un escenario al que podemos acceder en todo momento y sirve para ordenar todas las pistas de los casas que vamos analizando y permite establecer una hoja de ruta para dónde avanzar y de paso repasar los perfiles de los personajes con los que interactuamos y también la trama. Es una fórmula de inducción narrativa colosal, ya que nos hace parte de cada investigación para sentirnos detectives en carne propia.
En esta secuela, mientras controlamos a Saga podemos explorar 3 regiones diferentes: el bosque donde se encuentra Cauldron Lake, la ciudad de Bright Falls y Watery. Todas zonas que llegaremos de forma automática con nuestro auto (sin posibilidad de conducirlo) y que podremos explorar libremente para, además de seguir con la misión principal, adentrarse a completar las diferentes sidequest. El contenido secundario es bastante diverso y no se limitan a la búsqueda de coleccionables,
Obviamente no solo estaremos con la faceta detectivesca, porque Alan Wake 2 es un Survival Horror hecho y derecho, y nos lo hacen sentir desde la administración de los recursos, la exploración y el combate. Uno de los elementos centrales de los enemigos que enfrentamos con Saga es que están poseídos por las fuerzas oscuras, así que antes de tirarles plomo con la mayoría de ellos tendremos que utilizar la linterna para disipar la oscuridad que los protege,. Un recurso que modifica diametralmente la estrategia en los combates y que ya tener que enfrentar a más de uno supone un desafío.
La administración de los recursos va menguando y variando con el paso de las horas; contar con una buena provisión de municiones puede hacernos sentir seguros, pero también así como las conseguimos se van con facilidad, porque los enemigos son bastante resistentes.
Mientras que con Saga exploraremos todos los rincones de Bright Falls, jugar con Alan Wake nos lleva a explorar una fantasmal ciudad de New York, con ese objetivo que el escritor mantiene hace 13 años: escapar de la zona oscura y evitar que el mal se esparza en la realidad. La narrativa con Alan es mucho más surrealista, con el desafío que tiene el protagonista de escribir la realidad para buscar su ruta de escape.
No quiero entrar en spoilers, pero AW 2 va un paso más allá de lo que propuso su antecesor, ya que ambas tramas se ven impactadas por lo que el propio Alan va escribiendo, y la forma en que se conectan es increíble. Al estilo que ya nos tiene acostumbrado Remedy, veremos muchas cinemáticas que transicionan con los actores live-action e incluso también un híbrido entre ambos, con algunas escenas realmente espectaculares.
La jugabilidad y los escenarios que explora Alan son definitivamnete más tétricos y lugubres, complementados también por los enemigos que enfrentamos: sombras malignas que quieren destruirlo. Al igual que con Saga, el mix entre la linterna y las armas de fuego serán el componente para atravesar los escensarios.
A diferencia de Saga que utlizar su “lugar mental” para avanzar en las investigaciones y deducir las pistas, Alan está encerrado en su sala de escritura, donde iremos modificando la trama de los escenarios para modificar los entornos y avanzar en la narrativa. Ambos son recursos que calzan de forma natural en la manera que el juego quiere que avancemos.
El juego permite que podamos avanzar de la forma que queramos, ya que podemos intercambiar entre Alan y Saga luego de las primeras horas de la aventura, lo que da cierta libertad en la forma que queramos progresar. Como cada personaje cuenta con sus propias armas e items, podemos avanzar hasta el punto de no retorno con uno para luego jugar toda la campaña del otro. A pesar de lo que se habló sobre los múltiples finales, las historias de los protagonistas convergen en un único desenlace, así que recomiendo fuertemente que puedan ir intercalando entre ambas narrativas para poder ir en sintonía con lo que le va sucediendo a ambos personajes
Es importante resaltar que Alan Wake 2 no es un juego de acción, y eso se traslada al control de los personajes. Esa rusticidad en los movimientos, en la interacción con el entorno y la forma en la que se desarrollan los combates es una modernización a los survival horror de finales de los ’90, principios de los 2000. Es hermoso ver cómo hay una clara base de ese abc ahora llevado a la actual generación de consolas. Esa “suciedad” en la forma de jugar va de la mano con esa inmersión audiovisual que forma parte de este oscuro universo.
La dualidad está en todo momento y tanto la luz como la oscuridad son actores de peso también en la jugabilidad. Los escenarios están atravesados por la noche y resaltan ante la luz de nuestra linterna o las luces de las instalaciones, del sol y de la luna. La construcción de cada locación dentro del juego es abrumadora.
La ciudad oscura de New York y las transiciones que va sufriendo con el paso de Wake es lo más que estuvimos de lo que fue la época dorada de Silent Hill. El realismos de los entornos y el nivel de detalle es una verdadera locura. Estamos ante un paso firme y certero de lo que tiene que demostrar la actual generación de consola, algo que va de la mano con el rendimiento técnico del juego, que gracias a algunos parches mejoró en lo que era previo a su lanzamiento.
Un traspié no menor fue su pésima traducción al español, con énfasis en la desincronización de los subtitulos, que no solo alguno salen desfasados sino que otros ocupan casi toda la pantalla. Desde el equipo de Remedy ya confirmaron que en breve realizarán los ajustes para no entorpecer la experiencia.
Alan Wake 2, en la suma de sus partes, trasciende dentro de su propio universo. Es una obra que no tiene miedo en apostar hacia lo incierto, hacia una narrativa compleja, hacia una jugabilidad que no te garantiza concesiones, hacia un género que no suele entrar dentro del mainstream habitué del público actual. Con todo esto, Remedy apostó por una superproducción AAA que se refleja en el amor que tiene la propia desarrolladora en construir este universo, lleno de matices al momento de relatar su narrativa, con un montón de recursos que abren la mandibula por la sorpresa mientras hace temblar nuestro pulso por la incertidumbre del mal que acecha.
Conclusión
No voy a detenerme a mencionar si Alan Wake 2 debería ser considerado como mejor juego del año, porque esta secuela no se va a quedar quedar encasillada ahí. La nueva entrega de Remedy es una obra como pocas, y un nuevo norte para los Survival Horror. Durante los últimos años, títulos como Resident Evil 7, The Evil Within, Song of Horror, y otros tantos más impulsaron el género a través de diferentes propuestas. AW 2 toma un poco de cada una para ofrecer una experiencia tan inmersiva como alucinante.
Escenas memorables, acción y suspenso balanceados, varios jumpscares para pegar saltitos, un miedo que escala a través de la columna vertebral para erizar la piel, una conexión empática y genuina con los personajes; puzzles de la vieja escuela y una exploración que invita a perderse en Bright Falls y la Zona Oscura. En un 2023 que quedará marcado como uno de los mejores a nivel lanzamientos, Remedy patea el tablero y corona a un nuevo rey dentro del género.
La nueva entrega de Remedy es una obra como pocas, y un nuevo norte para los Survival Horror. Durante los últimos años, títulos como Resident Evil 7, The Evil Within, Song of Horror, y otros tantos más impulsaron el género a través de diferentes propuestas. AW 2 toma un poco de cada una para ofrecer una experiencia tan inmersiva como alucinante.Escenas memorables, acción y suspenso balanceados, varios jumpscares para pegar saltitos, un miedo que escala a través de la columna vertebral para erizar la piel, una conexión empática y genuina con los personajes; puzzles de la vieja escuela y una exploración que invita a perderse en Bright Falls y la Zona Oscura. En un 2023 que quedará marcado como uno de los mejores a nivel lanzamientos, Remedy patea el tablero y corona a un nuevo rey dentro del género.