Charlize Theron protagoniza The Old Guard, adaptación del cómic homónimo de Image, la nueva gran producción original de Netflix.
Netflix está encausada en el camino de las adaptaciones basadas en comics. Ya sea en serie o largometraje, desde hace varios años que tenemos lanzamientos regulares de este estilo, con una mayor o menor relevancia.
Si hace algunos días hablamos sobre la primera temporada de Warrior Nun, ahora le toca el turno a The Old Guard, película basada en el cómic homónimo creado por Greg Rucka, y el artista argentino Leandro Fernández, bajo el sello Image Comics. Gina Prince-Bythewood (Beyond the Lights, Love and Basketball) es quien dirige el film, con el propio Rucka en el guion, para fidelizar lo más posible todos los conceptos de la novela gráfica.
En contexto, The Old Guard es una película de acción sobrenatural, que se sostiene por 2 pilares fundamentales. Por un lado, sus logradas secuencias de combate, tan bien coreografiadas como los planos que utilizan para ejecución. En segunda instancia, Charlize Theron, con todo lo que significa la actriz para el género. Pero cuando queremos calar hondo en la propuesta argumental, su estructura muestra fallas claves en el desarrollo, perdiendo fuerza cuando la trama intentar elevar su status quo.
https://www.youtube.com/watch?v=k4m03XIikrA
The Old Guard sigue a un milenario grupo de soldados que tienen la particularidad de ser inmortales y utilizan este misterioso don para ayudar “en lo que creen que es correcto” a través de los siglos, interviniendo en diferentes conflictos bélicos, políticos y sociales, pero todo cambia cuando son contratados para un trabajo por un agente de la CIA, James Copley (Chiwetel Ejiofor) que les tiende una trampa con el fin de capturarlos, aunque fracasa en el intento.
¿Los antagonistas de turno? Un conglomerado farmacéutico liderado por Steven Merrick (que es ni más ni menos que el actor que dio vida a Dudley Dursley en la saga de Harry Potter) que ansía atrapar a los miembros de este grupo para obtener su adn y muestras de sangre para desarrollar algún tipo de suero que otorgue la vida eterna. Tras el fallido atentado, el grupo de inmortales encabeza una cruzada para detener a toda la corporación que sabe de la existencia de “La Vieja Guardia”.
Andromeda de Escitia, a.k.a. Andy (Charlize Theron), es la líder de este grupo de immortales. Una personaje que no oculta su fastidio por padecer este don, algo con lo que carga desde hace siglos y que no encuentra un por qué a esta condición cuasi divina.
En paralelo a este contexto, se les suma al cuarteto la cabo Nile Freeman (KiKi Lane), una soldado norteamericana que muere en combate y rápidamente descubre que algo no era normal cuando no solo sobrevivió, sino que además no tenía ninguna cicatriz de sus heridas. El personaje de Freeman, luego de ser reclutado por Andy, es el nexo que tiene la película con el espectador para ir conociendo un poco más en detalle las características de este grupo y su origen, ya que hace 200 años no aparecía una nueva inmortal.
The Old Guard se siente como un enorme prólogo, el comienzo de una saga. Y eso nos los demuestra su extensa introducción de los personajes. Gina Prince-Bythewood usa casi la mitad de la película para desarrollar a los diferentes integrantes del grupo de inmortales y de hecho está muy bien logrado, dando el espacio suficiente para entender el contexto, el background que hay detrás de ellos y las reglas de este universo, con la inmortalidad como condimento principal
Sin embargo, este detallismo para sembrar las bases descoloca el resto de la trama, que avanza de una forma muy apresurada, dejando en evidencia la poca solvencia que presenta el villano. Merrick aparece menos de lo uno puede llegar a pretender y encima en ningún momento ostenta ser una amenaza real. Además, la película siembra un montón de cuestiones e interrogantes que claramente uno espera que tengan una resolución en algún momento, pero no, tendremos que esperar una secuela (¿o trilogía?) para conocer más sobre el universo. Hay un principio, un nudo y un desenlace; los personajes atraviesan una evolución durante la historia, pero insisto, se siente demasiado como la base de una franquicia que no sabemos si veremos en algún momento en pantalla.
Que la directora no sea una habitué del género tiene varios puntos positivos dentro de su atmósfera ya que logra, entre escenas de acción, hacer una mirada más introspectiva de los personajes, cambiando los planos de una forma poco habitual. Esta frescura se complementa con las ingeniosas coreografías de combate y tiroteos, manteniendo la vara que nos tiene acostumbrado Netflix.
Gran parte del gancho comercial de The Old Guard es Charlize Theron. La actriz de 44 años es actualmente una de las grandes referentes dentro de las actrices femeninas en el mundo de la acción (Mad Max: Fury Road y Atomic Blonde, para mencionar 2 ejemplos) y cumple con creces en esta película. De hecho, en los momentos en donde la película comienza a mostrar sus baches más groseros, ella logra sacar a relucir todo su potencial. Por suerte, no está solo en esta arremetida y junto a KiKi Lane forma una gran dupla e incluso logra opacar a los otros 3 miembros del grupo.
Dentro de todo lo convencional y cliché que puede resultar The Old Guard, la imposición de estos personajes femeninos es uno de los elementos más frescos dentro de su propuesta.
The Old Guard, como película individual, no termina de brillar por fuerza propia. Muestra las cartas, impone las condiciones, pero nunca pisa el acelerador. Queda evidenciado que hay un enorme material narrativo que está guardado para futuras entregas y eso le termina jugando en contra a la producción, con un guion más preocupado es mostrar las fichas que en hacerlas avanzar.
Como película de acción, es correcta. Netflix viene acertando en este aspecto gracias a un buen trabajo de sus escenas, sumado al nivel de producción y presupuesto que le otorga a sus contenidos originales. El trabajo de Gina Prince-Bythewood es más que interesante y su visión aporta algunos matices diferentes al género. Me gustaría verla en una película que, lejos de ser una adaptación, tenga una historia completamente autoconclusiva, para ver con mayor detenimiento todo su potencial
Quizás, si algún día vemos una secuela, podramos apreciar con otra valoración a The Old Guard, pero por ahora vamos a mantener la guardia alta y ser precavidos al respecto.