Tomb Raider I-III Remastered reedita la trilogía original de Lara Croft con sus contenidos adicionales. Un lindo recordatorio para uno de los plataformeros más exigentes de la primera PlayStation.
Lara Croft es uno de los íconos indiscutidos dentro de la industria. Mientras esperamos su arribo a la actual generación de consolas conuna nueva aventura, Aspyr y Crystal Dynamics lanzaron en conjunto Tomb Raider I-III Remastered, un compilado que agrupa las 3 primeras entregas para PlayStation 1.
Una propuesta que, además de ser un lavado de cara, trae algunos adaptaciones en cuanto a los controles y cuestiones satelitales dentro de su contenido original, que no se ha movido un ápice.
Una aventura atravesada por una dificultad inoxidable
La incursión de Tomb Raider durante la primera generación de PlayStation nos llevó por todo el mundo en la búsqueda de artefactos, criaturas mitológicas, templos olvidados a través de cada continente. Sin embargo, salvando las distancias narrativas y de escala de niveles, todos los títulos (incluído The Last Revelation y Chronicles, que nos se incluyen en este remaster) tienen un denominador común: una dificultad completamente exigente.
Y en la dificultad no hablamos de cómo el paso del tiempo hizo que envejezca muy mal los combates y algunas secuencias de movimiento: estos 3 primeros juegos son difíciles como pocos, y para los que disfrutamos/sufrimos la versión original tuvimos que llenarnos de resiliencia para ganarlos.
Estas primeras entregas de Tomb Raider sentaron en parte las bases, junto a otras franquicias, para la evolución del género desde diferentes aristas. Por un lado, mapas lineales pero en entornos semi abiertos, en donde la exploración obligaba a que exploremos cada rincón en búsqueda de llaves, mecanismos o zonas para explorar.
Otro elemento importante es la versatilidad que fue adoptando Lara Croft juego a juego. De solo correr, saltar y colgarse de pendientes, fue incorporando vehículos y variedad de armas para ofrecer una experiencia más completa. Tomb Raider 1 es el más sencillo de todos obviamente pero ya comenzó a sentar las bases en cuanto cómo encarar los puzzles. Tomb Raider 2 es el que mejor equilibra la diversidad de misiones junto con su dificultad, empezando a incorporar diseños de niveles más elaborados y combates un tanto más complejos.
Tomb Raider 3 es sencillamente de las aventuras más difíciles dentro de su género durante esa generación. Una aventura más larga que las anteriores, llevándonos directamente a través de todos los continentes, con multiplicidad de desafíos y locaciones; pasando por la cárcel de Nevada, Londres o la Antártida, en una propuesta que denota mucho más lo sobrenatural que las otras entregas.
En esta propuesta desarrollada por Aspyr, el principal objetivo que tiene Tomb Raider I-III Remastered es que el paso del tiempo no se sienta bruscamente desde los ojos, y lo logra con creces. Este lavado de cara trabaja de punta a punta tanto a Lara como los entornos y escenarios. El trabajo de las texturas en los escenarios logra un ambientación mucho más acabada y precisa. Lara y el resto de los personajes secundarios también suman animaciones faciales, y atrás queda esos entornos poligonales que hacen que todo sea geométricamente cuadrado. Un buena forma de comprobar lo bien realizado que está esta remasterización la ofrece la misma Aspyr, pudiendo cambiar con un solo botón a los gráficos originales en tiempo real.
A nivel jugable, sigue siendo tan duro como la realidad, pero por suerte tenemos la posibilidad de modificar el tipo de control. Esta la opción de usar el modelo original en formato tanque, algo irrisorio en 2024 y que te saca absolutamente todas las ganas de jugar. En otra instancia, Aspyr agregó una variedad de controles “moderna” que te da con el análógico un movimiento °360, acompañado con una visión de cámara más libre con el analógico derecho. Esto modifica también algunas variantes en los botones a la hora de los movimientos más sensibles de Lara: correr, caminar despacio, esprintar, agacharse y agarrarse de salientes.
El combate no se modificó ni un poco y sigue siendo su talón de Áquiles. Si bien la última trilogía compensó un poco este apartado, la acción nunca fue el fuerte de Lara y acá se siente más que nunca. Esto no mancha para nada la experiencia de esta remasterización, que de hecho saca a relucir el ingenio y la exigencia de sus desafíos.
Un gran acierto de esta remasterización es la inclusión de salvados rápidos. Adiós a encontrar items para grabar: acá podremos salvar en cualquier momento, así que antes de tirar ese salto complejo; arriesgarnos a una pendiente o entrar en una serie de trampas complejas, tenemos la chance de tener un checkpoing. Esto reduce la dificultad considerablemente mientras que eleva la tasa de frustración, pero es un añadido que permite esa flexibilidad a los jugadores modernos que no están acostumbrados a los formatos más viejos.
Conclusión
Este regreso de Lara Croft es una excusa ideal tanto para los veteranos para volver a disfrutar de una trilogía con ese recuerdo intacto gracias al trabajo audiovisual de esta remasterización; mientras que para los más jóvenes es una linda oportunidad para conocer los primeros pasos de una ícono en la industria.
Gustos y pasiones por fuera, el trabajo de Aspyr en Tomb Raider I-III Remastered es más que correcto. Cuida el material original y retrabaja toda la estructura sin modificar la experiencia. Me gustaría ver más adelante el relanzamiento de otras franquicias de los ’90 con texturas y modelados modernizados.
Tomb Raider I-III Remastered es un paso casi obligatorio para los fans de los plataformeros pero, por sobre todas las cosas, las aventuras difíciles.