Mortal Kombat 1 tiñe esta secuela a modo de reboot con una entrega completísima, atractiva en su jugabilidad y lleno de guiños y amor para los fanáticos.
Es hermoso ver el estado de gracia en el que, durante 2023 (y también los últimos 2 años), los fighting games están a la altura de las circunstancias. En parte, esto permite que cada franquicia de forma individual pueda ir elevando su propia vara título tras título, pero también exige en todo en todo su entorno esta a la altura de lo que demandan los jugadores, tanto de nicho como los casuales.
Mortal Kombat 1, en su previa, era un manto de esceptisismo. Desde su parte argumental, con una suerte de reboot/secuela con bastante secretismo en su narrativa, y la incorporación de los kameos a la dinámica de las peleas, algo que cambia gran parte de la ecuación estratégica de los combates.
Ya con varias horas en el hombro, todas esas dudas fueron despejadas: Mortal Kombat 1 es un paso acertadísimo en el futuro de la franquicia, que venía de un MK11 que había dejado sensaciones híbridas entre la comunidad. Logra asentarse con firmeza en una jugabilidad muy fluída, un nivel audiovisual espectacular y una cantidad de contenidos que promete ir nutriéndose con el correr de los meses.
Gore, sangre, fatalities y por sobre todas las cosas un buen colchón de guiños para un fandom que puede estar tranquilo: entre tanto humo de Ed Boon, hay un título robusto y a la altura de lo que demanda su legado.
Forjando una nueva era.
Mortal Kombat 1 tiene un 20% de reboot y un 80% de secuela. Y no solo secuela de los eventos que sucedieron en Mortal Kombat 11, sino también en X y 9. Liu Kang tomó el rol de Kronika como Titán del Tiempo y reforjó sus los universos de forma tal que la paz sea posible entre los reinos, y dejando a los principales villanos de siempre, destinos insignificantes, lejos de la ostetación de poder.
El propio Liu Kang en esta historia dejó su rol como Titán para transformarse en un semi Dios protector de Earthrealm, el mismo puesto que auguró Raiden durante generaciones. Sin embargo, este “reinicio” tiene su legado en toda la trilogía anterior, algo que Liu Kang, y los propios acontecimientos de la historia, se dan el lujo de mencionar en varias ocasiones, de forma directa como indirecta.
Su modo Historia repite el modus operandi de las entregas anteriores, con diferentes capítulos protagonizados por un personaje puntual, con extensas cinemáticas interrumpidas por numerosas peleas que tendremos que ganar para continuar con la narrativa. En su primer tercio, un arco más introductorio, funciona para describir y mostrar la faceta de estos viejos nuevos personajes, pero cómo también el vínculo entre los reinos ostenta una fragil paz, que buscará ser corrompida por los mismos de siempre.
En esta reimagainación de la historia, es atractivo ver a personajes como Scorpion, Baraka, al General Shao e incluso Raiden o Mileena, en una profundidad y desarrollo pocas veces abarcada en entregas anteriores. Este reinicio permite una libertad mayor para dar nuevos orígenes a varios personajes, pero también a alianzas y traiciones. Liu Kang es claro al comienzo de la historia: él únicamente marco los lineamientos del universo, pero son los mortales los que forjarán cada uno de los destinos.
En el desarrollo de su historia, las traiciones y los giros de guión como siempre estarán a la orden del día. NetherRealm Studios siempre apostó a producciones más espectaculares con la búsqueda de ese impacto que llame la atención de los jugadores, y en varios momentos de esta aventura lo consigue. Pero, como mencionaba más arriba, MK 1 continúa la línea argumental de las 3 entregas anteriores, y su último tercio cobra el peso de tener que ser más grande y gigante que lo sucedido en MK11, y esto trae como consecuencia que algunos personajes queden desdibujados. Con esos detalles menores, en un Modo Historia que mantiene el nivel de sus antecesores, con varios momentos que rompen el hypometro con facilidad.
Metiéndonos en su parte más relevante, la jugabilidad, La beta abierta ya había dejado algunos mátices de lo que podríamos encontrar en la versión final, y esas sospechas se confirmaron: Mortal Kombat 1 es una fiesta.
Si vienen jugando las ediciones anteriores, el ritmo de las peleas se encuentra en un punto medio entre Mortal Kombat 9 y MK X, esto significa que hay una agilidad dentro de la puesta en escena y en la respuesta de los controles. No estamos hablando de batallas frenéticas ni mucho menos, pero hay una soltura más marcada en los personajes, que danzan coreográficamente entre el hilvanaje de combos y técnicas especiales.
Hay varios personajes que casi mantienen un molde de ediciones anteriores. Liu Kang, Scorpion y Kung Lao son versiones bastante similares, salvando las distancias, respecto a ediciones anteriores; pero soprende por ejemplo ver las nuevas versiones de Raiden, Geras y Shao, que incluso en la robustes de sus movimientos tienen una versatilidad más atractiva que tanques incómodos para mover.
Kitana y Mileena serán personajes que sufriremos en exceso dentro del online, pero Tanya y Li Mei también se asoman como buenos añadidos. Cada personaje tiene sus pro y sus contras dentro de la batalla que, a priori ninguno se siente excesivamente injusto. Incluso Shang Tsung, que en Mortal Kombat 11 apareció con un set de habilidades bastante irregular, ahora está un más equilibrado. Es un roster que maneja también los gustos de cada jugador; incluso también en el estilo de lucha. Reiko, por mencionar un ejemplo, tiene pocas habilidades a distancia pero las complementa con algunos movimientos a corta distancia implacables. Mismo con Johnny Cage, que abandonó las técnicas sobrenaturales para ser imparable en el combate en rango cercano.
Dentro de los combates, la gran incorporación de lujo son los kameos. Como mencionamos en las impresiones de la beta, son los verdaderos game changers del equilibrio dentro de las partidas. La elección del kameo no es una mera opción banal dentro de la partida, sino que acompañará el estilo del luchador principal que elijamos. Por ejemplo, Motaro y Kung Lao tienen, dentro de sus set de habilidades, la posibilidad de teletransportarnos a otra parte del escenario. Sektor cuenta con misiles teledirigidos; Sonya y Jax son ideales como soporte anti aéreo, o quizás una buena opción es sumar a Goro que tiene técnicas de corto alcance que interrumpen a los rivales. La gracia de encontrar múltiples combinaciones es espectacultar, y continúa sumando capas a una propuesta que ofrece mucha libertad en el combate.
Quizás a nivel técnico, el despliegue de las batallas está un nivel por debajo de Street Fighter VI, que en ese sentido tiene una profundidad más marcada del potencial de cada personaje. Mortal Kombat 1 es técnico es la disposición de sus peleas pero también es show, también es gore, también son tripas y extremidades volando por los aires. Esa cuota de show NetherRealm Studios la maneja a la perfección y nos regala una de las entregas más violentas y vistosas de los últimos años.
Mortal Kombat 1 logra maridad con sus contenidos la forma de contentar tanto a los jugadores que quieren competir online como los que solo quieren contenido para Un Jugador. En esta última arista, el modo Invasión es el elemento más novedoso y que, de cierta forma, busca también imprimir esa mini cuota rpg a su contenidos.
Con un desplazamiento que simula un tablero de juego de mesa con casilleros, nos abriremos paso por diferentes reinos y mundos, a través de temporadas narrativas que durán alrededor de los 25/30 días. Por mencionar un ejemplo, este debut de Mortal Kombat 1 arranca con una historia que pone en foco a Scorpion y su búsqueda de venganza por el asesinato de su familia. Con la excusa de las líneas temporales y los viajes en el tiempo, Invasión aprovecha este recurso narrativo para inventar cualquier tipo de historia que justifique explorar los diferentes escenarios.
En este modo, iremos superando desafiós individuales, torres, pruebas de supervivencia y luchas especiales a fin de ir subiendo de nivel dentro de este modo de juego. Cada personaje y su kameo tienen su contador de niveles y stats; y cada vez que un personaje sube de nivel se le otorgan a todos 5 puntos de habilidad para distribuir. Sin embargo, además del leveleo de estadísticas los luchadores tienen su propia progreso de rango, con 35 niveles cada uno, que sirven para desbloquear skins, accesorios, fatalities y brutalities, entre otros.
El progreso en Invasión también permite desbloquear kameos y elementos dentro del propio modo, como consumibles o amuletos. Veremos la diversidad de historias y contenidos dentro de esta vertiente, que contará asimismo con torres diarias, semanales y de temporada, para diversificar la oferta de contenidos; pero como punto de partida es una opción que demandará una buena cantidad de horas para completar todo al 100%.
El apartado audiovisual es sencillamente acorde a la actual generación de consolas. Es en las cinemáticas del Modo Historia donde se logra apreciar el nivel de detalles que tienen los personajes, la articulación de sus expresiones y la coreografías de los combates, todo en un set de escenarios que varían entre la Tierra y Outworld, con una diversidad de locaciones que hacen gala de todo el potencial que tiene el juego a nivel artístico.
Un set artístico más “luminoso” que en entregas anteriores, pero también va de la mano de su propuesta narrativa en la que Liu Kang creo un universo con paz y armonía entre los reinos, que permite también mostrar una arista diferente de, por ejemplo, el Mundo Exterior.
Durante las peleas, todo funciona a 4K en 60 fps completamente estables y hay una cohesión entre la dinámica de las partidas, el movimiento de los personajes, la cantidad de elementos que aparecen en pantalla y al mismo tiempo disfrutar de los paisajes que acompañan el marco. Dentro del género, Mortal Kombat 1 es el título más vistoso a nivel gráfico, y lo refuerza en cada uno de los elementos dentro del juego. Incluso yendo a la edición de personajes, podemos tomarnos un minuto para apreciar el diseño al detalle de cada luchador.
Durante la revisión de esta review; encontramos algunas inconsistencias en los servidores pero todo se fue solucionando con el último parche previo a su lanzamiento oficial. Sin crossplay por el momento, las partidas que intentamos buscar dentro de los modos disponible (casual, clasificatorio y el ya habitual Rey de la Colina) funcionaron dentro de los parámetros correctos.
Conclusión
Desde Mortal Kombat 9 que la franquicia no lanzaba un título tan redondo, que marida perfecto entre lo que es el adn de Mortal Kombat, la innovación dentro de la franquicia y una robusta propuesta de contenidos. Todavía creo que tiene mucho potencial para ofrecer dentro de las vertiente single player, con campañas más aventureras y no tanto esta fórmula mega conocida, pero la llegada de Invasiones en otra vuelta de tuerca a la vida útil del juego, que será abastecida de personajes y material durante los próximos meses.
La irrupción de los kameos es fantástica. Un elemento que equilibra las partidas y que al mismo permite torcer el curso de las mismas a través de acertadas intervenciones. Las peleas mantienen el vertigo clásico de Mortal Kombat pero la lleva a nuevos niveles, con la misma espectacularidad y violencia que nos tienen acostumbrados.
En una secuela disfrazada de reboot, NetherRealm sentó las bases para que estemos hablando de MK1 durante lo que queda de 2023 y buena parte del año que viene, pero también empieza a trabajar tras bambalinas de lo que será el futuro de la saga para lo que sigue de la actual generación de consolas.
En una secuela disfrazada de reboot, NetherRealm sentó las bases para que estemos hablando de Mortal Kombat 1 durante lo que queda de 2023 y buena parte del año que viene.
Desde Mortal Kombat 9 que la franquicia no lanzaba un título tan redondo, que marida perfecto entre lo que es el adn de Mortal Kombat, la innovación dentro de la franquicia y una robusta propuesta de contenidos.
La irrupción de los kameos es fantástica. Un elemento que equilibra las partidas y que al mismo permite torcer el curso de las mismas a través de acertadas intervenciones. Las peleas mantienen el vertigo clásico de Mortal Kombat pero la lleva a nuevos niveles, con la misma espectacularidad y violencia que nos tienen acostumbrados.