La secuela del corto World of Tomorrow le inyecta ciencia ficción de la rara al programa de este año en el BAFICI.
En el World of Tomorrow original, un corto de animación creado por Don Hertzfeldt que fue nominado a los Premios Oscar en 2015, una niña de edad preescolar llamada Emily recibe una visita de un clon de tercera generación de sí misma que la invita a conocer el titular mundo del futuro.
Con elementos inverosímiles, animación mínima (círculos y palitos) sobre un collage digital y la voz de su nieta de cuatro años (Winona Mae), Hertzfeldt construyó extraños 15 minutos de ciencia ficción donde nos muestra como posibles avances tecnológicos en los próximos 200 años estiraron lo que entendemos hoy por memoria, identidad, conexión humana, vida y muerte.
En World of Tomorrow – Episode Two: The Burden of Other People’s Thoughts, secuela que forma parte del programa de cortos en la competencia Vanguardia y Género del BAFICI 2018, Emily vuelve a recibir una visita fantástica. Esta vez el timbre lo toca un back up averiado de aquel clon de tercera generación de sí misma, nuevamente con la voz de Julia Pott, que viene a verla desde más allá del final del mundo en busca de una memoria en particular que se perdió en la corrupción de datos.
Todos los elementos de la primer parte están ahí, recuperando el estilo de animación, el uso de música clásica, el absurdo de los comentarios aleatorios de la niña Emily replicando la improvisación de Winona Mae, y los complejos conceptos de ciencia ficción dura replicados en el diseño más lo-fi posible.
En lo técnico, el collage digital esta vez es más ambicioso, replicando vistas y texturas más ambiciosas como un campo sembrado de memorias rotas. También se incorporan elementos filmados a la mezcla. El elenco también se amplía con múltiples iteraciones de Emily, desde un puñado de back up de memoria a diferentes versiones de ella a lo largo del tiempo.
La reflexión futurista se detiene más que nada en la cuestión de la memoria y nuestra obsesión contemporánea de conservar el presenta (para cuando sea pasado) en fotos, videos, audios y todo los medios posibles. Los back up de memoria clonados, ya de por sí un esfuerzo técnico descomunal para prolongar la vida de nuestra concencia y memoria, disfrutan de sus vacaciones en viajes en el tiempo llamados “tours de memoria”.
“No puedes vivir en el pasado” le hace decir Hertzfeldt sardónicamente a un clon, mientras se espían a ella misma en diferentes puntos del pasado que conservan de manera borrosa en su recuerdos. Estos “tours” no son más que una analogía de la manera en que hipotecamos nuestro presente, poniendo camaras y celulares entre nosotros y las experiencias vitales solo para poder “revivirlas” luego en la reproducción digital.
World of Tomorrow es nuevamente, solo una versión hiperbólica del mundo en el que ya vivimos. Como dice una Emily anciana exasperada en su lecho de muerte, mientras sus clones se sacan selfies delante de su camilla de última tecnología: “podrían irse por favor”.
Mas por todo lo que aprendemos de Emily en su viaje psíquico hacia el futuro, tanto en su versión de niña y como clon, el regreso al mundo de World of Tomorrow no se parece justificar en estos nuevos veinte minutos.
Claramente en esta secuela, el autor estuvo más preocupado por explorar los aspectos emocionales de Emily, y sin embargo el concepto pierde frescura en esta segunda iteración. Ninguna de las ideas que se pone en juego superan lo planteado en World of Tomorrow uno.
Como toda secuela, World of Tomorrow – Episode Two debe enfrentar el prospecto de no valer el costo del boleto de regreso a un mundo que ya conocemos. Dicho esto, nos encontramos con un dibujo animado que continua siendo mucho más inteligente que a lo que nos tiene acostumbrados. Pero simplemente no es tan agudo como el original.