Yooka-Laylee, a través de numerosos guiños, pretende otorgarnos un grato golpe a la nostalgia, rememorando las grandes aventuras de plataformas de la década del ’90 ¿Cumple con el objetivo?.
Antes de poner a analizarnos Yooka-Laylee, hay que explicar que este juego nació de un proyecto en Kickstarter en el cual proponía como objetivo rememomar los grandes juegos de plataformas de finales del siglo XX (principalmente de Banjo-Kazooie, una joyita de Nintendo 64).
Esta misión emprendida por antiguos empleados de la extinta desarrolladora Rare (responsables del Banjo-Kazooie) no solo cumplió el objetivo de llegar a los 175.000 euros para elaborar Yooka-Laylee, sino que se transformó en un de los proyectos de Kickstarter con mayor recaudación en la historia con 2.090.104 de euros (obtuvo 1 millón en menos de 24 horas).
Con la meta cumplida, Playtonic Games comenzó con el desarrolló del juego, para luego ser distribuido por los muchachos de Team 17 (Worms).
Yooka-Laylee es una divertida aventura del género de plataformas, con la particularidad de tener una fuerte base en la estructura de mundo abierto, al punto tal de por momentos emular el estilo que realizan los populares sandbox. Los protagonistas de esta historia son un duo que funciona realmente muy bien: Yooka, un camaleón, y Laylee, una murciélago con nariz roja.
La historia de este juego realmente no es demasiado compleja y funciona básicamente como la justificación para obtener todos los coleccionables y detener al villano de turno. Yooka y Laylee deberán detener al malvado empresario Capital B, que junto a su socio el Dr. Quack pretenden robar todos los libros del mundo para dominar el planeta.
El objetivo de Yooka-Laylee consiste en recuperar todas las páginas de un libro mágico que se encuentras pérdidas a lo largo y a lo ancho de todas las locaciones. Estás hojas (llamadas Pagies en el juego), nos permitirán a su vez abrir los 5 mundos.
Yooka-Laylee presenta una estructura de mundos muy similar a lo visto en la saga Spyro: Un primera locación que funciona como base madre, y que a partir de ahí podremos ir desbloqueando las distintas zonas. Lo peculiar de este juego es que no podremos conseguir el 100% un mundo en nuestra primera visita no solo porque nuestras habilidades iniciales no lo permitirán dichos mundos se pueden expandir y ampliar su terrenos obteniendo pagies.
Otro de los coleccionables importantes para el éxito de nuestra aventura son las plumas, que son las que nos permitirán comprar las distintas habilidades que nos venderá Browzer, una serpiente aliada. Respecto a las habilidades, al principio solo nos limitaremos a saltar y dar un remolino (cualquier similitud con Crash es pura coincidencia). Con el paso de la aventura, iremos adquiriendo nuevas (como doble salto, planear, rodar, entre otras) que nos ayudarán a obtener más pagies y derrotar a los bosses.
Dentro de cada mundo iremos conociendo distintos personajes secundarios que nos irán pidiendo pequeños quest o desafios, que al ganarlos obtendremos más pagies. En lineas generales ninguno de estas pruebas tienen una elevada dificultad, por lo que solo tendremos que tener la habilidad correcta para poder sortearla sin problemas.
El diseño de los niveles es uno de los puntos más flojos dentro de Yooka-Laylee. Al tratarse de un juego de plataformas, la estructura de las locaciones así como de los colores es muy pobre, y es una cuestión que va de mayor a menor. Mientras que los primeros dos mundos son los más atractivos y diversos, los otros 3 restantes son bastante monótonos y caen en repeticiones constantes, tanto en submisiones como en secretos.
Conseguir el 100% de los coleccionables es una tarea que nos llevará unas 20 horas aproximadamente, algunas de las plumas y pagies están muy bien escondidas. Ese es sin dudas el mayor desafío dentro de Yooka-Laylee, ya que los enemigos de los níveles son faciles de vencer y los bosses (salvo el final) no presentan una exigencia importante.
Si lo juzgamos como un título de plataformas, realmente Yooka-Laylee cumple con el objetivo y revive un género que hace mucho pedíamos. Es grato volver a poner las manos en un juego que nos hace recordar a las grandes franquicias de los ’90. Saltar, nadar, rodar y esquivar serán una gran constante durante toda la aventura.
Sin embargo, si evaluamos el juego con la vara de los productos actuales, Y-L se queda corto, no en términos de duración (ganar la aventura lleva entre 12 y 15 horas), sino en la apuesta de llevar el juego al mundo abierto cuando probablemente si reducían los espacios el resultado podría haber sido distintos.
Presenta algunos sidequest bastante originales: Desde los cuestionaros del Dr. Quack, en donde a trevés de un multiple choice tendremos que responder preguntas sobre el juego, ya sea sobre nombres de lugares o personajes, o de situaciones del juego, o los minijuegos que accedemos a través de una máquina de arcade (tendremos la posibilidad de jugarlos por fuera de la aventura principal, con hasta 4 jugadores).
La cámara es el principal enemigo de nuestra aventura; tendremos que renegar unas cuantas horas para agarrarle la mano y no importa que tanto la domines, siempre nos hará pasar un mal rato en momentos claves.
Yooka-Laylee es una aventura que los más chicos disfrutarán porque el reparto de personajes es atractivo y los diálogos acompañan al tono del juego. Los más veteranos en esta universo se meterán en un túnel del tiempo en el cuál recordarán sus títulos favoritos de su niñez.