Reseña del número veintitrés de la Colección Salvat de DC Comics: Robin – Año Uno.
Con el correr de los años varios personajes han recapitulado sus primeros momentos en ediciones nominadas bajo el título Año Uno. Superman, Batman, Justice League of America e incluso Supergirl han pasado por estos tomos, pero esta vez el personaje que nos atañe es el Niño Maravilla: Robin.
La historia ha sido traída a la vida por los guionistas Chuck Dixon y Scott Beatty. El primero de ellos ha tenido celebrados pasos por casi todas las editoriales. Dark Horse, DC Comics, Marvel, Wildstorm y First Comics han sido solo algunas de las casas madre donde ha trabajado y dejado obras como Marvel Knights, Batman versus Predator III: Blood Ties, Birds of Prey, Nightwing: Year One y muchas más.
Por parte de Beatty sus mejores y más destacados trabajos se han dado dentro de DC Comics con obras como Green Lantern: Circle of Fire, Nightwing: Year One, SA: Classified #19-20 y Batgirl: Year One
Con lo que el arte de estos tomos respecta, hemos tenido la destacada labor del español Javier Pulido quien supo lucirse en obras como The Amazing Spider-Man, Green Lantern: New Guardians y Batman Black & White; y además también ha participado Marcos Martín, otro español ganador de un premio Eisner por su trabajo con Mark Waid en Daredevil. El español se ha destacado también por obras como Captain America, Spider-Man Identity Crisis y varias otras.
La historia de Robin: Año uno se centra en las vivencias de Dick Grayson, el primero (y posiblemente el mejor) de todos los Niños Maravilla que han acompañado a Batman a lo largo de su cruzada. Dixon y Beatty narran esta brillante historia usando a Alfred, el mayordomo de Wayne, como la voz que pone en palabras los sentimientos y emociones que se van desarrollando a lo largo de la trama.
Los autores de este trabajo se plantean una historia muy cohesionada, es decir, un trabajo muy fuerte como conjunto, con momentos profundamente duros y emotivos, capaces de llegar al lector de forma directa y hacerle sentir la dureza, el dolor físico o el optimismo que derrocha Dick en todo momento. Esta versión del joven que crecerá para volverse Nightwing es la materialización de la propia cordura de Batman y así lo expresa Dixon.
Robin: Año Uno no parece para nada una historia que cuente ya con 16 años de antigüedad. Será debido a su dibujo el cual es llevado a la perfección por la dupla española o por la magnífica narración que plantea Dixon, este trabajo destaca por sobre la mayoría de las historias de Robin volviéndose una lectura más que obligatoria para todos los fanáticos del Murciélago.