Bandai Namco y Tarsier Studios nos presentan una pequeña gran aventura, tan particular como terrorífica, con dos protagonistas: una niña y la tensión más pura.

En Little Nightmares controlamos a Six, una pequeña (pequeñísima) niña envuelta en un impermeable amarillo que deberá escapar de The Maw, un gigantesco barco habitado por almas corruptas que solo buscarán una cosa: comernos. Todo, dentro de su propia pesadilla.

Pero la trama concreta queda superada por la narrativa, una narrativa tan particular como lo es toda la obra. La forma en la que desde Tarsier Studios han decidido contarnos esta historia es, cuanto menos, exquisita.

Eso en gran parte es conseguido por el trabajo artístico con el que se construyó el juego. Cada uno de sus escenarios, tan imaginativos como oscuros, están perfectamente diseñados de punta a punta y todas las elecciones que han hecho acompañan, tanto en la estética de los enemigos como en la música y los sonidos, todos ellos.

Little Nightmares es un viaje a través de habitaciones tétricas acompañadas por una enorme cantidad de factores que consiguen tocar hasta las fibras más íntimas. Por momentos logra hundirnos en la tristeza, instantes más tarde sumergirnos en una profunda tensión y alguna que otra vez (sin la necesidad de entrar en los clásicos recursos de los sonidos fuertes) hacernos saltar de un susto.

Pero tranquilos, no es que necesitemos antidepresivos para sobrellevarlo. A esos sentimientos oscuros los acompaña un enorme toque artístico que nos llena el alma una y otra vez. El título de Tarsier Studios es visualmente delicioso, hasta en el punto más mínimo.

Todo este conjunto está combinado con un apartado técnico perfecto. Al acabado sonoro no se le pueden hacer reclamos y la misma suerte corren los gráficos que sorprenden y no tanto, teniendo en cuenta que los juegos “indie” de hoy son cada vez menos precarios.

Para superar cada uno de los desafíos -que se dividen en las distintas partes del barco- tenemos una simple combinación de movimientos: correr, saltar, agacharse y agarrar. Con ellos debemos sortear diferentes puzles que se atraviesan en nuestro camino para complicarnos la existencia, solo lo necesario como para que no debamos perder la cabeza en ello y que el ritmo nunca llegue cortarse.

Los desafíos son sumamente entretenidos y dejar atrás a cada uno de los jefes provoca gran satisfacción. Aunque en este aspecto se le puede reprochar que los “mundos” de los primeros dos son bastante más complejos que el del enemigo final, que no solo es el más corto sino también el más fácil. Se hubiese agradecido que la pirámide sea al revés.

Otras de las cosas que se le pueden echar en cara a Little Nightmares y que lamentablemente no podemos dejar pasar, es su duración. El juego nos regala unas 4, 5 o 6 horas como mucho, las cuales se quedan algo cortas. Es verdad que hay cosas que merecen terminar antes de cansar, pero pudo haber durado aunque sea una o dos horas más, para cerrar mejor la historia y descartar por completo esa sensación de “necesito más”.

Pero centrarse en esos detalles para juzgar a esta entrega de Tarsier Studios sería querer buscar carbón donde no lo hay. Es que Little Nightmares es una belleza, una obra de arte que consigue mover muchísimos sentimientos, quizás, con pocos recursos (que son pocos porque no necesitaron de más). Un objetivo que se han propuesto muchos juegos, como el reciente The Last Guardian, pero que no lo han conseguido así, de forma tan contundente.

Y entre tantas emociones, incluso se anima a hacer hasta algunas críticas a la sociedad, pero entenderlas e interpretarlas dependerá de cada uno. Algo así como lo que vimos en la película El Viaje de Chihiro, en la que este videojuego claramente se ha inspirado, sobre todo en el escenario final.

Concluyendo, Little Nightmares es una experiencia sin igual. Es un recorrido artístico por escenarios alucinantes, un viaje a través de emociones oscuras que reflejan perfectamente las sensaciones de una pesadilla. Su combo de puzles e incluso alguna que otra secuencia de escape, nos mantendrán lo suficientemente entretenidos como para que no solo sea un monólogo de habitaciones bien diseñadas. Solo nos hubiera gustado, para que todo cierre perfectamente, que dure un poco más.

Share.

Como buen geek de raza, sé que cuando muera voy a respawnear. Esta vida la uso para escribir sobre lo que amo.

Leave A Reply

Exit mobile version