Separate Ways es la frutilla del postre para coronar la remake de Resident Evil 4 como una de las experiencias más completas y robustas de la franquicia en los últimos años.
Resident Evil 4 Remake mantuvo, salvando las distancias y dejando a un lado todo el componente jugable, una línea de identidad respecto a las anteriores remakes que Capcom lanzó durante los últimos 4 años (Resident Evil 2 y Resident Evil 3). El punto en común se trazó en una profundización de su narrativa, para dar una mayor coherencia y cohesión a los eventos, impulsado también por personajes más desarrollados, teniendo en cuenta que estamos en universo sacado del cine clase B, con todas las licencias que eso permite.
Con el rotundo éxito de RE 4 Remake, solo le faltaba una pieza a este rompecabezas para completar su lanzamiento y hacer de este (nuevo) regreso una propuesta de contenidos sumamente robusta: Separate Ways.
Al igual que en la versión original (salvo que no te lo cobraban como un DLC a 10 dólares), tomamos el control de Ada Wong para jugar su propia campaña que ronda casi un tercio de la aventura principal protagonizada por Leon S. Kennedy. Separate Ways llega con diferentes cambios en su estructura, posibilidades de juego y habilidades de Ada, pero por sobre todas las cosas llena los huecos argumentales de una forma mucho más lógica y atractiva para el fan de RE.
Una asesina experta
Separate Ways plantea en Ada un personaje más versátil y con un mayor abanico de habilidades y gadgets. Las dos principales novedades es la incorporación del gancho/grappling hook (que en la versión original aparecía más en cinemáticas y contadas opciones) y un rastreador.
El gancho tendrá varios usos durante la campaña, algunas veces para desplazarnos por el escenario, otras para utilizar el sigilo y sorprender enemigos, mientras que en momentos estará seteado para enfrenamientos específicos con algún boss en particular. El rastreador permite, por su cuenta, ubicar huellas de personajes y la implementación de algunos puzles. Es un recurso atractivo a la primera, a la segunda ya entendés que te corta cierto ritmo y después cada instancia es casi más de lo mismo. Es un aporte que hace más por construir el perfil de Ada que ofrecer algo atractivo en su jugabilidad, en un título que justamente su fuerte pasa por el maridaje entre la acción y el survival horror, y no los desafíos de ingenio.
Al tener una estructura más corta, son mucho menores las zonas de transición sin encuentros con enemigos. El viaje de Ada estará plagado de ganados, regenadores, insectos del castillo y algunos encontronazos con nombres propios como Mendez, Luis Sera y ni hablar de Albert Wesker. El gran antagonista de la saga y el arquitecto detrás de los principales eventos de la historia tiene por primera vez en esta saga de remakes una participación, con intervenciones apuntadas a construir su personaje y algunas pistas de lo que, todo indica, seguirá este recorrido de relanzamientos. No creemos a esta altura que Resident Evil 1 tenga su remake, y con CODE: Veronica cada vez más olvidado, todas las pistas apuntan a África y la aventura de Chris Redfield en Resident Evil 5.
Como en la versión original, haremos un pasaje por las 3 grandes zonas de Resident Evil 4: El pueblo, el castillo y luego la isla. Los desafíos tienen una curva de dificultad más elevada y angosta; porque de cierta forma se presume que para llegar a Separate Ways completaste la campaña de Leon y ya hay una cierta habilidad obtenida con este pasaje. Por eso las invasiones de Ganados en espacios reducidos, los encuentros con rivales más duros y exigentes serán una cuota repetitiva durante los diferentes episodios y ya desde el vamos.
Las modificaciones en la narrativa, con agregados y cambios (que notarán los que jugaron la versión original) están a la orden del día para darle un propósito más claro a Ada. Su alianza con Albert Wesker, los encuentros con Luis Sera y el vínculo que lo ata a Leon le dan una mayor humanidad al personaje, que no deja de ser una mercenaria a sueldo que de tanto en tanto la moral le gana a los intereses de terceros.
Este plus también impacta directamente en cómo se desarrolla Separate Ways: son un poco más de 4 horas de duración casi al palo, que solo nos detendrá la marcha para agarrar provisiones o interactuar con algún personaje secundario. Esta expansión es más que ver la historia original desde la perspectiva de Ada, sino que además es un mix comprimido de toda la aventura de Leon con algunos agregados innovadores en lo que respecta a desafíos y enemigos a vencer.
Conclusión
Lamentablemente Capcom tomó la decisión de cobrar 10 dólares una expansión que ameritaba ser completamente gratuita, porque Separate Ways es ese plus de contenido necesario para hacer la experiencia de Resident Evil 4: Remake uno de los grandes títulos del año y en el podio directo (una vez más) a lo mejor de la franquicia.
Sigue en el debe una IA de los enemigos un poco más exigente (independientemente de la dificultad) pero la historia de Ada Wong está a la altura del desarrollo narrativo que tomaron todas las remakes de Resident Evil hasta la fecha.
Atractivo, conciso y evitando repetir formatos de contenidos de la historia de Leon; Ada se merecía un lugar protagónico en esta remake y Separate Ways lo cumple con creces.