Analizamos el desembarco de Riot Games en los tactical shooter, con una propuesta que comenzó con el pie derecho y tiene mucho futuro por delante, siempre que hagan las cosas bien.
Tras unas cuantas semanas en fase de beta cerrada, Valorant finalmente está disponible para todo el mundo y de forma gratuita, por lo que procederemos a hacer el correspondiente análisis. Se trata del primer paso de Riot Games, padres de League of Legends, en el universo de los shooters en primera persona con un alto componente competitivo.
Para ahorrarnos palabras más adelante, que podemos aprovechar para desmenuzar un poco mejor todo, anticipamos de qué va esta propuesta: es un FPS que enfrenta a dos equipos de cinco jugadores, unos atacantes y otros defensores, que deben batallar con el fin de plantar o desactivar una bomba. Gana quien elimine a todos los rivales o consiga dicho objetivo.
La calidad que caracteriza al estudio
¿Por qué existieron, desde el vamos, tan altas expectativas por el lanzamiento de Valorant? La respuesta es simple: estaba siendo desarrollado por Riot Games. Puede que el estudio estadounidense solo tuviese League of Legends en su catálogo a la hora de anunciar este nuevo título, pero el MOBA representa garantía más que suficiente del gran trabajo que son capaces de llevar a cabo. Por este motivo, la incursión en un género tan popular hizo enloquecer a toda la comunidad y tras el lanzamiento oficial del juego podemos decir que el resultado final está a la altura de lo esperado.
Puede que Valorant tome cosas de acá y allá, por lo que se le puede criticar por no ser particularmente innovador, pero lo que lo destaca por encima de cualquier otro referente del género es su altísima calidad. El trabajo del veterano equipo de desarrollo se nota en cada rincón, con sus mapas perfectamente calculados, su equilibrio de armas, su impecable gunplay o lo bien pensados que están cada uno de sus agentes (los diferentes personajes que se pueden elegir). Independientemente de algunos elementos a corregir, de los que hablaremos más adelante, se siente ese trabajo minucioso y eso es algo que se agradece.
Es que, a pesar de ser un universo tan explorado, los shooter en primer persona reparan mucho en los detalles y más cuando la intención es apostar por un costado más competitivo. Que las balas entren bien, que los mapas no tengan sectores demasiado ventajosos, que ningún personaje se sienta inútil, que las armas estén equilibradas, que la conexión vaya bien. A pesar de que aún no todo funciona tan fino como nos gustaría, claramente desde Riot Games han tenido todo esto en cuenta para brindar la mejor experiencia posible a sus jugadores y siguen haciéndolo, respondiendo a las principales quejas de la comunidad.
La lucha por la Spike
Es cierto que Valorant bebe directamente de las bases de Counter Strike, por su gunplay y por el modo principal con el que fue lanzado. Quienes vengan del shooter de Valve se encontrarán altamente familiarizados con el trabajo de Riot Games, pero también se encontrarán con una abanico de posibilidades que se abre muchísimo. Es en ese sentido que la obra del estudio estadounidense destaca: aporta, mediante sus agentes, una infinidad de posibilidades a la hora de encarar cada partida y en el momento de elegir cuál es la táctica adecuada para salir vencedor en cada ronda.
Entonces, hablemos de los agentes y comencemos por destacar a los cuatro tipos que existen. Están los Centinelas, encargados de brindar información al equipo; Duelistas, con habilidades que les permiten tener ventaja en los enfrentamientos rápidos; Controladores, encargados de mantener segura la zona e inhabilitar entradas; Iniciadores, ideales para dar el primer paso en el combate. Siendo 11 en total, los agentes son los encargados de dar personalidad a este título, cada uno con sus cuatro habilidades específicas se encarga de aportar variedad a cada partida y un sinfín de posibilidades a la hora de pensar la estrategia adecuada para hacerse con la victoria.
Todo esto tiene efecto en los dos modos que están disponibles al momento de escribir este análisis: Clásico (Plantar la Bomba) y Spike Rush. El primero es el que conocemos de toda la vida gracias a Counter Strike, en el que un equipo debe intentar plantar la bomba mientras el otro busca impedirlo, en partidas que pueden extenderse hasta los 40 minutos si el desarrollo es parejo. Por otro lado está Spike Rush, una modalidad destinada a distender la cosa entre tanta competitividad, la bomba vuelve a ser la protagonista pero en partidas que apenas pueden llegar a los 10 minutos en las que el frenetismo planta bandera. Los dos funcionan bien y cumplen sus objetivos, aunque sí nos gustaría una tercera opción que tenga una duración intermedia: ni tan larga, ni tan corta.
Competitividad en su máxima expresión
Valorant es un juego que apunta a explotar al máximo su faceta competitiva. Eso es algo que queda claro conforme llevamos un par de horas con el título y que vemos cómo se potencia con el correr de los días. Esto es algo en lo que Riot Games ha trabajado mucho y se nota en el cuidado que han puesto en todos sus detalles, tal y como mencionamos en el primer apartado de este análisis. Diseños, equilibrios y posibilidades son tres de los elementos en los que el estudio ha puesto mucho trabajo y decanta en un acabado que cierra por todos lados, un rendimiento final al que se le pueden hacer pocos reproches.
Haven, Bind, Ascend y Split son los cuatro mapas hasta el momento y si bien tienen factores el común entre todos, saben ser distintos para brindar siempre una experiencia dinámica, aunque por momentos la rotación provoca que repitamos una y otra vez alguno en particular. Las armas -17 en total a la hora de escribir este análisis, entre pistolas, subfusiles, escopetas, rifles de asalto y rifles de precisión- se sienten muy equilibradas en general, seguramente resultado de las pruebas que han hecho antes para que el título llegue lo más pulido posible a su lanzamiento. Suerte que también corren los agentes, en donde todos sirven y ninguno se siente inútil.
Cada ronda de Valorant marca sus primeros compases con un tira y afloje de ambos equipos, pero termina definiéndose gracias a una combinación de estrategia, habilidades y puntería de los jugadores. Porque sí, el juego recompensa a quienes se lo toman en serio, practican y buscan cuál es la mejor forma de ganar, brindando una amplia curva de aprendizaje no solo con el manejo del mouse sino también con la habilidad mental. El matar/morir puede definirse literalmente en un segundo, por lo que la evolución de cada jugador se hace partida a partida.
Todo esto convierte al título de Riot Games en una experiencia altamente adictiva en el buen sentido, porque si la partida va bien queremos seguir en racha y si por el contrario va mal, siempre queremos buscar una revancha. A esto se suman la enorme cantidad de objetos desbloqueables, tanto mediante el Pase de Batalla como de los contratos de agentes, que podemos completar jugando partidas y cumpliendo desafíos semanales o diarios. Lo bueno, y siguiendo con la línea competitiva, es que todo objeto desbloqueable es puramente estético y no alteran para nada la jugabilidad. Acá gana el que más práctica y no el que se suelta unos billetes en el juego.
Apartado técnico
Desde su anuncio Riot Games dejó en claro que iban a enfocarse en que Valorant sea un título que pueda jugar cualquier persona, aunque esto significara rescindir potencia gráfica. Lo cierto es que eso está claro, pero aunque visualmente no sea lo mejor que hemos visto en el último tiempo ni esté cerca de serlo, lo cierto es que se ve bien gracias a un diseño muy trabajado y de buen gusto. Claramente los que más suerte han corrido son los agentes, cada uno con su personalidad, su estilo único y con unas animaciones muy bien logradas en todos los casos, algo que ciertamente ha evolucionado positivamente desde la beta.
Lo que también esta muy equilibrado es el sonido, que colabora ampliamente con el apartado competitivo permitiendo al jugador entender posiciones aliadas y enemigas con los pasos u otras alertas. Sin embargo no todo es color de rosas dentro del apartado técnico de Valorant y tenemos que hablar de un extraño doblaje al español para América Latina, con ciertos acentos extranjeros mal recreados que ya son dueños de un buen puñado de memes en internet. Un elemento no menor que también debe mejorar pronto, y que dejamos para lo último porque el estudio asegura que están trabajando para solucionarlo, es la conexión: a diferencia de la beta, notamos alta latencia en muchas partidas e incluso expulsión temporal en algunas de estas. Seguramente sea cuestión de tiempo hasta que funcione bien.
Valorant, el veredicto final
Finalmente Riot Games desembarcó dentro del universo de los FPS y lo hizo por todo lo alto. Los elevados números que está consiguiendo su juego son, simplemente, reflejo de todo lo que este ofrece. Entre manos tenemos un tactical shooter altamente competitivo, de calidad y totalmente gratuito con el que podemos pasar horas y horas sin aburrirnos, mejorando partida tras partida.
Puede que Valorant tome las bases jugables de Counter Strike, pero con personalidad e ideas claras sabe diferenciarse. El gran trabajo en todos sus apartados y los agentes brindan infinitas posibilidades a la hora de elegir cuál es la mejor estrategia para ganar. A pesar de algunos errores de fácil solución, como el de la conexión inestable, el resultado conseguido por los padres de League of Legends es óptimo e invitamos a todo el mundo a darle una oportunidad.