Metaphor: ReFantazio es una entrega metareferencial: mientras sus protagonistas buscan la utopía, el juego se acerca bastante a ello con su ambiciosa propuesta.

Los últimos 10 meses de Atlus son para poner en un cuadrito: Persona 3 Reload (2/2), Unicorn Overlord (8/3) y Shin Megami Tensei V: Vengeance (14/6) parecen un prólogo perfecto para cerrar el año con un serio contendiente al GOTY y, para varios, un serio contendiente al GOAT.

Metaphor: ReFantazio lo tiene todo. Una historia profunda que explora desde matices políticos hasta las dinámicas de las relaciones interpersonales; un diseño audiovisual impactante, que mezcla escenas de anime con cinemáticas in-game; y un apartado sonoro brutal, de la mano de Shoji Meguro. Todo esto, acompañado de un sistema de combate a la altura de los mejores juegos de rol por turnos hacen de la obra de Katsura Hashino una auténtica obra maestra.

El tiempo avanza y la era de un nuevo rey se acerca

Un mundo completamente fracturado, marcado por la discriminación entre tribus y la marginación de las religiones menores, que, como estocada final, enfrenta un regicidio. Ese es el mundo que nos presenta Metaphor: ReFantazio. El rey, quien fútilmente intentó cambiar el status quo y unir a las tribus bajo su mandato, ha sido asesinado. Sin un heredero aparente, ha dispuesto mediante un poderoso hechizo que el próximo monarca surja de la voluntad popular: quien se gane el corazón del pueblo será el nuevo rey… y aquí es donde todo comienza.

A partir de acá, nos lanzamos de lleno a una aventura épica, marcada por un fuerte tono político. El brazo militar y el eclesiástico se enfrentan en una pugna por el trono, mientras nuestro protagonista, un completo desconocido de una de las tribus más despreciadas, lucha por abrirse camino. Poco a poco, construye su imagen desde abajo, enfrentándose a los poderosos y, casi sin buscarlo, ganándose el reconocimiento del pueblo.

El juego no tiene miedo en plantar bandera. La contraparte utópica, presentada en formato de novela, muestra el mundo moderno al que pertenecemos como una utopía, resaltando lo que a priori debería funcionar bien. Sin embargo, el jugador, que habita ese mundo, sabe que no es así, comprendiendo la crítica que Katsura Hashino intenta esbozar sobre la realidad y del mundo en que vivimos.

Y qué loco, realmente loco, que los monstruos que habitan este mundo, criaturas tan abominables como terribles, se llamen “humanos”. Claramente, el componente crítico y la visión del director están presentes en cada rincón del juego, desde los diálogos con los NPC hasta la historia principal y las tramas secundarias. Todo, como en la vida real, tiene una carga política. Perfecto para el momento en que vivimos.

A lo largo de las más de 80 o 90 horas que puede durar el juego – más si somos de los que completamos alguna que otra misión secundaria – veremos desfilar un sinfín de personajes, cada uno movido por sus propias motivaciones, quienes se convertirán en aliados o enemigos. Es increíble cómo el juego logra cautivar a través de su historia principal, generando empatía con los personajes, gracias a su carisma y a la exploración de sus motivaciones. Pero también consigue hacerlo con personajes de segunda o tercera línea, cada uno con su propia historia, permitiéndonos conocer su pasado y trasfondo, así como sus diversas perspectivas sobre el mundo que habitan.

Definitivamente, hay un abanico gigante de personalidades que se complementan entre sí. Ninguna resta; lo que logran va mucho más allá de la suma de las partes… se potencian.

Tic Tac, el reloj en el centro de la escena

El paso del tiempo, tirano en la vida real cuando intentamos encontrar ratos para dedicarle a un juego de casi cien horas, es esencial en la historia creada por los responsables del legendario Persona 5. El calendario juega un rol crucial en la estructura de Metaphor: ReFantazio, ya que las misiones principales tienen fecha límite. ¿Y lo que hacemos entre medio? Eso queda completamente a nuestro criterio. Podemos, por ejemplo, completar misiones secundarias ofrecidas por NPC, fortalecer los lazos con nuestros seguidores (más adelante explicaremos esa mecánica), explorar dungeons para encontrar tesoros o levelear a nuestros personajes, o bien mejorar nuestras virtudes (también abordaremos esto más adelante).

La elección de las actividades es enteramente del jugador, aunque siempre conviene tener en cuenta el calendario. Viajar a la mayoría de los destinos consume días, algunos más, otros menos, pero siempre es un recurso que se gasta. A medida que avanzamos en la historia, se desbloquea una suerte de “fast travel” que permite moverse rápidamente entre las principales ciudades ya visitadas, lo que facilita, por ejemplo, ir a armerías o tiendas de armaduras en distintas partes de Ucronia sin perder tiempo.

Además de gestionar los días, también es necesario administrar las distintas partes de cada jornada: mañana, tarde y noche, con actividades específicas en cada una. Esto nos permite fortalecer vínculos o explorar el mapa, siempre con alguna tarea pendiente. Mientras viajamos en nuestro Gauntlet Runner, una base de operaciones móvil, podemos interactuar con nuestros compañeros para estrechar lazos, leer libros para mejorar atributos o incluso ducharnos y lavar la ropa, obteniendo algún que otro boost. En Metaphor no hay tiempo muerto: siempre hay algo por hacer… y debemos hacerlo.

Un sistema completo y complejo, pero no invasivo

Cuando decimos que no hay tiempo muerto, lo hacemos conscientes de que siempre, pero siempre, hay una forma de aprovechar cada día y cada momento. Desde el prólogo – que no solo presenta la construcción de Ucronia y su lore, sino que también nos familiariza con las mecánicas de combate y exploración – el juego va integrando progresivamente nuevas actividades a la rutina de nuestra party.

Desde lo más básico, como luchar para subir de nivel, hasta dar discursos para ganar adeptos, el universo de Metaphor está lleno de oportunidades. Si elegís avanzar rápidamente un día, estás dejando pasar una chance valiosa. Entre los muchos sistemas que ofrece el juego, destacan tres: el combate, las virtudes y los lazos con nuestros seguidores. Todos funcionan en perfecta sinergia, retroalimentándose de una forma que solo podría describirse como un “chef’s kiss“.

Para entender este trinomio, empecemos por el combate. En lo técnico, es un sistema por turnos en el que el eje está en descubrir y explotar las debilidades elementales de los enemigos. ¿Cómo lo hacemos? A través de los Arquetipos.

Los Arquetipos son transformaciones mágicas que otorgan habilidades únicas a cada miembro de la party. Hay más de 40 y se desbloquean no solo subiendo de nivel, sino también fortaleciendo los lazos con nuestros seguidores. Seeker, Warrior, Samurai, Healer y tantos más, cada uno tiene sus características propias, así como sus evoluciones ofrecen versiones potenciadas de los mismos.

No solo la magia elemental de cada Arquetipo es clave a la hora del combate, sino también explorar las “síntesis” disponibles. Esta mecánica es el resultado de la combinación de los skills de nuestra party, una suerte de movimiento especial que se desbloquea dependiendo de que Arquetipos utilicemos en el combate, ampliando considerablemente el elemento táctico a la hora de combatir.

¿Y qué son estos lazos de los que hablábamos? A lo largo del juego podemos formar vínculos con más de 15 personajes, cada uno con su propia historia. Estos vínculos nos permiten desbloquear nuevos arquetipos y sus evoluciones. Se fortalecen principalmente a través de diálogos y misiones, ya que interactuar con ellos amplía el lore del mundo, pero para hacerlo, debemos mejorar nuestras virtudes… ¿van viendo cómo todo encaja?

Las virtudes, tercer elemento clave, se dividen en Coraje, Tolerancia, Elocuencia, Sabiduría e Imaginación. Estas características, que van del nivel 1 al 5, se desarrollan interactuando con seguidores, leyendo libros, hablando con NPCs o completando misiones secundarias.

La retroalimentación entre estos sistemas es crucial: ninguna pieza es más importante que otra y todas son esenciales. Sin virtudes no hay lazos, sin lazos no hay arquetipos y, sin ellos, no hay combate.

Un diseño a la altura del rey

Así como todo venía siendo un rotundo 10, el apartado audiovisual no se queda atrás, y si pudiera, sería aún más sobresaliente.

El trabajo de Azusa Kido, Kenichi Goto, Shigenori Soejima y Yasuhiro Akimoto, diseñadores y artista respectivamente, es increíble en todos los aspectos: personajes, ciudades, mapas y menús son verdaderas obras de arte puestas al servicio del gaming. Y no lo decimos en sentido figurado (valga la redundancia con el nombre del juego), sino que algunas de las creaciones se inspiran directamente en obras de arte. Un claro ejemplo es el diseño de uno de los primeros “Humanos” que enfrentamos, que homenajea El jardín de las delicias de El Bosco.

La influencia de la saga Persona en el apartado estético es evidente, pero Metaphor: ReFantazio está lejos de ser simplemente un “Persona medieval/fantástico“. Es un juego con identidad propia, un mundo único. La inclusión de secuencias animadas al estilo anime, además de las cinemáticas tradicionales, aporta una frescura a la experiencia que quienes se adentren en este universo seguramente no olvidarán.

Conclusión

Metaphor: ReFantazio es perfecto. No es sencillo mantener un nivel tan alto a lo largo de casi cien horas, con la presión del reloj y una abrumadora cantidad de misiones secundarias, pero la nueva joya de Atlus (sí, otra más) lo consigue con creces.

Política, combate, giros argumentales… este juego lo tiene todo. Su sistema de lucha, potenciado por diversas mecánicas del juego, es tan vasto y profundo que uno nunca se aburre, siempre hay algo nuevo por descubrir y mejorar.

Los amantes del RPG tienen una nueva obra a la que rendir homenaje. El tiempo dirá si realmente logra un lugar entre los grandes del género, que los hay y son gigantes, pero a nuestro entender, Metaphor tiene los argumentos, y de sobra, para sentarse en esa mesa y plantar bandera.

10

Metaphor ReFantazio toma elementos de Persona pero es mucho más que eso. Un juego con identidad propia, una historia fuerte y profunda, personajes de los cuales constantemente uno quiere y pide más y un diseño impecable. Cada arista de la nueva obra de Atlus brilla por luz propia, pero cuando se combinan todas, brilla como ninguno.

  • User Ratings (0 Votes) 0
Share.

En la baticueva. Mientras Batman patrulla las calles yo subo notas desde su PC. Algunos me llaman Darth Cilli

Leave A Reply

Exit mobile version