Conscript nos mete de lleno en la batalla más cruda de la Primera Guerra Mundial en un Survival Horror clásico, abrumador y excelente.
Los Survival Horror se transformaron en género propio a mediados de los ’90 y el denominador común del público gamer ya conoce la historia de cómo Alone in The Dark, Sweet Home, Resident Evil, Dino Crisis y Silent Hill entran en ese Olimpo que permitió construir un legado que durante 30 años fue mutando, innovando pero que con bastante frecuencia suele volver a sus orígenes.
Con esta premisa, realmente es para sacarse el sombrero con Catchweight Studio por lo que ha logrado con Conscript. Un juego que toma todo ese adn de los primeros Survival Horror, usando una cámara cenital, y trasladándonos a un escenario poco transitado, tanto en este género como en los juegos en general: la Primera Guerra Mundial.
Tomando como escenario una de las batallas más crudas de la historia mundial contemporánea, Conscript es una historia personal que refleja la crudeza de la Guerra de Trincheras y su salvajismo, con una narrativa que profundiza en la valentía de los soldados y también como este conflicto los atravesó para siempre.
Ils ne passeront pas!
Antes, una mini clase de historia y un poco de contexto para dimensionar por qué Conscript a nivel jugable y argumental es una verdadera joya.
La Batalla de Verdún, librada entre febrero y diciembre de 1916, fue uno de los enfrentamientos más largos y sangrientos de la Primera Guerra Mundial. Enfrentó a los ejércitos alemán y francés en un intento alemán por capturar la ciudad fortificada de Verdún, en el noreste de Francia. Gran parte de la estrategia alemana estuvo en “desangrar” al ejército francés, infligiendo el mayor número de bajas posible en una batalla de desgaste. La elección de Verdún se debió a su importancia simbólica y estratégica para Francia (algo similar a lo que Adolf Hitler intentó en la Segunda Guerra Mundial buscando conquistar Stalingrado).
Desde el bando francés, bajo el liderazgo del general Philippe Pétain, flamearon el estandarte y lema “Ils ne passeront pas!” (“¡No pasarán!”), que tuvo como objetivo mantener la moral de un ejército que sufrió lo más crudo de esta guerra.
Durante esos 10 meses, la batalla de Verdún fue mutando entre el asedio alemán con invasiones a fortificaciones clave para los franceses, la cantidad abrumadora de muertes en tan poco tiempo, y una guerra estática que se recrudeció con la aparición de enfermedades, ratas y pocos recursos. Lo peor de todo, si lo llevamos al curso del conflicto, es que la batalla no tuvo cambios significativos en el curso de la guerra, y luego de su finalización se quedó con el apodo de “la picadora de carne de Verdún”.
En este contexto muy complejo, encarnamos a André, soldado Francés que lleva combatiendo y sobreviviendo en las trincheras de Verdún hace algunas semanas; con una misión autoencomendada muy importante y personal: encontrar a su hermano Pierre, que también está combatiendo en el frente y del cuál pierde contacto cuando uno de los fuertes en el que estaba es invadido por alemanes.
Así, inicia una lucha fraternal por encontrar desesperadamente a su hermano (promesa que le hace a su madre mediante cartas) al mismo tiempo que tiene que combatir en el frente de batalla y repeler en más de una ocasión las oleadas del ejército Alemán. Si bien el hilo conductor está atravesado por el impulso inquebrantable del protagonista por encontrar a su hermano sin importar las consecuencias, también maneja satelitalmente todo lo que conlleva la pelea en la Primera Guerra Mundial y el honor del ejército Francés magullado y al borde de su quiebre.
Cuando lo trasladamos al plano jugable, estamos ante un Survival Horror salido directamente de 1997. A través de una cámara cenital, iremos explorando los diferentes fuertes y ciudades invadidas por los alemanes en búsqueda de pistas sobre Pierre, resolviendo puzzles, ayudando a nuestras camaradas y también asesinando o evitando a los enemigos.
Es excelente, a medida que avanzamos por los Capítulos en Concript, como el deber de defender las trincheras nos llama en más de una ocasión. Tendremos que salir al frente de batalla a repeler la invasión de alemanes, y nuestra decisión de sobrevivir en el campo de batalla o huir a través de las trincheras termina afectando las decisiones en el juego, con hasta 4 finales diferentes que quedarán atado a esto pero también a algunas acciones que suceden durante toda la avantura, que tiene una duración entre 13 a 16 horas.
Conscript te llevará por varios escenarios dentro de Verdún: trincheras, ciudades, campos y fuertes, con un importante componente de backtracking. Llaves, objetos y piezas clave que permiten desbloquear un camino o un cofre antes inhabilitado para avanzar con la historia pero, también, adquirir nuevas armas e items importantes.
Hay mucho entorno pasillesco para explorar y encontrar recursos y la variedad de locaciones modifica también los diferentes entornos, que va chocando con las diferentes áreas que exploramos. En mapas y estructura, me recordó bastatante a Silent Hill 1, que tiene diferentes partes de la ciudad y algunas locaciones especiales. Lo importante es que, en casi todo momento podremos regresar a cada lugar del juego para buscar recursos que se nos olvidaron o destrabar algún acceso que estaba anegado.
Estrictamente al movimiento del personaje, y sus controles en el combate e interacción con el entorno, la comparación con Resident Evil y Dino Crisis es prácticamente innegable. Un combate completamente rústico, atado también al armamento de la época y al contexto de una guerra sucia y sin escrúpulos. Nos armaremos con palas, cuchillos, pistolas, rifles de un solo tiro, escopetas, granadas y el repertorio amplia su variedad con hasta más de 15 armas diferentes.
La variedad de soldados de enemigos se ve reflejado en la resistencia que tiene y al armamento que manejan, muy similar al nuestro pero también algunos con mayor resistencia al daño. Podemos matar de un solo golpe si atacamos sin ser descubierto, pero el sigilo en esta aventura es una herramienta muy limitada debido a los entornos pasillescos de la mayoría de los lugares.
El entorno opresivo, hostigador y claustrofobico no solo queda reflejado en su pixel art y ambientación, sino que también lleva la crudeza de esta guerra a las acciones del jugador desde diferentes situaciones. Si matamos enemigos y no los incineramos (idea sacada directamente de la remake de Resident Evil, las ratas aparecerán a molestarnos para atacar y enfermarnos. Si no arreglamos las trincheras la posibilidad de reaparación de enemigos. Algunas zonas estarán anegadas por el gas mostaza y sí o sí precisamos utilizar una máscara. La oscuridad es un elemento protagónico en las trincheras, minas y fortificaciones, así que obligados también de contar con una linterna y baterías.
Esa gestión de recursos lleva también a retocar la precariedad de insumos que tenían los soldados en esta guerra. Las armas se rompen, las balas escasean y toda esa rusticidad implica en una supervivencia estrategica. El terror que atraviesa el personaje y su inexperiencia como soldado es palpable, incluso cuando intentamos apuntar a los enemigos, el temblequeo de la mira es algo imposible de evitar. Esos pequeños detalles hacen de Conscript una aventura angustiante y que cala hondo en cada decisión que tomamos.
Tenemos la posibilidad de jugar con checkpoint automáticos pero también a la vieja usanza, con puntos de guardados fijos en máquinas de escribir. Una forma de tener la full experience survival horror noventosa.
Conclusión.
Una de esas joyitas que aparecen de tanto en tanto y que no hay que dejar pasar. Conscript abraza a ese fan de los survival horror tradicionales y lo empuja sin consideración en una historia opresiva, cruda y con un fuerte componente emocional. ¿Hasta dónde llega la voluntad de una persona para sobrevivir a la experiencia más aterradora y traumatizante que se haya experimentado?, ¿de dónde se saca fuerzas para continuar cuando todo parece perdido? Algunas de esas preguntas atraviesan ese dilema moral del protagonista, a medida que se abre paso entre las trincheras, soldados alemanes y cadaveres de sus compañeros.
Conscript no es ajeno a algunas limitaciones técnicas, pero es tan robusta su experiencia que permite hacer la vista gorda en ciertos aspectos de diseño y jugabilidad. Una de las grandes propuestas de 2024 y se hace un lugarcito dentro de las experiencias survival horror más atractivas de los últimos años.