El Marginal 4 repite fórmulas conocidas de las temporadas anteriores, pero ahora con el potencial de Netflix como apoyo.
Tras el rotundo éxito de la primera temporada de El Marginal, Underground decidió continuar explorando el universo de esta ficción argentina que busca reflejar, con las licencias correspondientes, la vida y peligros de la vida carcelaria es una lucha por el poder y la libertad constante.
Gracias a Netflix tuvimos la posibilidad de ver los primeros 4 episodios de El Marginal 4, y la sensación que arroja es una magnificación de toda la historia hasta el momento construida, gracias al apadrinamiento de Netflix y esa inyección de producción que se refleja en todas sus aristas. Si la fórmula que viste hasta el momento te gustó, acá te vas a regocijar: Puente Viejo no solo suma una decena de nuevos personajes, sino que también trae de vuelta a todos los personajes de las temporadas anteriores.
La primera temporada nos había dejado con el escape de Pastor (Juan Minujín) del Penal de San Onofre pero al mismo tiempo esa tanda de episodios reflejó todo el potencial que había en los hermanos Borges: Mario (Claudio Risi) y Diosito (Nicolás Furtado).
Las dos temporadas que le siguieron funcionaron a modo de precuela el origen de los hermanos Borges en San Onofre y su llegada al escalafón más alto de esa cloaca. Esto, además de profundizar el desarrollo de ambos personajes, posibilitó ampliar el abanico de todo el elenco y darle más pantalla a otros personajes secundarios pero con peso en la narrativa, como Antín (Gerardo Romano) y César (Abel Ayala).
El final de la tercera temporada dejó la mecha encendida para el esperado reencuentro entre la banda de los Borges y Pastor, todos ahora encerrados en Puente Viejo tras el incendio y destrucción del anterior del penal.
Y cuando hablamos de una fórmula ya conocida es porque El Marginal 4 hace convivir 3 aspectos que se concatenaron a lo largo de toda su historia: La necesidad de Pastor de escapar nuevamente de la cárcel, el ascenso de los Borges en un nuevo territorio y la lucha por el poder en un marco plagado de vicios y corrupción.
Los nuevos personajes se acoplan rápido a la dinámica de la historia y no tardan mucho tiempo es sacar a relucir su personalidad y los vicios que los acompañan. Coco (Luis Luque) es quién corta el bacalao en Puente Viejo, un fanático religioso que tiene los mejores privilegios dentro de Puente Viejo y los comparte con su familia, en la que su yerno Bardo (Ariel Staltari) busca marca el pulso y la voz de disidencia dentro del clan.
Por el lado de la ley, se suma Rodolfo Ranni como Galván, rector del penal y que dirige con mano dura las inmediaciones. El personaje de Galván se acerca un poco más al que realizó Ana María Picchio en El Marginal 3, con la poca tutía que tiene con los presos y la necesidad de mantener el orden y el control a cualquier precio. Pero, como dijimos más arriba, El Marginal 4 magnifica todo lo visto hasta el momento y la interpretación de Ranni busca ir un paso más allá de lo que vimos.
La locación principal de la temporada vuelve a ser un personaje más en la serie. Puente Viejo es una cárcel tan enorme como arruinada. Las instalaciones venidas a menos se reflejan en cada rincón, incluso en el despacho de Galván y los comedores, que no logran mantener un decoro lo suficientemente higiénico.
Los primeros episodios buscan trazar en paralelo los diversos arcos narrativos que plantea esta cuarta temporada. La llegada de Pastor a Puente Viejo tiene el atenuante de ser un ex policía, y con esta identidad ya revelada – algo que no sucedía en la primera temporada – le marca la cancha desde el comienzo, mientras que los Borges no van a perder ni un minuto y van a buscar una posición de poder que los beneficie, aunque no será tan sencillo como ellos lo planean. Por otro lado, la banda de los Sub 21 también fue trasladada a este penal. Las heridas del ataque en el penal de San Onofre todavía continúan abierta y el grupo intenta ser más cauteloso para cobrarse venganza.
El Marginal 4 no busca correr riesgos en estos primeros episodios y mantiene el mismo estilo para contar su historia y desarrollar los personajes, pero es innegable el aumento de la producción de una temporada que es la más ambiciosa hasta el momento, algo que le puede jugar en contra.
¿Cómo es esto? Una sensación que dejó este puñado de capítulos es la amplia cantidad de personajes con sus respectivas tramas. Si bien gran parte de ellos ya los conocemos y arrastran sus acciones de las temporadas anteriores, por momentos está cantidad abultada de personaje les saca el brillo propio, y tampoco permite lucirse del todo a las nuevas incorporaciones.