La saga Saiyajin culmina con un épico enfrentamiento.

Desde hace quince días que vivimos en vilo, ya que colección Dragon Ball Color de La Nación Coleccionables e Ivrea nos dejó suspendidos a mitad de la pelea entre Goku y Vegeta, los dos rivales más icónicos de toda la saga de Akira Toriyama.

Correspondiendo al calibre del enfrentamiento que estamos por leer, casi la totalidad del libro se encuentra dedicado a la pelea entre los dos Saiyajin. Casi librada como un partido ida y vuelta, el combate pasa por cuatro etapas bien marcadas, distinguiéndose ellas por quién lleva la ventaja.

En un primer momento, el choque se reduce al puro intercambio de piñas y ataques de energía, y si bien al comienzo Vegeta hace valer su superioridad, rápidamente Goku se pone al frente gracias a desatar el Kaioh Ken por tres. Que, recordemos, Kaioh-sama recomendó no usar por el estrés que ejerce sobre el cuerpo, casi más del que puede soportar.

Desde ese momento queda en claro que esta será una batalla de desgaste. Acá no va a ganar el que tenga la técnica más vistosa o los movimientos más armónicos, sino quien, cuando este todo dicho y hecho, quede en pie.

El segundo round comienza con un Vegeta incrédulo ante el poder de su rival, quien decide transformarse en mono gigante para inclinar la balanza para su lado. Al darse cuenta que la Tierra ya no tiene Luna (recordemos que Piccolo la destruyó en el primer libro para lograr que Gohan volviera a la normalidad), decide crear una propia mediante una técnica secreta Saiyajin.

Gracia a presenciar la transformación de Vegeta, Goku finalmente descubre que fue él mismo quien provocó el accidente que mató a su abuelo. Pero esto es Dragon Ball, por lo que lo que hubiese sido un momento dramático devastador en otro manga aquí es pequeño panel en medio de los golpes.

De hecho, estos dos primeros rounds, que terminan con un Goku abatido, se caracterizan por lo escueto del diálogo y lo puramente cinético de los paneles. Secuencias como estas son la razón por la cual cuando uno descubre el manga cuesta volver a leer historietas de otra tradición artística, sean superhéroes norteamericanos o aventuras argentinas ¿Para qué someterse a los estáticos pin ups de doble página que caracterizan los comics de las “Big 2”, que se contentan con sugerir la acción, cuando podemos leer un manga que parece moverse delante de nuestros ojos?

En los siguientes, y últimos, dos rounds son de vital importancia Krillin, Gohan y Yashirobe, quienes han seguido a Goku y Vegeta desde el campo de batalla original. Como destaqué en reseñas anteriores, la intervención decisiva de personajes no Saiyajin será cada vez más escasa a medida que avanza la serie, así que realmente hay que saborear estos momentos.

Para no relatar el minuto a minuto, y quemar los momentos más tensos de la batalla, me limitaré a decir que aquí Yashirobe, personaje terciaro en el mejor de los casos, tiene su momento de gloria. Además, Krillin prueba porque es el partenaire más confiable. Quizás no sea el más fuerte, pero siempre está, bancando la parada y cargándose los problemas al hombro. Seamos sinceros, Goku es muy cool, pero cuando las papas queman, todos queremos un Krillin al lado.

Por lo demás, la batalla termina, por supuesto en favor de los héroes, aunque con el detalle de que Vegeta logra escaparse para volver y convertirse en nuestro antihéroe favorito ¿Tiene lógica alguna que Goku, luego de que el Saiyajin matara despiadadamente a sus amigos y golpeara de manera brutal a su hijo, elija dejarlo vivir? No, pero Dragon Ball un shōnen de peleas (EL shōnen de peleas) y nada va a permitir que Toriyama cumpla su cometido de darle un nuevo frenemy a nuestros héroes.

El resto del libro es invertido en ir recordando la información importante que aprendimos en esta saga (Piccolo y Kami-sama son extraterrestres, en el planeta Namek) e ir poniendo las fichas en su lugar para la aventura espacial que comienza en el siguiente libro

Con esta travesía que se abre en las últimas páginas del libro, no solo tenemos de vuelta la importancia de los aliados (en este caso Bulma, que resuelve la logística del viaje espacial gracias a que es una genio), sino que incluso encontramos ecos de ese Dragon Ball más aventurero por el cual brillaba al comienzo la serie de Toriyama , y el cual escaseará cada vez más de aquí en adelante.

De hecho, justamente por combinar aventura emocionante con peleas épicas, estoy dispuesto a decir que la saga que se abre en quince días, la saga de Freezer, es el punto más alto de toda la serie ¡No puedo esperar a comenzarla!

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