El final de la saga Skywalker finalmente llegó a nosotros y las expectativas nunca faltan. ¿Está a la altura de una obra que se ha construido por más de 40 años? Te lo contamos.
Parece que fue ayer cuando Disney se ponía al frente del universo creado por George Lucas y comenzaba una nueva trilogía con The Force Awakens. Cuatro años pasaron desde que esa primera parte se estrenaba en los cines y más de cuarenta desde que hizo lo propio A New Hope, la película que lo comenzaba todo y que acabó siendo tan solo el primer escalón en esta que ahora conocemos como la saga Skywalker. Y justamente es Star Wars: The Rise of Skywalker la última pieza del rompecabezas, una que bajo estas líneas vamos a juzgar.
Pero no sin antes aclarar que no es una tarea sencilla, no al menos esperar coincidir con todas las visiones y sobre todo la de los fanáticos porque, como en todo estreno de esta envergadura, las aguas se dividirán en algún que otro punto. No obstante, para intentar sacar a relucir las palabras analíticas correctas creemos que es necesario entender lo que tenemos en frente: una saga que cambió con los años, mutó para adaptarse a los tiempos que corren y que, al fin y al cabo, proviene de un producto de pura ciencia ficción dedicada a entretener por sobre todas las cosas.
Así, tras un prólogo que creíamos necesario, vamos a centrarnos en lo que nos compete: Star Wars: The Rise of Skywalker. A todos los que estén leyendo vamos a recomendarles, porque seguramente estarán contando las horas para sentarse en la sala a disfrutar de la película, que se compren unas buenas gotas para los ojos para parpadear la menor cantidad de veces posible en el cine. Es que nunca antes la saga creada por George Lucas tuvo una representante con un ritmo tan frenético como esta, al punto de que en los primeros compases puede resultar algo abrumadora tanta cantidad de hechos e información. Sin embargo, el gran trabajo del director entra en acción para manejar a la perfección los tiempos y hacernos entender, de una manera inteligente y con un tacto preciso, que hay muchísimo para contar en estas poco más de dos horas que tenemos por delante.
Y este film tiene la gran misión de hacer lo que debe un cierre, que es dar un desenlace a la altura y poner respuesta a todas aquellas incógnitas que se habían gestado en las dos entregas anteriores. Para eso la historia de este noveno episodio se amolda al trepidante ritmo al que antes hacíamos referencia, salpicando narrativa entre enormes bloques de acción y secuencias que no nos permiten despegar la mirada de la pantalla. La inteligencia de J.J. Abrams vuelve a decir presente cuando encara este desafío con una fórmula que deja prácticamente nulo el margen de error, con una combinación descaradamente obvia de deus ex machina y fanservice en cantidades colosales. Sí, este último recurso aparece constantemente y de forma descarada, convirtiéndose quizás en uno de los elementos que más pueda dividir a los seguidores y cinéfilos, pero nadie podrá discutir que, cuando se analiza el resultado final, la cosa funciona casi como un reloj suizo.
Otro de los grandes aciertos de la dirección y el libreto es la forma en que trabajaron a los personajes. Si recapitulamos las últimas entregas nos presentaron a un buen puñado de caras nuevas, más los viejos conocidos que volvieron para sumarse a esta nueva aventura. Lo bueno es que en esta conclusión, donde hay muchísimo por contar y poco tiempo en comparación, han decidido poner el foco en todos los héroes y villanos principales, relegando momento mínimos para todos aquellos que, al fin y al cabo, son relleno. De esa forma nos permiten, por fin, empatizar y encariñarnos lo suficiente con todos estos personajes para poder meternos en su historia como debe ser. Por supuesto el reparto vuelve a ser un más que sólido respaldo y den por hecho que vamos a extrañar, al menos hasta ver si alguna novedad llega en un futuro, a Daisy Ridley, Adam Driver, John Boyega, Oscar Isaac y por supuesto a los clásicos que nos han acompañado desde el principio.
Antes de hacer una conclusión, vamos a intentar dar respuesta a la pregunta que casi todos se estarán haciendo al leer estas líneas; ¿Star Wars: The Rise of Skywalker es un cierre a la altura de esta saga que comenzó en 1977 y continuó durante más de 40 años? Esta premisa puede que sea inmensa y la verdadera respuesta estará en cada uno. Lo que podemos asegurarles es que la despedida de Rey y compañía es gigantesca, repleta de acción y grandes momentos, con respuestas a todas las preguntas que nos hicimos e incluso más, es emotiva y se encarga de darle el lugar que se merecen a cada uno de los personajes, aunque no se libera por completo de la posibilidad de causar alguna desilusión sobre todo por lo predecibles que pueden ser varias de sus conclusiones. Si a todo esto sumamos el siempre sobresaliente apartado técnico y el inconfundible aporte de la banda sonora de John Williams, la mesa está servida.
Concluyendo, Star Wars: The Rise of Skywalker puede cuestionarse de mil y un formas desde un punto de vista cinematográfico, pero nadie podrá negar que es un producto de entretenimiento perfecto. Con esto no queremos decir que la película de J.J. Abrams no tenga defectos, pero tiene todos los elementos necesarios para mantenernos casi sin parpadear durante sus más de dos horas de duración, para después salir emocionados de la sala de cine y, quizás el día de mañana, ponernos a cuestionar un montón de cosas.
A la pregunta de si es o no un cierre a la altura de una saga de más de 40 años solo cada espectador, fan y cinéfilo podrá poner respuesta, ya que es una opinión extremadamente subjetiva porque las nueve películas -de épocas completamente distintas entre sí- marcaron a cada uno de una forma diferente. Eso sí, desde nuestro lado les aseguramos que aunque el director hace uso y abuso del fanservice para después sumar algunos momentos cargados de deus ex machina, la película es gigante, funciona, emociona y, por sobre todas las cosas, entretiene de principio a fin.