En el marco del 25° aniversario de la franquicia creada por Eiichirō Oda, Bandai-Namco sale a la cancha con One Piece: Odyssey.
Los Mugiwara están de regreso en One Piece: Odyssey. El nuevo título desarrollado por Bandai Namco, bajo la supervisión del mismísimo Eiichirō Oda, busca transportarnos a la isla de Wano, un territorio creado exclusivamente para esta entrega cargado de nuevos personajes así como también el regreso de viejos conocidos de la casa.
One Piece: Odyssey nace como una celebración de los 25 años de la franquicia. Las bodas de plata de una de las manganime más importantes de la historia no es algo que pueda tomarse a la ligera y es por eso que Bandai-Namco decidió romper el tablero con su entrega más disruptiva hasta la fecha.
Bienvenidos a Waford
¡Naufragio en la Isla Waford! One Piece: Odyssey le da la bienvenida a sus Mugiwara a todo trapo, golpeándolos de lleno con una Knock-Up Stream (elemento súper conocido para los nakamas que viene de la serie o manga), y forzando un aterrizaje algo brusco en esta misteriosa isla llena de secretos por descubrir.
La presencia de Oda se siente fuerte en esta nueva aventura y eso es algo más que positivo. Ni bien desembarcamos en esta isla vamos a conocer a los nuevos personajes: Adio y Lim, quienes de cierto modo serán los responsables de catapultarnos hacia los eventos que viviremos, aunque Lim tendrá un peso mucho mayor en la historia.
Tras entrar en contacto con nuestros héroes, Lim, desconfiada de los piratas en general, usará sus poderes para que Luffy y compañía sean despojados de sus habilidades y fuerza, obligándonos a llevar adelante la ardua misión de recuperar aquello con lo que desembarcamos en Waford pero que ahora se ha extraviado.
Esta es la forma en la que se irá construyendo la historia a través de dos vertientes. La primera es la correspondiente al misterio de la Isla Waford y todo lo que esta oculta, mientras que por otro lado tendremos que ir reviviendo momentos icónicos de la saga como si fuesen “recuerdos” los cuales usaremos para ir recuperando nuestros poderes.
Si bien Bandai-Namco encontró una forma no forzada de incorporar algunos de los momentos más memorables de la franquicia en su historia, lo cierto es que revivir Alabasta o Water 7 es algo que ya hemos hecho en muchísimas entregas de One Piece, y que termina opacando un poco todo lo que intenta crearse desde cero con la historia de esta nueva isla y sus personajes, los cuales pasarán a ser canónicos según reveló el creador del manga.
Estructuralmente, One Piece: Odyssey obedece al formato tradicional de los RPG ofreciendo una serie de dungeons y desafíos que deberemos ir superando con el uso de las habilidades únicas de cada personaje hasta encontrarnos con un Boss, algo que tampoco resulta muy complicado. Por consecuencia, el principal atractivo del juego radica en el desarrollo de los personajes y las relaciones que iremos formando, para dejar en un segundo nivel su jugabilidad.
Un combate disruptivo
Centrándonos ya en la jugabilidad per se, nos encontramos con el debut de One Piece en el mundo de los RPG tácticos tradicionales, y vale la pena destacar que lo han hecho bastante bien para ser la primera incursión de esta franquicia que históricamente se ha visto asociada con juegos más de acción.
Probablemente estamos ante la mejor jugabilidad que ha entregado una aventura de Luffy hasta el momento. Ofreciendo una impresionante variedad de técnicas donde Bandai-Namco hace uso de todo el repertorio histórico de la serie, One Piece: Odyssey propone un completísimo sistema de lucha cuyo foco está puesto en el uso de movimiento especiales.
El Gear 2 de Luffy, el Rashomon de Zoro o el Cien Fleur Delphinium de Nico Robin son tan solo algunas de las decenas de movimientos especiales presentes, cada uno ejecutándose bajo su propio arquetipo: Poder, Rapidez y Técnica, el cual desemboca en un sistema de “piedra, papel o tijera” dónde un arquetipo tiene ventajas sobre el otro invitando a que vayamos modificando nuestra party para que esta se ajuste a cada combate.
Con respecto a los combates y nuestra party, el juego toma la decisión de no incluir chance-encounters, es decir enfrentamientos sorpresa. Vamos a poder ver a nuestros enemigos en el mapa y decidir como enfrentarlos, incluso permitiéndonos sorprenderlos por la espalda y ganar la ventaja de comenzar aturdiéndolos y atacando primero, lo cual le añade una pequeña capa extra de estrategia a la lucha.
Al tratarse de un JRPG táctico y presentar un combate por turnos, no hay diferencias sustanciales a la hora de enfrentar a los bosses. No es que todo tenga la misma dificultad, lejos de eso, pero el sistema de combate sigue siendo el mismo solo que enfrentarnos a Crocodile, Rob Lucci o Smoker. Lo que sí varía es la duración que tendrá el combate, así como también la estrategia y táctica que usaremos, cada uno debiendo ser pensada para el mano a mano con estos personajes.
Un elemento que diferencia a esta entrega de otros juegos del género es que en One Piece: Odyssey no hay armas o indumentaria que otorgue habilidades o mejore stats. Aquí se apuesta por un sistema de joyas que se van incrustando en el cuadrado de cada personaje y las cuales se pueden acumular entre sí, añadiendo boosts a las stats de cada personaje o habilidades como quemadura, parálisis, etc.
Sin lugar a dudas los combates de este título son algo jamás visto en la franquicia y , es algo que le calza de maravilla. Alejarse de lo Musou o del mal trago que terminó siendo World Seeker permite encontrar una veta poco explorada en los RPGs por turnos dentro de las adaptaciones de anime y que ofrece un componente estratégico más que divertido a la hora de pensar en futuras entregas.
Un tesoro del otro lado del Grand Line
Otro de los puntos altos que se hace presente en el juego es el uso del motor gráfico Unreal Engine para darle vida a la banda del sombrero de paja. Visualmente estamos ante la mejor entrega de la franquicia y es que todo el ambiente que pensó Oda para Waford, su ecosistema y personajes se ve reflejado a la perfección con un estilo distinto al tradicional 2D del anime, pero que no por eso pierde la esencia de lo que es One Piece.
Las animaciones tanto de las cinemáticas como las del combate a la hora de ejecutar los movimientos especiales son una verdadera joyita y una caricia al alma para los amantes de la obra. Ver ejecuciones tan bien logradas de técnicas y movimientos icónicos es algo que nunca deja de emocionar y sacarnos una sonrisa.
Sin embargo, lo que se lleva todos los aplausos por más bello que se vea el juego (y vaya que lo hace), es todo el apartado de voces presentes en One Piece: Odyssey. No solo los personajes principales cuentan con sus Seiyū, sino también todos los personajes y bosses que alguna vez han aparecido en la serie, lo cual no puede evitar transportarnos directamente a los grandes momentos que se viven desde el comienzo del anime allá por 1999, cuando la serie hizo su debut triunfal.
Conclusión
One Piece: Odyssey es hasta el momento la mejor entrega de la saga. Sin ser perfecta es una gran aventura con todos los elementos que hacen a un arco de la historia creada por Eiichiro Oda: humor, aventura, acción y batallas épicas.
La apuesta de un sistema táctico por turnos parecía algo raro en una franquicia tan dinámica y explosiva pero terminó siendo un gran acierto, ofreciendo un sistema cuya curva de aprendizaje es bastante progresiva y nos permite acceder a un enorme abanico de movimientos especiales que los fans de la serie sabrán valorar.
Claramente Bandai Namco metió un pleno con esta aventura y esperemos que podamos ver más de Luffy y compañía navegando por esta corriente.