Señoras y señores, el Super Saiyajin ha llegado en esta nueva entrega de Dragon Ball Color.
Y llegamos a la conclusión de la Saga Freezer, segunda que compone la colección lanzada por La Nación Coleccionables e Ivrea. Goku y el titular Freezer se enfrentan en la madre de todas las batallas, y todo parece perdido para los héroes, pues el poder del villano no tiene techo. Pero, como dijo Kaioh, el de Goku tampoco lo tiene, como veremos en estas páginas.
Regresamos de lleno a la batalla entre Goku y Freezer. Como era de esperarse el intercambio es parejo al comienzo, hasta que el villano revela que solo está usando el 50% de su poder. El Saiyajin da todo de sí, llegando al extremo del Kaio-Ken X20, pero no hay caso.
Entonces queda claro que hay que recurrir a la vieja y confiable Genkidama. Si bien a esta altura del manga solo hemos visto esta técnica última enseñada por Kaio-sama una vez sola, veremos que con el paso de los tomos se convierte en un recurso casi tan utilizado como la muerte de Krillin. Y hablando de…
Pero antes, todo parece indicar que la Genkidama funcionó. Goku invocó esta vez no solo la energía no solo del planeta sino de otros vecinos, formando una enorme bola de energía azul por fuera de la estratósfera de Namek. Esta desciende cual meteorito sobre el campo de batalla, tragándose a Freezer y abriendo un agujero del tamaño de varias manzanas en el océano. Vuelan los suspiros de alivio y los chistes de esposas entre los protagonistas, aliviados porque finalmente la batalla ha terminado. Pero esta solo comienza.
Un Freezer desquiciado con ira arremete contra todos a la vez. Piccolo recibe un agujero en el pecho y Krillin es explotado cual petardo en las vísperas de Navidad. Esta es una muerte más del mejor amigo de Goku, pero quizás sea también la más icónica, no tanto por el hecho en sí, sino lo que pasa después. El enojo del héroe para con la crueldad del extraterrestre es tal que se despierta un poder legendario: el Super Saiyajin.
Debo decir que habiendo experimentado Dragon Ball principalmente mediante el anime, y siendo la primera vez que leo el manga, la irrupción del Goku rubio se me hizo bastante anticlimática. Claro, nada puede equiparar el melodrama de Dragon Ball Z, donde la secuencia se extendió durante largos minutos cargados de estática y anticipación. En este sentido, siempre será difícil que un medio estático como es la historieta compita en histrionismo de lo audiovisual. Y, sin embargo, incluso teniendo eso en cuenta, no puedo dejar de sentirme decepcionado por una transformación que lo tiene a Saiyajin con pelo negro en una viñeta y rubia en la siguiente.
A partir de ese momento, les queda claro a todos, y particularmente a Freezer, quien va a ser el ganador de la pelea. Por eso el villano, que no puede ser más caprichoso, ataca el núcleo de Namek en un plan desesperado por destruir el planeta y matando a todos en el proceso menos a él mismo, quien posee la habilidad de sobrevivir en el espacio.
Es ahí que el ritmo del libro cambia, quedando la pelea entre Goku Super Saiyajin y Freezer de fondo mientras Kaio, Kami-sama y Bulma se las ingenian para utilizar las esferas del dragón y los deseos a disposición para salvar la situación. Terminan optando por utilizar las esferas terrestres para revivir a todos los asesinados por Freezer y sus soldados, y luego el deseo restante de Porunga, ahora de nuevo en acción porque revivió el Patriarca de los Namekianos, para transportarlos a todos a la Tierra. Es en esta movida que revive Vegeta, quien yo dude había muerto realmente en la reseña pasada.
Con todos a salvo, queda el campo despejado para el enfrentamiento final. Debo decir que en esta parte le juega un poco en contra el color, ya que el gris que se utilizó para colorear el cielo nublado del Namek que se cae a pedazos apaga la escena. Por lo demás, no les voy a contar como termina la batalla en caso de que no lo haya leído/visto ya (medio imposible, pero puede pasar). Aunque no le arruino nada a nadie diciendo que ganan los buenos.
Finalmente, y ya en la Tierra, el libro cierra con un breve epílogo donde se nos cuenta como se fueron reviviendo a todos los caídos en este largo arco que está compuesto por Saga Saiyajin y la Saga Freezer.
Lo que debo decir que considero una decisión desafortunada es haber incluido el regreso de Freezer, ahora con partes metálicas y su padre King Cold, ya que un poco le baja el precio a la pelea que leímos a lo largo de todo el tomo. Creo que hubiese sido una decisión más acertada incluir ese último capítulo en el siguiente libro, ya que además abre el conflicto que veremos le da inicio a la próxima saga.
No lo mencioné en la reseña pasada, pero tanto este libro como el anterior incluyen al final, como extra, una extensa entrevista a Toriyama realizada en ocasión del estreno de la película La Batalla de los Dioses en 2013, que recordemos fue el puntapié inicial del revival de la franquicia, y que terminaría decantando en el actual anime y manga Dragon Ball Super.
Terminada la Saga de Freezer, nos encontramos con dos sagas terminadas y dos por delante. Sin embargo, no estamos precisamente en la mitad, ya que solo han sido distribuidos 8 de los 20 libros que componen la colección. Inmediatamente continua la Saga de los Androides y Cell, la cual abarca 6 libros, y por lo tanto nos ocupará durante los próximos tres meses de verano. Nada mejor para combatir el calor que un poco de ciencia ficción, viajes en el tiempo y robots asesinos. Nos leemos entonces.