Un descomunal ejército de alienígenas, un enorme arsenal y un shooter que se siente demasiado anticuado y vacío para responder al título de esta icónica saga.
Casi una década tuvieron que esperar los fanáticos de Sam para ver llegar una cuarta entrega de la saga que protagoniza. El equipo de Croteam está de vuelta con la promesa de mejorar la fórmula que ha convertido a esta franquicia en una obra de culto. Sin embargo, Serious Sam 4 no es ni de asomo una evolución y de hecho apenas si sirve para contentar a aquellos seguidores más férreos.
Sirviendo como precuela para Serious Sam 3, este nuevo título nos lleva a Europa para envolvernos, como no podía ser de otra manera, en una descomunal invasión alienígena. Un ritual sangriento que trae todo ese espíritu de los shooters en primera persona de la vieja escuela, pero que aún apostando por esa mística se queda demasiado corto en casi todas sus vertientes.
El simpático Sam
Entiéndase la ironía del título, aunque vamos a decir la verdad, pese a su soberbia y sus palabrotas no por nada el protagonista de esta saga ha conquistado a tantos jugadores a lo largo de los años. Y él es quien vuelve a ser el color principal de la historia en Serious Sam 4, que se limita a resumirnos la parte narrativa en un par de frases soltadas al principio para envolvernos pronto en la carnicería que ya es sello de la marca. No esperamos mucho más de un juego de estas características, pero el poco trabajo que hay detrás de los diálogos y de la línea argumental principal realmente atenta contra la experiencia.
Si bien Sam es todo lo que lo ha caracterizado hasta el día de hoy, el resto de personajes pasan demasiado desapercibidos a lo largo de toda la aventura. Decir que los diálogos son básicos es realmente quedarnos cortos y quienes quieran profundizar un poco más en los hechos podrán hacerlo a través de una serie de notas repartidas en los diferentes escenarios, que realmente no parecen estar escritas con mucho más esmero. En fin, la parte narrativa del título es simplemente anecdótica, por lo que entendemos que en Croteam querían que vayamos directo a la acción.
Una carnicería alienígena
¿Pero qué pasa si la acción tampoco es del todo convincente? A ver, sí, destruir a hordas de alienígenas y hacerlos volar por los aires siempre es algo que nos encanta hacer, pero lo cierto es que esperábamos un poco más de un Serious Sam 4 que se ha hecho esperar por casi una década y que llega justo para despedir una cuarta generación de consolas que nos ha dado muchísimo incluso en materia de shooters de la vieja escuela, como el reciente DOOM Eternal.
A esta nueva entrega de Croteam le cuesta un poco arrancar, con unos primeros niveles demasiado tranquilos y un arsenal que tarda bastante en mostrar sus cartas más interesantes. Si hablamos de un juego de alrededor de 10 horas, que pasemos unas cuatro con menos de la mitad de las armas existentes y encima luchando con la escases de ciertas municiones, lo cierto es que puede resultar algo frustrante. Más aún cuando sabemos que no es la esencia de una franquicia que tiene por ley poner a disposición del jugador un sinfín de divertidas opciones para reventar extraterrestres.
Y si de extraterrestres hablamos la variedad no es poca, con enemigos de todos los tamaños y colores, incluyendo una especie de zombis que siempre estarán ahí para complejizar aún más los incesantes ataques. Realmente es excitante, para los amantes de la acción frenética, ver como en el horizonte asoman decenas de criaturas dispuestas a hacernos frente y a las que podemos convertir en tripas voladoras con pistolas, escopetas, ametralladoras, lanzacohetes, granadas y otras tantas armas especiales que terminan por convertirse en uno de los mayores atractivos.
Sin embargo, uno de los grandes problemas de Serious Sam 4 es en dónde se desatan esas descomunales batallas. Aunque para esta aventura viajamos a Europa, lejos están los escenarios de reflejar los bellos parajes que se pueden encontrar en países como Italia o Francia. De ese modo queda en la nada la promesa del equipo de desarrollo de alejarnos de los mapeados desérticos, porque cada misión nos lleva a un nuevo e igual de chato escenario en el que apenas encontramos alguna cobertura puesta entre mucha nada.
Así debemos ir sorteando una serie de misiones principales que en la mayoría de los casos suponen un viaje de un punto A a un punto B mientras acabamos con decenas de enemigos, y otras secundarias que tampoco aportan demasiado. En todo el desarrollo de esta nueva aventura apenas destacan un par de momentos que rompen con la monotonía, como cuando controlamos un gigantesco robot o se nos permite un momento de exploración a bordo de una motocicleta, pero que tampoco brillan en su ejecución y parecen metidos a la fuerza.
Lluvia de perdigones – Apartado técnico
Lamentablemente para Serious Sam 4 y el nombre de esta saga de culto, su apartado técnico tampoco llega para salvar las papas. A nivel gráfico claramente se ve como un título de al menos una generación atrás, con acabados y texturas muy pobres, junto a un diseño de personajes pintoresco pero no destacable. El sonido corre la misma suerte, pobre en general y con abruptos cortes de la banda musical cuando la acción termina.
En cuanto al rendimiento, más de lo mismo. En PC ni siquiera se acerca a los 60 frames por segundo cuando los escenarios se llenan de enemigos y esto es algo que molesta muchísimo cuando la velocidad de los enfrentamientos son la clave de la experiencia. Además de varios bugs menores el título se ha crasheado en varias ocasiones sin motivo aparente, tiene unos muy largos tiempos de carga, algunos textos están sin traducir y algunos puntos de autoguardado no tienen sentido alguno.
Serious Sam 4, el veredicto final
Después de casi una década el representante más guarro de los shooters en primera persona de la vieja escuela está de vuelta, con una precuela de la última entrega que no está ni cerca de una saga que se ha vuelto un elemento de culto. Probablemente contentará a los fanáticos más férreos, pero lejos está de buscar algo más que ese básico objetivo y aún menos de cumplir con lo que se esperaba de un tan tardío regreso.
No puede decirse que Serious Sam 4 sea aburrido, porque sus frenéticos combates contra decenas de todos los tipos de alienígenas hacen pasar rápido las horas, más aún cuando se nos ofrece un amplio arsenal para hacerlos volar por los aires. Pero su historia casi inexistente, sus escenarios básicos, su apartado técnico pobre y la poca ambición que se siente en la propuesta, acaban en un resultado apenas convincente.