Continuista y exigente para nuevos jugadores del género, The King of Fighters XV se queda en su zona de confort con un título competente, pero que no pelea por la corona.
Si uno hace una revisión durante la historia de The King of Fighters, podemos observar una inserción en el mundo de los fighting games en la misma época en donde otros gigantes como Street Fighter o Mortal Kombat comenzaban a hacerse un nombre dentro de la industria. Con un estilo marcado tanto de personajes como de lucha, KOF logró hacerse un nombre dentro de sus primeros años y para finales de siglo ya acarreaba una consolidado nicho de jugadores.
Su posición comenzó a desdibujarse durante comienzos de la década pasada, pero también era un síntoma de la época, en donde los fighting games se estaban adaptando a las nuevas reglas de juego.
Manteniendo esta misma sintonía, no descubro nada al afirmar que el género está atravesando un gran presente gracias al impacto de estas longevas franquicias que supieron reinventarse, manteniendo parte de su espíritu pero escalando sus propuestas.
Con The King of Fighters XV la sensación es, por lo menos, ambigua. Es un correcto título de peleas, con todo lo que eso incluye: combates dinámicos, un nutrido roster que pone en primera plana los vertiginosos combates 3vs3 y un apartado audiovisual más que competentes. Pero, si miramos un poco hacia su pasado, no hay una intención clara por parte de SNK en romper el molde y buscar una propuesta más disruptiva, perdiendo en la comparativa frente a otros exponentes.}
Incluso para los propios fanáticos puede haber una cierta desilusión en KOF XV, después del sabor agridulce de su anterior entrega, este regreso tras 6 años de ausencia condimenta un poco la misma comida que venimos comiendo hace años.
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En donde sobran personajes, falta variedad de contenidos
Los juegos de pelea modernos buscan suplir un problema recurrente dentro del género: expandir sus diferentes modos para ofrecer frescura en una propuesta que siempre se termina resolviendo en el ring. Lejos de encontrar las expectativas deseadas, The King of Fighters XV hace un nulo esfuerzo por maquillar esta ausencia de variantes y hace de su modo historia una experiencia que no llega a darnos alguna sensación adicional que no sea elegir un equipo de 3 personajes y encadenar una sucesión de combates hasta el final boss, naturalmente upgradeado y más letal que el resto.
Además de esta vertiente, KOF XV cuenta con un modo “misiones” en el que pondremos a prueba de forma individual las técnicas de los luchadores para enhebrar combos; un versus tradicional contra la IA o un segundo jugador, y no mucho más. El resto de sus variantes están dedicadas a su faceta online, tanto rankeada como casual, y es acá donde hay un gran punto a favor y otro en contra.
El punto a favor está ligado a la conexión integral del juego. The King of Fighters XV cuenta con rollback netcode, algo fundamental para el funcionamiento correcto de las partidas y que permite dejar a un lado la frustración ligada a inestabilidades en la conexión.
La contra de su modo online no está ligada directamente a su funcionamiento sino a la poca educación que el título brinda para jugadores inexpertos. Los tutoriales están lejos de otras propuestas como Guilty Gear o Mortal Kombat 11, donde no solo hay entrenamientos de los comandos y técnicas avanzadas, sino que hay un detenimiento exhaustivo en comprender cómo tenemos que practicar y desarrollar habilidades dentro del juego y no sufrir la cruda realidad del online. KOF XV no es título excluyentemente complejo de jugar, pero hay una capa de profundidad ligada a sus combos y las técnicas especiales de cada luchador que necesitan de un plus educacional que el juego no pretende brindar.
Como explicaba al comienzo del análisis, el roster de KOF XV es completamente amplio. 39 luchadores que luego se convertirán en 53 con la llegada de los diferentes DLC. Acá tenemos un rejunte de viejas y nuevas caras: Terry Bogard, Kyo Kusanagi, Iori Yagami, Heidern, parte del legado original de la franquicia, conviven con caras nuevas como Isla y Dolores.
La versatilidad de cada una de las escuelas de lucha de este juego es un revival generacional por los diferentes estadíos de la saga, y acá es donde nace uno de sus principales puntos de conflicto: SNK en vez de mirar hacia adelante y buscar nuevos horizontes, apuesta a su zona de confort, que puede terminar jugándole una pasada negativa con el correr de los meses post-lanzamiento. La carta de los DLC es clara también y hay una apuesta a mantener una vida útil del juego por un largo plazo, que se verá sostenido por el impacto de la concurrencia en su modo online y las competencias oficiales.
Las falencias e imprevistos quedan en evidencia con facilidad, pero The King of Fighters sortea estas asperezas cuando nos subimos al ring y dejamos a un lado los diferentes por menores: su jugabilidad mantiene intacto el sello de la franquicia, con golpes y movimientos que, si bien tardamos en entenderlos si nos la pasamos desfilando por el roster sin elegir una plantilla fija, permiten encandenar combos espectaculares.
No todo es reciclado o modernización. The King of Fighters XV suma en sus batallas un nuevo elemento que permite inclinar la balanza y repensar los estilos de lucha. Shatter Strike permite contrarrestar los ataques enemigos consumiendo parte de la barra de poder.
Parece coincidencia, pero el aspecto audiovisual también tiene sensaciones encontradas. SNK puso mucho esmero en el diseño de los personajes y su puesta en escena dentro de los combates, con movimientos y ataques especiales que mantienen ese nivel de espectacularidad sin perturbar el juego. Sin embargo, hay una notoria pobreza en la calidad de las cinemáticas que vemos, principalmente, en su modo historia, con un voice acting bastante flojo de papeles.
Como dato de color, esa necesidad imperiosa de los desarrolladores japoneses de, todavía 2022, mostrar a todos los personajes femeninos con la menor cantidad de ropa y completamente exuberantes, como si pelearan de día y por la noches fuesen vedettes de la calle Corrientes.
Conclusión
Si los fanáticos, o seguidores de los fighting games, buscaban la disrupción absoluta de la franquicia o una sólida evolución, The King of Fighters XV puede dejar gusto a poco. La falta de innovación o profundidad en sus diferentes modos de juego se sostiene con su probada jugabilidad y un roster plagado de personajes y variantes.
Es difícil omitir el poco énfasis que hace SNK es ofrecer herramientas y tutoriales más exhaustivos para abrazar a una nueva camada, ya que si bien la curva de aprendizaje es simple, el escalón del modo online queda muy alto para jugadores casuales o que no tienen el expertise dentro de los fighting games.
Cuando estamos en el ring peleando, KOF XV sabe cómo defenderse gracias a combates tan versátiles y vertiginosos, sostenidos con una respuesta a los controles precisa, pero eso no le alcanza para luchar por la corona.