Review del sexto tomo de la saga Clásicos de la Colección de Salvat Marvel: Spider-Man Nunca Más.
En un nuevo número de la colección definitiva de novelas gráficas de Salvat llega Spider-Man: Nunca Más, el tomo clásico VI y 68 de toda la colección de tapa negra que recopila Amazing Spider-Man #44-50, un arco narrativo esencial impulsado por la dupla de Stan Lee en los guiones y John Romita en los lápices para comprender la esencia del personaje, en un número conmemorativo que tendrá homenajes de diferentes personajes y compañías a lo largo de la historia.
Spider-Man No more marcó una época en la vida del trepamuros: un momento culmine en la historia de uno de los iconos de Marvel cuando una serie de eventos y problemas llevarán a reflexionar al propio Peter Parker sobre que tanto ayuda en su vida la presencia de su alter-ego, quedando como respuesta a tal afirmación la histórica tapa número #50 que tendrá sus distintas versiones como homenaje al artista y al personaje.
En una excepcional manera de narrar una historia, el equipo de Lee y Romita nutrían al personaje de nuevos conflictos y problemas: el adolescente que fue picado por una araña ya había quedado en el pasado y ahora Peter Parker deberá crecer y afrontar los problemas de la madurez: las relaciones familiares como amorosas, el estudio, el trabajo y sobrellevar su vida de héroe a la par. Un personaje asombroso pero con problemas tan comunes y corrientes como de cualquiera de los lectores que seguían al arácnido. Allí, la dupla creativa supo brindarle a Spider-Man una esencia especial y humanística, terrenal y realista a la historia de Parker, ya que necesitaba seguir creciendo para desarrollarse.
Desde el vamos, la personalidad que reúne a Spider-Man como héroe nunca fue planteado de manera fácil ni resulta: un adolescente huérfano que será el sostén de su tía a medida que crecen sus responsabilidades personales, académicas, amorosas como también de justiciero.
En los primeros números de este tomo, El Lagarto, uno de los principales villanos del héroe, vuelve a desafiar los límites de Spider-Man. Peter empieza a sentirse sobrepasado sin encontrar un rumbo claro entre sus problemas y las exigencias que sobrelleva ser Spiderman. El Lagarto es el primer contrincante de las dos primeras revistas que sirven para comenzar a desarrollar las angustias y conflictos internos entre Parker y su alter-ego. Conflictos que llegarán a la culmine en el número 50 de la serie.
Además, este tomo recopila cambios y situaciones muy especiales para el status-quo del personaje: Peter se muda junto a su mejor amigo Harry Osborn, Flash Thompson se enlista en el ejército como así también Mary Jane conoce a todo el grupo de amigos -incluyendo a una celosa Gwen Stacy– por primera vez, mientras otros villanos clásicos vuelven a las andanzas, como Kraven el cazador, Shocker y el Buitre.
El foco común que reúne cada una de estos números es que siempre, en el final y la última viñeta, aparece un Peter Parker reflexivo, cabizbajo, con más dudas que certezas sobre su papel como Spider-Man, tanto en su vida como en la de los demás. A pesar de recibir paliza tras paliza desde el número #44, en manos de Kraven, el Lagarto, un nuevo Vulture y Shocker, daba la sensación que todo encontraba su eje y se equilibraba en la vida de Parker, hasta llegar al mítico número 50.
A diferencia de otros héroes como el Capitán America, Iron Man o Thor, Spiderman fue resistido por la sociedad que tanto defiende gracias a las operaciones mediáticas del editor del Daily Bugle, J.J Jameson para recrear una imagen amenazante y errónea del personaje. Con las complejidades que conlleva crecer para cualquier adolescente o adulto, Peter Parker se ve sobrepasado por un sentimiento de culpa y abandono con su Tía May; su falta de conducta social con sus amigos y amores cómo MJ y Gwen y su bajo rendimiento en los estudios por estar todo el tiempo a la orden de cualquier llamada de emergencia o atraco en un banco.
Desequilibrado emocionalmente, Parker pierde el rumbo llegando a dudar de su cordura y sus ambiciones para convertirse en héroe, desechando así su traje en un cesto de basura. Una imagen icónica sobre los conflictos humanos, sociales y psicológicos con los que debe lidiar un héroe día a día. Una portada que trasciende las editoriales y el mundo de los cómics para homenajearla desde otros héroes de diversos medios o grupos o hasta llegando al cine.