En el maravilloso mundo Pokémon, hay lugar para todo. Detective Pikachu Returns recupera un rinconcito curioso del pequeño multiverso gaming de los monstruos de bolsillo y deja una sencilla aventura gráfica con más encanto que jugabilidad.

Las franquicias ganadoras son sin duda una bendición. El hecho de que le puedas poner “Mario” a un juego e inmediatamente te asegures que un público nada despreciable lo va a elegir es encomiable. Pero como bien nos enseñó el Tío Ben: “con gran poder viene una gran responsabilidad”. En esa senda, Nintendo y la Pokémon Company decidieron reflotar un subproducto del vasto universo de videojuegos de estas adorables criaturas que dio origen a una aventura en Nintendo DS y una película basada libremente en esa primera incursión, con éxito nada desestimable. Hablamos de Detective Pikachu, aquella variante en la cual nuestro rato eléctrico preferido tiene voz de hombre de mediana edad y resuelve misterios.

Acompañado de Tim Goodman, su fiel compañero y único interlocutor capaz de interpretar claramente a su pequeño amigo en inconfundible español, el electrocutas deberá resolver una serie de misterios en su Ryme City natal, interactuando así con humanos y pokémon en esta simpática de título Detective Pikachu Returns. Nintendo saca chapa de su exclusividad con esta franquicia para dejarnos esta aventura deductiva de target infantil/preadolescente que seguro se hizo desear en quienes disfrutaron de la primera parte. Simple y nutrida de personajes conocidos, se trata una experiencia agradable, sin extras. Vamos al detalle.

Encontrarlos, mi meta es, investigarlos, mi ideal: una curiosa jugabilidad

Primera advertencia: si esperás un típico juego de Pokémon, no es por acá. Aquí no hay batallas tácticas, mapas de tierras exóticas ni nada por el estilo. Más en la tónica de Monkey Island pero con humor y desafíos más light, el juego te pone en la piel de Pikachu y Tim mientras van resolviendo los distintos casos en su nativa Ryme City. Reconocidos detectives, el humano y su amigo peludo transitan las calles buscando casos que tomar, es decir, controlamos esencialmente los movimientos de Tim con una cámara más bien estática que nos sigue. 

En nuestra recorrida por la ciudad nos cruzaremos con todo tipo de habitantes y sus afables pokémon de todas las generaciones. Interactuar con ellas nos devela información importante para cada caso a investigar. Todo lo que nuestros héroes van hallando queda registrado en su anotador, una excusa para utilizar otro botón del joy-con y chequear nuestro progreso. Cada pequeño episodio basado en el caso que estamos siguiendo tiene momentos de deducción: una suerte de multiple choices sencillos que nos revelan información clave y nos permiten avanzar en la trama. La dinámica marca una continuidad con la primera parte de la historia, o sea, el Detective Pikachu de Nintendo DS. A su vez, ocasionalmente nos toca observar espacios para encontrar pistas o aprovechar las características de pokémon aliados para sofisticar nuestra pesquisa que, en toda justicia, son las menos durante el videojuego.

Cabe aclarar que los errores en deducciones, que son más fácil de forzar que de hacer sin intención, no entorpecen en nada el progreso del juego. El resultado es lo que pareciera más una película interactiva que un videojuego, algo que le quita cierto disfrute a la jugabilidad. En el mismo, el componente cinemático es lo que enriquece ligeramente la experiencia, a través de interacciones con distintos Pokémon y el mismísimo Pikachu, quien monopoliza el grueso del humor de la entrega. En última instancia, Detective Pikachu Returns no requiere demasiada atención, lo que puede atraer a casuales y repeler a avezados.

La historia: Si viste Detective Pikachu…

Las sagas con secuelas en consolas diferentes tienen esa desventaja que obliga a haber tenido un dispositivo de generaciones anteriores para poder seguir la historia. Por suerte, Detective Pikachu tuvo una adaptación cinematográfica en el medio que se basa levemente en el juego de Nintendo DS. En sumidas cuentas, los episodios del filme, los problemas de Ryme City con las sustancia R, la misteriosa desaparición del padre de Tim y algunos hechos más se hacen eco en el juego, pero en esta secuela, Pikachu sigue siendo nuestro compañero y el padre del protagonista aún no aparece. El punto es que no se requiere haber jugado al anterior para seguir la sencilla trama.

La ingenuidad prima en el humor y el relato, no como algo necesariamente negativo, pero sí intrascendente de a momentos. La originalidad sí se encuentra en el diseño de los casos que, si bien no son difíciles de descifrar, entregan una armónica interpretación de cómo son los delitos en el mundo pokémon. Como si de una pequeña temporada del animé se tratara, el jugador se enfrenta a una serie de capítulos con continuidad, misiones secundarias, y un misterio mayor de fondo, manteniendo un razonable grado de interés por las 6-12 horas de juego aproximado. No hay que esperar grandes giros en la trama ni momentos inolvidables, pero sí ese uso inteligente de un atractivo universo como es el de los monstruos de bolsillo.

En ese mismo sentido, un pequeño pecado a nivel historia es la falta de localización de las voces. El juego, cargado de caracteres y caracteres en diálogo, requiere mucha lectura, algo quizás no va bien con un público preinfantil que bien disfrutaría de un Pikachu disfrazado con gorra de Sherlock Holmes. A su vez, cualquier niño o niña que se acerque a la preadolescencia no necesariamente verá con buenos ojos una trama esencialmente aniñada. Hay que aplaudir al equipo de localización de la Pokémon Company en España por los esfuerzos inigualables de traducir el humor con color local, pero a esta altura y con juegos triple-A como los de esta franquicia, la falta de textos en español latinoamericano debería ser el mínimo, y las voces en inglés o japonés no deberían ser las únicas dos opciones (siendo algo más ambiciosos, claro).

Este es un nuevo mundo, una forma de vivir: la belleza audiovisual

Si bien ni la historia ni el gameplay relucen, lo que sí da brillo a Detective Pikachu Returns es su cuidada estética de sus criaturas tan adorables. Se sabe Nintendo Switch no da verdadera competencia a Sony ni a Xbox en términos de potencial gráfico, pero eso nunca los detuvo para generar visuales vistosas y caricaturescas de sus mejores franquicias. Pregúntenle a Zelda: Breath of the Wild Tears of the Kingdom o a cualquier entrega de Mario de esta generación y verán que sus imágenes son simplemente maravillosas, demostrando que lo que parece una limitación puede dar algo bello. Detective Pikachu Returns corre por la misma senda, dando al jugador preciosas imágenes de centenares de sus pocket monsters más geniales.

Como el humor es central para este videojuego, los segmentos de Pikachu y sus travesuras son tan tiernos como divertidos. Lo visual le aporta la física caricaturesca y el color necesario para producir no carcajadas,  pero sí sonrisas que lo comprometen al jugador desde la sencillez. Es justo decir que muchos amantes de la franquicia llegan a ella por sus adorables monstruitos y Detective Pikachu Returns les da exactamente lo que los fanáticos esperan en este apartado.

En cuanto a audio, sacando la picardía de la ausencia de doblaje y ocasionales cutscenes solo disponibles en japonés y en inglés, los famosos gruñidos o sonidos característicos de cada pokémon están presentes a lo largo del juego, un verdadero mimo a cualquier fan. La música incidental no se luce particularmente, pero corre en la misma línea que cualquier otro videojuego de la marca. En definitiva, un correcto despliegue sonoro, sin creces.

¿Jugar o no jugar Detective Pikachu Returns? El verdadero misterio

Como vimos, Detective Pikachu Returns es básicamente una película interactiva para chicos y chicas que aman a Pokémon. Los adultos que aun albergan a un pequeño Ash Ketchum en el corazón también pueden disfrutar esta entrega, aunque en menor medida, ya que ni siquiera está presente el encanto de entrenar al equipo propio de los juegos más tradicionales, algo básico para cualquier RPG que se precie de tal. Sea como fuere, si no podés dejar pasar nada con Pokémon en el título o tenés pequeños a mano que podrían gustar jugar solos o compartir la aventura, este videojuego asegura su rato de diversión.

En definitva, no es lo mejor que nos ha dado The Pokémon Company, pero tampoco genera la misma expectativa que otras entregas. Al nivelar las expectativas y entrar casualmente a Detective Pikachu Returns, difícilmente salgan defraudados de esta inocente y entretenida historia de detectives con nuestro personaje amarillo preferido y su entrañable amigo humano. 

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Nunca NO estoy esperando otro Mario. Si mis cálculos fueron correctos, recibirás esta carta inmediatamente después de ver al DeLorean alcanzado por el rayo.

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