DIRT 5 no busca nuevos experimentos y apuesta por perfilar su vertiente más arcade y desenfrenada, con un resultado positivo reforzado en su variedad de modos.
Cuando solemos hablar de juegos de automovilismo, marcamos 2 aristas bien pronunciadas. Por un lado la simulación, que busca aproximar su jugabilidad a la orilla del realismo, con una conducción precisa y que generalmente requiere de una mayor dosis de habilidad. En segunda instancia, tenemos la vertiente arcade, en donde a veces pregona tomar correctamente las curvas y pisar fuerte el acelerador para disfrutar del desenfreno y la espectacularidad.
A lo largo de su franquicia, DIRT coqueteó con ambos exponentes, e incluso probó con realizar un híbrido, pero ahora con DIRT 5 la balanza se vuelca sin tapujos al arcade. Un arcade desenfrenado, con decenas de posibilidades y variantes, pero que refuerza su sello distintivo con un variada oferta de contenidos y un trabajado nivel de diseño de los vehículos y los circuitos, que se verán potenciados con la llegada de la nueva generación de consolas.
Codemasters vuelve a demostrar porque es un desarrollador exponente del género en cualquiera de sus variantes (venimos de un soberbio F1 2020) y en paralelo DIRT retoma las entregas numeradas para ofrecer su propuesta más variada hasta la fecha.
El Modo Trayectoria y una jugabilidad adictiva, la cartas ganadoras
Antes de arrancar DIRT 5, el juego nos propone realizar una breve carrera a modo de tutorial para dejarnos en claro que lo que va a primar en esta entrega es la vehemencia, la adrenalina, la intensidad que manejan cada una de sus pruebas. Es interesante denotar cómo en los casi 2 minutos y medio que dura esta prueba inicial -que no es obligatoria ganar- la nueva entrega de DIRT trata de borrar los errores del pasado y deja en claro que tanto los autos como las pistas serán los grandes protagonistas de turno. En esa limpieza también le pasan el trapo a varios modos y contenidos más tradicionales, para dedicarse a competencias y torneos más directos, precisos y dinámicos.
El Modo Trayectoria es la gran reina de este show por su diversidad de pistas, escenarios y la extensión de la misma. Son alrededor de 70 eventos, algunos divididos en varios segmentos, que nos llevará a lo largo de todo el planeta en competencias que ponen a prueba nuestra capacidad de cumplir varios objetivos en el proceso. Porque además de ganar (algo que no es excluyente en ciertos eventos para progresar) varias pistas y circuitos tendrán mini objetivos opcionales, como llegar a determinada velocidad por un período de tiempo, chocar en el aire con otros rivales, derrapar.
Más allá de algunas pruebas completamente especiales o que rozan las leyes de la física, DIRT 5 establece sus competencias en dos variantes: la carreras por vueltas y los trayectos, en los que tendremos que sortear largos tramos con dificultades escabrosas a lo largo y ancho del trayecto.
Una vez que atravesamos una buena cantidad de estos eventos, es normal sentir una sensación de repetición progresiva. Para suplir esto, Codemasters buscó cambiar el formato de ciertas pistas y con el cambio de clima dinámico, lo logra camuflar. Más allá de los cambios bruscos climáticos, que nos pondrá a prueba en brutales tormentas o suelos completamente embarrados, es cómo pasa del día a la noche en algunas competencias, un efecto que le agrega una cuota de dificultad y adrenalina a las pruebas.
También hay una vuelta de tuerca en las modalidades victoria o los vehículos disponibles para competir, son pequeños cambios sutiles que en el corto plazo funcionan pero cuando levantamos la cabeza y miramos todo el trayecto realizado, es inevitable pensar que estuvimos repitiendo contenido a lo loco.
Por fuera del modo principal, DIRT 5 cuenta con la posibilidad de realizar carreras libres y time trial, pero lo más novedoso es la inclusión de Playgrounds, un editor que nos permite crear nuestros propios circuitos o pruebas de destreza. No es algo del otro mundo, pero la cuota de creatividad siempre está a la orden del día. El multijugador obviamente no puede quedar afuera de la ecuación y por suerte ofrece su vertiente online como local para hasta 4 jugadores con pantalla dividida.
Si hay algo que logró Codemasters en esta entrega en la calidad al momento de controlar los vehículos. Todas las clases tienen su propio peso, se sienten distintos al doblar y cómo reaccionan a nuestros comandos. En un juego arcade estas cuestiones suelen quedar en segundo plano para priorizar la cuota lúdica, pero en DIRT el rendimiento de los autos va de la mano a la respuesta de los joystick. Perfeccionarse en el arte del derrape es maravilloso y una vez que le agarramos la mano es un gustito que nos querremos dar en todas las carreras.
En cuanto a la oferta de autos, no es tan amplia ni diversa como en otros exponentes, pero iremos desbloqueando con dinero ingame y competencias coches de todo tipo, tamaño y tracción. La falta de variedad se ve suplida por la posibilidad de personalizar cada uno de ellos con hasta 4 opciones diferentes para guardar.
El apartado gráfico mantiene ese standard que vienen ofreciendo los juegos del género durante los últimos años. Un género que permite elevar el nivel de realismo en los autos pero que en esta ocasión también está muy logrado los recorrido y la ambientación que rodean cada una de las competiciones.
Conclusión
DIRT 5 borra con una mano algunos elementos fundacionales de la franquicia y con la otra escribe con firmeza un camino asentado en la vertiente arcade. Hay mucho contenido para disfrutar y desbloquear, que si bien cae en una monotonía por la falta de improvisación para ofrecer nuevos contenidos, es un producto redondo.
Además, será uno de los primeros títulos de conducción que tendrá una actualización intergeneracional, por lo que la potencia audiovisual mejorará cualitativamente en las próximas semanas.