Unas jugabilidad inmersiva y una historia fantástica hacen de Star Wars: Squadrons uno de los mejores títulos de la franquicia en años.
Siempre me llamó la atención que, con todo el potencial y abanico de posibilidades, son pocos los juegos basados en el mundo de Star Wars que lograron destacarse durante los últimos tiempos. Star Wars: Knights of the Old Republic es una reliquia en el horizonte y tuvimos que esperar hasta el año pasado con Jedi: Fallen Order para volver a disfrutar de una gran aventura de la saga, que no solo aportó valores de jugabilidad interesantes, también una historia con matices y profundidad.
Cuando uno habla superficialmente de Star Wars, hay varios tópicos que rápidamente logran identificar a la franquicia, ¿cuáles son? Los Jedi/Sith, La Fuerza, los duelos con lightsaber y, por supuesto, las naves y sus batallas aéreas. Y sobre el último punto retomamos el mismo tema de discusión, son contados los juegos de la saga que lograron reflejar la inmersión de sentirse un piloto en esta galaxia muy muy lejana y Star Wars: Squadrons llegó para elevar esa vara y enaltecer toda la magia que tiene esta vertiente.
Desarrollado por EA Motive, Star Wars: Squadrons es una aventura de naves que tiene una dedicada campaña single player pero un multijugador con la misma injerencia, para no excluir a nadie de esta aventura que más que nunca nos hace sentir como un piloto, tanto de la República como del Imperio. El nombre a muchos les hará acordar al inoxidable Star Wars: Rogue Squadrons, una trilogía de juegos que siempre estuvo en el pedestal de los fanáticos por mucho tiempo, pero ahora parece que tenemos un sucesor natural
Una guerra llena de grises
La historia de Star Wars: Squadrons comienza durante los acontecimientos de Epidosio IV. Tras la destrucción de Alderaan, un comandante del Imperio decide contradecir las ordenes impuestas por Darth Vader -que exigía una eliminación completa de los sobrevivientes al atentado- para sumarse a las fuerzas rebeldes.
Luego de este prólogo, que funciona como el primer tutorial para aprender el pilotaje de las naves, la narrativa salta hasta la disolución del Imperio y el surgimiento de la nueva República. La caída del Emperador y la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte no significó la destrucción total de la facción, que busca resurgir de las cenizas para recuperar el poder perdido y aplastar a la “escoria rebelde” que intenta terminar el conflicto de una vez por todas e instaurar la paz en la galaxia.
La campaña, desde su comienzo, alterna su protagonismo entre las 2 facciones: daremos vida a pilotos, previamente creados con un editor bastante simplón, tanto de la Nueva República como del desmoronado Imperio, pudiendo apreciar las 2 perspectivas del conflicto y meterse de lleno en los planes y motivaciones.
Este es uno de los puntos más fuerte de toda su narrativa, porque no torna su foco en el bien contra el mal, sino que constantemente coquetea en un mar de grises, algo que pocas producciones de Star Wars pudieron lograr y nos mete de lleno con una inmersión alucinante con toda la magia de la franquicia y con destellos de fan service por todos lados. Un fan service que no quiero dejar de remarcar, porque no es algo que impulse el desarrollo de la historia sino que aparece para esbozarnos una sonrisa o alimentar un poco ese corazón de fan que tenemos.
Con una duración que ronda entre las 8 y 10 horas, Star Wars: Squadrons no deja ningún elemento librado al azar cuando se trata de cumplir misiones épicas, sumergirnos en objetivos imposibles o tener desventaja numérica en una ecuación donde tenemos todas las de perder.
La inmersión no solo se reserva para su arista narrativa, que el juego sea en primera persona es una enorme intencionalidad de parte de EA Motive para sumergirnos en toda la magia que ofrece el título. El nivel de detalles de cada una de sus naves, el momento previo a prender todos los comandos, personalizarla con diferentes elementos; realmente es la primera vez en un juego de la franquicia que me siento un verdadero piloto a bordo de un X-Wing o un Tie Fighter.
Su jugabilidad roza el nivel de simulación y poco a poco aprenderemos todas las posibilidades que ofrecen las 4 clases de naves que hay disponibles en Star Wars: Squadrons. Porque no solo se trata de desplazarse, apuntar y disparar, el juego tiene varias capas de profundidad con un nivel de aprendizaje accesible para no dejar a nadie afuera. Quizás el apartado multijugador si eleve la vara de dedicación para no ser un blanco fácil constante, pero la campaña cuenta con 4 niveles de dificultad bien segmentados.
Dentro de los comandos de la nave, tendremos un arsenal compuesto por un arma principal que se recarga de forma ilimitada dejándola reposar, un arma secundaria más poderosa que varía entre misiles, cañón de iones y un tercer comando de armamento que está ligado a elementos de desvío de misiles para reducir la cantidad de impactos que recibimos.
Una de las cosas que más me gustó es que podemos redirigir la energía de la nave, tanto a la potencia del motor para tener más velocidad, a las armas para tener una mayor capacidad y a los escudos, cuando tenemos que hacer intromisiones o romper las líneas enemigas soportando fuego directo. De hecho, podemos canalizar la potencia de los escudos hacía el frente o hacía nuestra parte trasera de la nave, para situaciones específicas.
El desplazamiento de las naves es súper cómodo y fluido, incluso jugando con un joystick de PlayStation 4. Cada una de las 4 clases de naves se siente diferente, no solo en el armamento y potencia, sino en la forma que se desplazan y movemos en el espacio.
No hay mucho para reprocharle a nivel jugable porque realmente logra un balance entre la simpleza de sus comandos, la facilidad para aprender a pilotear las naves, la puerta abierta para perfeccionar nuestras habilidades y la inmersión de estar dentro de la nave que complementa cada una de las espectaculares batallas especiales que protagonizamos.
A nivel audiovisual, mis valoraciones son rotundamente positivas aunque tengo algunas sensaciones encontradas. El nivel de detalle de las naves es abismal, incluso porque hablamos de un juego que no tiene el portento de un AAA. Hay un amor impuesto al diseño de cada clase de naves que lo hace mágico, con una inmersión (sí, insisto con esto porque es el game changing de Star Wars: Squadrons) que termina de conorarse con una banda sonora y unos efectos de sonidos fieles a la franquicia. El único por menos que le aquejo a esta entrega es la simpleza que tiene el entorno de algunos escenarios. Obvio, no le puedo reclamar mucho cuando la mayoría de los combates se dan en el inmutable espacio, pero me pasó transitando la campaña que algunos escenarios eran un tanto simplones.
Una vez que completamos la campaña, algo que nos recomienda el propio juego para conocer a fondos todas sus mecánicas y naves, van a querer saltar sin escalas al multijugador, donde profundiza toda su experiencia y pondrá a prueba de verdad nuestra condición como piloto.
Hay únicamente 2 modos de juego: Refriega, un clásico team deathmatch que nos coloca en un 5vs5 para destruir al escuadrón enemigo. En segunda instancia tenemos “Batalla de Flotas”, un modo más dinámico que tiene como principal meta destruir la nave principal enemiga. Para eso, debemos ir avanzando en una serie de fases destruyendo naves y atacando objetivos claves de las flotas rivales para subir nuestra barra de moral y llegar hasta el objetivo final.
Dentro de todas sus aristas, Batalla de Flotas es el modo que mejor encierra toda la dinámica y estrategias en Star Wars: Squadrons, ya que cada una de las clases de naves tiene un rol específico, no todas funcionan con el mismo fin y conocer cada una de ellas un paso más dentro de nuestro curriculum de piloto.
Con todo lo que representa EA en cómo se lleva con los contenidos extra y microtransacciones, es la primera vez en un juego de su estudio que le demandó que haya expansiones en los meses que vienen, porque realmente todavía hay mucho potencial para explotar. Lamentablemente, desde EA Motive aseguraron desde que anunciaron el título que su lanzamiento no implicará DLC y que todo lo que veremos en el juego estará disponible desde su lanzamiento.
Por cuestiones de logística, no puedo comentar sobre el apartado de VR en Star Wars: Squadrons, y en caso de poder probar este complemento a posteriori actualizaremos el análisis.
Conclusión
Star Wars: Squadrons repite lo logrado con Jedi: Fallen Order para ofrecernos una de las mejores experiencias basadas en la franquicia. Una aventura de naves contenida, pero con un potencial y un amor por Star Wars enorme. Su jugabilidad es asombrosa y la inmersión completa nos hace sentir realmente un piloto batallando a través de toda la galaxia.
Ojalá que EA Motive expanda los contenidos (de forma grauita) en un futuro cercano, ya que puede sentirse un poco de parco de contenidos, principalmente en el componente online. La campaña, por su parte, está a la altura de las circunstancias y juega con un guion que no teme en mostrar aristas poco vistas en el plano cinematográfico.
Este es el camino que debe atravesar la saga ahora en más, y en los que respecta a juegos de naves, Squadrons elevó la vara.