Wrath of the Druids es la primera gran expansión de Assassin’s Creed: Valhalla, en donde Eivor se suma a una lucha territorial en Irlanda.

Assassin’s Creed: Valhalla nos regaló una de las experiencias más robustas y gratificantes de la franquicias.

Tomando como base los elementos más característicos de la saga, sumado a las mecánicas y aristas que se incorporaron en AC: Origins y Odyssey, respectivamente, nos metimos de lleno en las aventuras vikingas de la mano de Eivor, en una época en donde las naciones nórdicas ya estaban instaladas en Inglaterra, pero sus ansías de exploración y conquistas se mantienen latentes.

Tal y como nos prometió Ubisoft, esta semana llega Wrath of the Druids, la primera gran expansión (que se adquiere mediante el Season Pass) del juego que nos lleva por tierras irlandesas y tuvimos la oportunidad de descubrir todo lo que ofrece antes de su lanzamiento.

Y digo gran expansión porque es la descripción más acotada y acertada que se puede hacer sobre este primer DLC. Wrath of the Druids es una robusta campaña en sí misma, anexa al contenido principal del juego, ofreciendo como punto de partida toda la nación de Irlanda para explorar, y con ellos nuevos escenarios, armas y set de armaduras para ser descubiertos a medida que atravesamos una serie de quest principales y misiones secundaria.

Podremos acceder a Wrath of the Druids desde nuestra base en Ravensthorpe. En el asentamiento se habilitará la fabricación de una nueva locación y una vez que lo hagamos se habilitará el primer capítulo de la quest. Vale aclarar que tendremos que completar la campaña principal para poder acceder la historia de la expansión.

Nuestra llegada a Irlanda no es meramente azarosa, sino que el punto de partida de este DLC es la llegada al puerto de Ravensthorpe de Azar, un mensajero del rey de Dublín que llega, por un lado, con el intención de tener vinculaciones económicas pero también tiene un mensaje de convocatoria para el propio Eivor.

Para llegar hasta el Irlanda primero tendremos que completar un popurri de misiones que implicar liberar un bloqueo marítimo que pusieron tropas inglesas y una vez realizado eso podremos poner rumbo hacía Irlanda, un extenso territorio dividido en diferentes ciudades y que visualmente ofrece un cambio de aire a lo que ya nos tenía acostumbrado tanto Inglaterra como Noruega y Vinlandia.

Nada más arribamos a Dublin descubrimos que el rey de la ciudad no es más ni menos que Barid un primo nuestro desaparecido hace muchos años. Esta fraternidad es el punto de partida para el desarrollo de una narrativa que en sí misma repite varias de las metodologías que ya vimos en las numerosas aventuras en territorio británico: una nación dividida por conflictos políticos y bélicos, debido a intenciones individualistas y sed de poder.

Por suerte, gran parte del potencial narrativo de este DLC llega con los Children of Danu, un culto que está produciendo la inestabilidad social y política en la región. Al igual que con la Orden, tendremos que dar caza a los 10 jerarcas que componen este culto, embellecido por las tradiciones irlandesas.

Si todo el encanto de la mitología nórdica es uno de los grandes atractivos de Assassin’s Creed: Valhalla, Wrath of the Druids logra suyo impactándonos con la imponencia de su ambientación, que mezcla el detalle de sus estructuras arquitectónicas y el surrealismo mágico que envuelve muchas de sus misiones, entrelazadas entre el misterio y lo oscuro de algunas de sus quest.

Hay pocas innovaciones en lo que respecta a exploración y mecánicas. Hay algunos agregados específicos en las ciudades principales y diversas sidequest con coleccionables, pero la metodología mantiene la estructura del juego principal, con puntos de tesoros en los que encontraremos armas y set de armaduras, varios puntos de saqueos e intereses, pero también hay lugar para enfrentamientos con criaturas y enemigos de la mitología irlandesa.

En cuanto a duración y contenidos, el mapa de Irlanda tiene 4 grandes regiones de extensos territorios, y entre misiones principales, sidequest, coleccionables para encontrar y miembros de Children of Danu a asesinar, estamos hablando de más de 15 horas de contenido, que se complementan con las más de 90 horas que tiene en promedio el juego base (si queremos encontrar todos sus secretos).

Si te gustó la aventura principal de Valhalla, Wrath of the Druids es realmente un complemento sólido en calidad y cantidad de contenidos. Las misiones y parte de su narrativa inevitablemente ya tienen un desgaste generalizado por mantener una temática con conflictos políticos muy similar a varias de las alianzas que forjamos en Inglaterra, pero hay muchos terrenos para explorar y una buena cantidad de secretos para ser descubiertos.

Irlanda no será el final de la aventura de Eivor, para mitad de año está previsto el lanzamiento de El Asedio de Paris, una conocida invasión vikinga a territorio galo y que todo indica que nos tiene previsto un espectacular planteo bélico en la ciudad parisina.

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De chico soñaba con ser un Jedi. De grande también.

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