Deck 13 nos trae luego de Lords of Fallen un título semifuturista de acción y RPG: The Surge.
La desarrolladora alemana Deck 13 propone un viaje a un futuro no muy lejano en The Surge. En esta aventura nos pondremos en los zapatos de Warren, un discapacitado en silla de ruedas que llega a una base militar en la cual se le ofrecen dos tipos de exoesqueletos los cuales le permitirán no solo recuperar la movilidad, sino también hacer tareas de tinte superhumanos.
Con la posibilidad de elegir entre un traje que boostea nuestra agilidad y movimientos u otro que nos otorga un mayor nivel de fuerza pero menor velocidad. En esta primera elección que el título nos plantea basaremos nuestro estilo de juego a lo largo de la historia puesto que deberemos analizar los pros y los contrar de uno y otro.
La historia nos lleva, luego de lo que se nota como una dolorosa intervención para instalar la armadura, a un páramo futurista donde deberemos combatir con decenas de robots en busca de distintas piezas de chatarra, como el mísmo título las llama, para ir mejorando no solo nuestro traje, sino también nuestras armas.
Si bien se puede considerar contradictorio, el juego a pesar de no dejarnos personalizar al personaje en cuanto a nombre, género o estética, cuenta con una gran paleta para hacer que el inamovible Warren, se vea como nosotros queremos y combata como lo deseamos debido a todo el material que se puede craftear a lo largo del juego, siendo este uno de los puntos más altos del mismo y dejando una semejanza notable con el título de terror y parkour Dying Light (2015).
Ya que de comparación estamos hablando, y aunque esto sea tedioso para muchos, es difícil no comparar el título con el Dark Souls por dos motivos. Uno y el más evidente la dureza de los enemigos. Los minions contra los que nos enfrentamos no son como en cualquier título de Rol, en los que con dos mazasos podemos librarnos de ellos. The Surge cuenta con un estilo de combate más que particular en el cual a parte de esquivar o bloquear los golpes que recibimos debemos atacar, dependiendo el enemigo, partes específicas del cuerpo, algo muy parecido a lo visto en Horizon Zero Dawn.
Otro detalle típico del Dark Souls y de otros juegos de Rol como la franquicia Diablo es que en el caso de morir perderemos nuestras más recientes adquisiciones a menos que lleguemos a toda velocidad a la zona en donde hemos perecido con anterioridad y las recuperemos, bien old school.
Tal vez el punto más criticable del juego sean los Bosses. A riesgo de caer en algún spoiler, no hablaremos de la cantidad de los mismo que se presentan en la historia, pero si diremos algo: son muy pocos. Si bien la dificultad para superarlos es alta, esta no reside en una complejidad para vencerlos o en la necesidad de fabricar una estrategia, algo que hemos debido realizar para con los minions, sino en que con tan solo un golpe podemos despedirnos de nuestra barra de vida.
Con lo que respecta a los gráficos y el audio del juego, no nos vamos a encontrar ante ningún deslumbrante detalle que nos deje boquiabiertos, pero el apartado artístico tiene tiempo para destacar a partir del segundo nivel del juego. Los detalles que se presentan en las zonas interiores alternan entre espacios amplios, llenos de detalles, y pasillos claustrofóbicos en los que juego da buen uso a la iluminación para crear estancias que pueden recordar a diferentes clásicos de la ciencia ficción.
El sonido, por su parte, está muy bien llevado entre la ambientación de la música de fondo, los ruidos de combate al colisionar los metales y chatarras y los detalles como las grabaciones de audio que van dejando un misterio en el aire a lo largo de la aventura.
En conclusión, Deck13 ha presentado un título sustancialmente mejor que el Lords of Fallen. Plantean una historia interesante la cual por desgracia se queda a medio camino ya que no termina de atrapar al 100% y esto va acompañado con unos gráficos más que aceptables pero que no nos van a dislocar la mandíbula.