Death Stranding: Director’s Cut, la versión definitiva de la obra de Hideo Kojima, no cambiará el concepto de aquellos que ya jugaron la entrega original.
Desde el lanzamiento de la versión original de Death Stranding para PlayStation 4 en noviembre de 2019, y a posteriori su versión para PC en 2020, la última obra de Hideo Kojima nunca estuvo sumergido entre grises. Las 2 posiciones respecto a la aventura protagonizada por Norman Reedus siempre fueron claras: o estás completamente enamorado de su propuesta o no es para vos.
No voy a extenderme en este análisis en ponderar las tremendas virtudes que tiene esta aventura, ya que cuentan con extensiva y detallada review acá para entender un poco más sobre la trascendencia de esta historia y el sello único que aporta Hideo Kojima a la industria.
El juego anticipó, en un sentido apocalíptico y premonitorio, la importancia de conectar, construir puentes y vínculos en un contexto mundial que obligó a aislarnos durante muchos meses y la llegada de Death Stranding: Director’s Cut viene a revalidar estos conceptos y reforzar la experiencia original.
Re-conectando el mundo
Realmente creo que aquellos que no se sintieron convencidos cuando lo jugaron en su momento logren tener una cambio de convicción en este “Corte de director”, ya que las implementaciones están segmentadas en 3 pilares: los complementos jugables – un par de sidequest; items y elementos que mejoran la experiencia de los encargos y “minijuegos” -, el pulido audiovisual y la experiencia inmersiva con los periféricos. Esta triqueta logra potenciar y exponenciar toda la propuesta original, transformando a Death Stranding con este “Director’s Cut” en la edición definitiva del juego.
Esto trae a colación un gran “pero” en esta propuesta: no hay incentivos realmente tan relevantes como para volver a crear nuevos caminos si ya venimos con una partida completada e importada desde PS4 o la versión estándar en PC. Mención aparte para lo engorroso del proceso para exportar a la versión Director’s Cut: solo se puede realizar desde una terminal y no debés tener encargos activos. En mi experiencia personal, tuve que cargar un save anterior para no perder tiempo y probar de lleno la nueva versión.
Quizás hay un punto favorable en este paso previo engorroso y pasa por comparar ambas versiones de forma fresca y palpable. Si ya sorprendía la versión de PS4 – e incluso la estándar de PC -, el juego en PlayStation 5 se ve y se juega de forma alucinante. Hubo un trabajo complejo en sumar más capas de detalles a los personajes y rehacer los enormes terrenos de esta Estados Unidos sumergida en la debacle. Ya sea en su opción de 4K dinámica o estable, el panorama que presenta es sobresaliente y con algunos tramos – principalmente las escaladas en la nieve o las zonas cercanas al agua, gozan de un nivel de realismo abrumador.
Claro está, la experiencia audiovisual suma ese plus en nuestras manos gracias al DualSense, que sin ser reiterativo en otros análisis de juegos de la consola, logra justificar porque el joystick de PlayStation 5 logra cambiar la experiencia cuando está bien aplicado. No es raro que los mejores títulos que aprovechen el feedback háptico y las vibraciones localizadas sean los first party (Returnal, Ratchet & Clank).
En un juego donde nos la pasamos yendo de acá para allá completando encargos, sentir en el DualSense cada paso de Sam Bridges, cada escalada con las manos, la tensión de las armas o los cambios climáticos dan ese salto de calidad en la experiencia inmersiva que suman una capa de placer mayor al disfrute que propone la aventura.
Death Stranding: Director’s Cut en PC
Lo que nos trae a colación en este 29 de marzo de 2022, es que estamos a tan solo un día de que Death Stranding: Director’s Cut desembarque en PC. ¿Cómo rinde el nuevo port de esta nueva versión de la obra de Hideo Kojima? Lo cierto es que, al igual que el traspaso de la versión estándar de consolas a computadoras, el trabajo es impecable. Como en PlayStation 5 tenemos la posibilidad de jugarlo a 1080 o 4K, dependiendo de la potencia de nuestro equipo y de lo que decidamos priorizar. En 1080 se mantienen los 60 frames por segundo constantes incluso en los momentos en los que el mapa se carga de elementos, mientras que en el rato que pude probar en 4k sí que sentí algunas mermas (no muy considerables) en pasajes puntuales, siempre con la configuración gráfica general en alta. No obstante, el juego cuenta con un sinfín de opciones de configuración al igual que la versión estándar, para que cada uno pueda vivir la experiencia en base a sus posibilidades.
En cuanto al contenido que suma este corte del director, es el mismo visto en la versión de la consola de Sony, que incluye nuevas misiones y algunas mecánicas que no revolucionan el juego, pero sirven de excusa para volver a adentrarnos a este mundo post-apocalíptico de la mano de Sam Porter Bridges. En conclusión, este nuevo relanzamiento de Death Stranding: Director’s Cut es eso, una nueva excusa para sumergirse en su mundo, ahora con mejoras gráficas tangibles, una dosis de contenido extra y, para los jugadores de PC, un port bien hecho que cuenta con una gran optimización. Si pudiste jugar a la versión estándar, en esta lo harás en igual medida e incluso, me atrevo a decir, de una forma más fluida.
El paquete extra
A diferencia del reciente relanzamiento de Ghost of Tsushima, que contaba con toda una gran región nueva en el mapa, Death Stranding: Director’s Cut añade un popurri de misiones extra, principalmente en los alrededores de Capital Knot City.
Como se puede ver en los avances, la trama de estos encargos gira en torno alrededor de una misteriosa fábrica. Estos encargos otorgan una cuota mucho más de acción y sigilo a toda la ecuación previa de Death Stranding, y podemos hacer uso de algunos chiches nuevos que se incorporan. Pero la verdad es que todo el contenido extra no supera la hora y media, 2 horas de duración. De forma suelta, también se suman otros encargos que funcionan con el objetivo de conseguir los items que se suman a este Director’s Cut.
Acá es donde entra en la fórmula la verdadera dicotomía de esta reedición: es un juego que lo van a disfrutar mucho más aquellos que nunca jugaron la versión original o la dejaron a medio camino.
¿Por qué esta afirmación? Por un lado, porque la disposición de los nuevos items y accesorios dentro de la estructura de la campaña están implementados para evitar algunas de las frustraciones o tediosos momentos, principalmente en los primeros capítulos del juego, donde la experiencia es bastante condensada y todavía no contábamos con los recursos para hacer los encargos de forma más accesible.
Los nuevos añadidos se van sumando escaladamente a lo largo de la historia, siendo los puentes quirales o el robot acompañante algunas herramientas fundamentales en estos viajes. También se incorpora una pequeña rampa para saltar precipicios y una más que útil catapulta para trasladar con rapidez paquetes a grandes distancias.
Estas incorporaciones no rompen con la armonía y propuesta de Death Stranding – ni incluso un divino jetpack/propulsor -, porque el juego los va ofreciendo en momentos puntuales (eso sí, hay que completar encargos para obtenerlos) y son un plus para ayudar a Sam Bridges a reconectar los Estados Unidos. Por mencionar un ejemplo, el robot acompañante es un aliado clave para que lleve encargos pesados y complejos, pero solo funcionan dentro de la red quiral, así que tiene una injerencia dentro de regiones que ya logramos conectar.
Dentro de las novedades también se encuentran los contenidos ya vistos en la versión estándar de PC, y pertenecientes a Half-Life, Portal y Cyberpunk 2077. Obviamente, también estuvimos jugando a pleno esta versión y pueden leer nuestras impresiones acá.
Los contenidos de Death Stranding: Director’s Cut, faltan mencionar lo que quizás son los elementos menos Death Strandiescos – si me permiten ofrecer este término -. Por un lado, un capo de tiro ubicado desde el comienzo del juego en cualquiera de las bases. La misma permite chequear y probar el calibre de las diferentes armas del juego, mientras que también se pueden realizar una serie de misiones de práctica con un fuerte enfoque contrarreloj para competir con otros jugadores.
A esta ecuación de incorporaciones se le suman las carreras, pudiendo posicionar nuestros mejores tiempos en rankings mundiales, con desafíos que varían semanalmente; de la misma forma también está la posibilidad de enfrentar a cualquiera de los bosses del juego.
Todos estos elementos son conceptos disruptivos dentro del mensaje de Hideo Kojima y la esencia que profesa su historia, pero también son añadidos meramente opcionales, que podemos evitar sin más.
Conclusión
¿Era necesaria la existencia de Death Stranding: Director’s Cut para reafirmar la obra maestra que creó Hideo Kojima? Francamente no, pero me hubiese encantado haber jugado por primera vez esta aventura directamente con esta versión. Por fuera del upgrade audiovisual, que realmente se nota de punta a punta, y la implementación del DualSense, los añadidos jugables que forman parte de esta versión encajan de forma natural, haciendo una experiencia no tan abrumadora en sus primer tercio y que cumplir los encargos cuenten con una cuota mayor de creatividad y dinámica.
Más allá de su presupuesto millonario, Death Stranding es un juego artesanal, una prueba fehaciente de que todavía hay lugar para propuestas disruptivas y originales. Obvio, no todos pueden sentirse cómodo con sus mecánicas, pero celebro que haya pluralidad de estilos y que haya otros Kojima dejando su huella en la industria.
Tras su lanzamiento en PlayStation 5, Death Stranding: Director’s Cut llega a PC con un port igual de bien trabajado que el de la versión estándar, con una gran optimización y esa pila de contenido extra que perfectamente de excusa para volver a sumergirse en su universo único.