Como la misma Night City, Cyberpunk 2077 está lleno de contrastes dónde por desgracia el aspecto negativo termina pesando por sobre las bondades que presenta.
Cyberpunk 2077 fue sin lugar a dudas el juego más hypeado y esperado de la década. Tras el avasallante éxito que supuso The Witcher 3, CD Projekt Red se erigió como la desarrolladora sinónimo de calidad y excelencia y de la cual sabíamos que hacía ya siete años estaban desarrollando una nueva IP que prometía revolucionar a la industria del gaming… Y vaya que lo hizo, aunque probablemente no como ellos hubieran querido.
El lanzamiento del juego protagonizado por V y con la estelar participación de Keanu Reeves en el papel de Johnny Silverhand, estuvo accidentado desde el vamos ya que numerosas veces debió posponer su lanzamiento por no estar listo. Tristemente cuando finalmente vio la luz, el juego demostró seguir sin estar apto para el mercado, con una importante carga de bugs los cuales afectaban principalmente a las consolas, aunque sin lugar a dudas los más perjudicados por las fallas presentes en el debut fueron los usuarios de la old-gen, es decir, los usuarios de Xbox One y PlayStation 4.
Teniendo la suerte de contar con una PlayStation 5 en el equipo, la mala experiencia no fue tan virulenta como en secuencias compartidas en las redes sociales, sin embargo lejos está de ser una buena sensación la que nos quedó ya que los bugs se hicieron presentes (y en una más que interesante cantidad y variedad), así como también los crasheos random que obligaban a reiniciar el juego llevándonos así a perder algunas horas de progreso.
La historia es buena, pero las sidequest mejor
Comencemos con la muy necesaria aclaración de que para nuestro run, hemos decidido crear un nómade, arquetipo que nos ha dado nuestra backstory y nuestro end goal: convertirnos en leyendas de Night City. Para logarar esta meta, tanto V como nuestro afable colega Jackie, van a realizar misiones para fixers locales con el afán de subir su reputación y poder sentarse finalmente en la mesa de las leyendas como lo fueron Tiger Claw o Johnny Silverhand.
Como era de esperarse no todo resulta ser color de rosa en la escalera al cielo que busca subir nuestro protagonista y se verá involucrado en una serie de eventos desafortunados que darán pie a su relación con Johnny Silverhand: rockero de día, terrorista/activista de noche. El personaje de Keanu tiene mucha más participación e influencia de la que todos creímos iba a tener y finaliza siendo una parte fundamental en la narrativa de V, algo que celebramos debido al carisma no solo del actor, sino también del ex-rockero devenido en fugitivo.
Y aunque la historia sea más que atrapante y tenga unos cuantos giros cautivadores, el verdadero nectar de Cyberpunk 2077 son las sidequest o misiones secundarias. El universo de Night City se expande de forma exponencial cuando nos alejamos de la historia principal y comenzamos a relacionarnos con personajes como Judy, el alcalde de la ciudad o la agencia Delamain de taxis deluxe. Si bien son misiones que a priori podriamos creer que sirven para grindear y sumar crédito y dinero, el trabajo narrativo de CD Projekt Red en este apartado es lo que se esperaba y más de la firma que hizo magia con Geralt.
El aspecto más destacado: la customización
Nuestro protagonista será V, un personaje al cual podremos crear a nuestro gusto y piacere, tanto en su versión masculina como femenina y además elegir su historia de origen basándonos en los tres arquetipos que separan al juego: Nomad, Street Kid o Corporate, dentro de los cuales tendremos un infinito skill tree para ir mejorando y creando el mejor build, o al menos el que mejor se adapte a nuestra forma de jugar.
La profundidad de la customización del juego es definitivamente uno de los puntos fuertes de este título. Más allá del árbol de habilidades que nos permite ir mejorando nuestros atributos para dirigir nuestro personaje hacia un build más hacker o uno sigiloso o porque no un tanque, el apartado estético no es meramente visual y como en todo rpg cumple su función de boostear skills.
El cyberware también juega un rol fundamental en el desarrollo de V a lo largo de la aventura. Esos brazos de mantis que vimos en los tráilers lejos está de ser la única mejora disponible. Manos, piernas, ojos, todo cumple una función estética, pero más importante una función práctica. Ya sea enfocar objetivos hackeables, o recargar a mayor velocidad, acceder a armas inteligentes o poder nockear enemigos de un golpe a mano limpia, los enhancements cybernéticos son el eje que hace crecer a nuestro personaje.
Un detalle que hay que tener muy en cuenta es que estos no son baratos, por lo cual a la hora de invertir una buena moneda en dichas mejoras, es mejor que estemos seguros que la misma sea ideal para nuestro build. No tendría sentido que si nuestro personaje es un hacker experto compremos manos que destruyen todo.
Por último en este apartado vale la pena hacer mención especial a las armas. Ya sean melee, pistolas o ametralladoras, estos gadgets no solo son más potentes o hacen más daño, sino que algunas armas, conocidas como smart, tienen habilidades especiales como muchos podrán recordar del rifle que puede hacer rebotar las balas, y que en situaciones particulares pueden ser de mucha utilidad.
Elige tu propia aventura… pero no tanto
El pilar con el que CD Projekt Red nos vendió la idea de Cyberpunk 2077 era el de que cada pequeño giro en cada esquina, cada diálogo, cada decisión que tomemos o arma que usemos iba a influir en el correr de la narrativa. Y si bien es cierto que uno puede elegir como encarar las misiones o el orden de las mismas, si vamos a intercalar secundarias o seguir la main quest, la realidad es que la aventura es más o menos, y mejor diría más más que menos, la misma para todos.
La falsa sensación de toma de decisiones está a la orden del día en el juego polaco. Una de las cosas que más me incomodó, aparte de los bugs o la flojísima IA, es que no importaba en el 90% de los casos que opción de diálogo utilizara, el resultado terminaba siendo exactamente el mismo. Y no solo me refiero al desenlace, sino a la respuesta narrativa que recibía, básicamente el input que nosotros damos no repercute de ninguna manera en el juego, cuando esto era algo que se nos había prometido.
El otro aspecto con el que CD Projekt Red jugó con los fans es el nivel de interacción que Night City ofrece. La promesa de una ciudad condensada, completamente opuesta al gigantesco mapa de The Witcher, y con la cual íbamos a poder interactuar de todas las formas, se desplomó como las acciones de la firma.
Las opciones de escribir nuestro camino alejándonos de las misiones no son para nada atractivas, no podemos relacionarnos con el 70% de los NPC presentes en el juego y la mayoría de los que nos dan una respuesta quedan bloqueados de acciones o diálogos luego de esto, es decir que ahí se terminó la charla. Una verdadera decepción ya que Night City es un hermoso escaparate de contrastes, aunque con poco para dialogar.
Night City: la útopica distopía que no fue
Segregada como pocas, Night City presenta un abanico de ambientes y entornos que podrían ser la envidia de cualquier juego. Badlands, City Center, Heywood, Pacifica, Santo Domingo, Watson y Westbrook son los distritos que componen a esta ciudad, cada uno con sus respectivas caracterísitcas demográficas, pero dónde todas presentan el mismo problema: son parte de un juego completamente roto.
Caminar por las calles de cada distrito, recorrer sus locales y centros, ver que ofrece cada uno es en primera instancia una de las sensaciones más gratificantes del juego… hasta que lo hacemos por mucho tiempo. La falla en la configuración del sistema de peatones y vehículos hace que disfrutar de una ciudad imponente desde donde se la mire se convierta en un suplicio que nos empuja a simplemente quedarnos haciendo las misiones y no sumergirnos por horas recorriendo como si invitaba a hacer por ejemplo la franquicia de GTA.
Probablemente con futuras actualizaciones caminar Night City se convierta en la experiencia de siempre debió de haber sido, pero para aquellos que agarramos las calles de Santo Domingo o Pacifica en sus primeros días, realmente fue un mazaso a la expectativa que se había generado entorno a este peculiar y contrastado mundo.
Sensaciones encontradas
Poco y nada tengo para reprocharle a la historia de Cyberpunk 2077 así como a su compromiso con la customización y variedad de armas. Estos dos aspectos son dignos de las promesas que la firma europea alimentó por casi una década desde su anuncio original. Sin embargo, los bugs, las fallas de la IA y los periódicos crasheos hacen que uno quiera apagar la consola y guardar el juego por un año hasta que se hayan lanzado todas las correspondientes actualizaciones.
No caben dudas que este juego marcará un precedente en la historia del gaming. No solo porque Sony tuvo que retirarlo de su tienda, sino porque invitará a todas las desarrolladoras a pensar si quieren apurarse con sus lanzamientos y ser el nuevo Cyberpunk 2077 o tomarse el tiempo que realmente corresponde, evitar el crunch a sus empleados y lanzar un juego a la altura de lo que sus fans esperan. Algo que claramente no sucedió en esta oportunidad.