Digimon Story Time Stranger combina combates por turnos y exploración semi abierta en una historia atravesada por viajes en el tiempo y cientos de Digimons para entrenar.
Digimon siempre fue la contracara más visceral que tuvo Pokémon desde finales de los ’90 y, si bien no pudo sostener su popularidad a lo largo de su historia en el mundo animado, las diferentes entregas de videojuegos que salieron desde 1999 hasta la fecha siempre supieron tener un atractivo muy particular, con un foco fuerte en el entrenamiento de estas particulares criaturas digitales pero nunca dejando en un segundo plano su narrativa.
Después de aventurarnos en 2022 con Digimon Survive, con una propuesta mucho más abrazada a la aventura gráfica con combates por turnos, Digimon Story Time Stranger es su contraparte: un juego mucho más enfocado a sus raíces, con foco en el entrenamiento de los digimon que están en nuestro poder y un gran hincapié en su combate, apostando una vez más a un sistema por turnos tradicional pero con mucha capilaridad por la cantidad de opciones y elementos presentes.
Después de casi una década de silencio en la subsaga Digimon Story, Bandai Namco y Media.Vision regresan con una nueva entrega que no solo busca conectar con la nostalgia, sino también redefinir el vínculo emocional entre humanos y Digimon en un contexto narrativo mucho más ambicioso. Time Stranger no es solo un nuevo RPG por turnos: es una apuesta narrativa, técnica y emocional por reinventar lo que significa ser un “Elegido”.
Descubriendo (una vez más) el Mundo Digital
La historia nos sitúa en un Tokio contemporáneo, donde encarnnamos agente secreto de ADAMAS (una organización secreta que se encarga de investigar anomalías relacionadas con la aparición de Digimon en el mundo real) encuentra a una criatura desconocida poco antes de una explosión que borra la ciudad del mapa. Minutos después, despierta ocho años en el pasado. Esta premisa da pie a una narrativa de saltos temporales, universos paralelos y dilemas existenciales, que propone una trama más madura y compleja que lo habitual en la franquicia, algo que Digimon per se acostumbró a sus fans en todas sus adaptaciones.
La premisa te engancha desde el momento cero: Tokio devastada, la aparición de Digimon que no deberían estar ahí, y un agente que fluctua en el tiempo. Esa estructura temporal no es solo un gimmick: cada decisión en el pasado puede resonar en el presente. Eso transforma las relaciones humanas-digitales en algo frágil, en tejer el mundo a medida que juegas. Los enemigos bajo el nombre de los Titanes y la inspiración de mitología griega añaden un tono épico que trasciende el chiste nostálgico. Sí, hay enredos clásicos: amistades, sacrificios, misterios familiares. Pero mezclado con viajes temporales y mundos paralelos, esa fórmula se siente fresca en momentos clave.
El objetivo inicial está claro: reconstruir el origen de la anomalía temporal y evitar que la catástrofe vuelva a suceder. Pero como en toda buena historia de Digimon, los vínculos emocionales, las decisiones y el poder de la conexión serán los verdaderos motores de la narrativa.
Si bien hay una buena cantidad de personajes secundarios humanos, muchos pecan de tener un desarorllo poco profundo, y es ahí cuando los digimon irrumpen con fuerza y toman un protagonismo casi unánime. No hay que esperar un guion revolucionario: muchas estructuras son familiares. Pero Time Stranger sabe cuándo ser sincero contigo, cuándo ofrecer giros y cuándo dejar que tu imaginación complete la hist
El jugador deberá explorar tanto el mundo humano como Ilíada, el renovado Mundo Digital. A través de encuentros en cantidades industriales, side quests y decisiones que afectan el desarrollo, se busca construir una experiencia donde el destino no está escrito, y el vínculo con cada Digimon importa.
Lejos de simplificar su propuesta de RPG, Time Stranger se apoya en un sistema de combate por turnos dinámico, que suma componentes tácticos a la fórmula clásica. Hay profundidad en la personalización, en la sinergia entre criaturas y en cómo se aprovechan las evoluciones para generar sinergias durante el combate.
Aunque se mantienen algunos pilares clásicos del género, se introducen novedades como habilidades encadenadas, efectos de campo contextuales y un énfasis mayor en la estrategia colectiva más que en el poder individual.
El enfoque de doma de monstruos no es menor: el jugador podrá copiar, criar y vincularse con más de 450 Digimon, explorando evoluciones ramificadas y nuevos sistemas de afinidad que alteran comportamientos en combate y fuera de él. Cada decisión que tomemos con nuestros digimons, desde los stats a potenciar, su personalidad y el vínculo con nosotrs es un impacto directo al tipo de Digimon que podremos evolucionar y desevolucionar. Sí, en esta entregar se habilita la posibilidad de volver atrás sobre nuestros pasos y retrodecer un escalón evolutivo de las criaturas que tengamos, para tomar nuevos caminos y evoluciones, dando una personalización casi única al squad que queramos tener en el campo de batalla.
En lugar de un sistema de evolución lineal o simplificado como en otros juegos de monstruos, Time Stranger ofrece ramificaciones múltiples y reversibles. Un mismo Digimon puede evolucionar en diferentes formas según las decisiones que tomemos, las estadísticas alcanzadas y el tipo de entrenamiento que reciba. Y si te equivocaste o querés experimentar, podés des-digievolucionarlo para reencaminar su progreso.
Este “viaje de ida y vuelta” no solo permite maximizar stats y habilidades heredadas (una mecánica clave para jugadores avanzados), sino que añade una dimensión estratégica: elegir si seguir evolucionando o retroceder para mejorar el potencial base.
Además, las digievoluciones no siempre están visibles desde el principio. Algunas ramas evolutivas aparecen como siluetas en sombra, que solo podés revelar cumpliendo ciertos requisitos o descubriéndolos por prueba y error. Este pequeño misterio le da un toque de exploración y descubrimiento al sistema.
No se trata solo de coleccionar: el juego pone énfasis en profundizar el lazo emocional, haciéndolo parte esencial del progreso y del desenlace de ciertas tramas. Para evolucionar un Digimon, no alcanza con subir de nivel. El juego introduce requisitos combinados, que incluyen:
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Nivel mínimo
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Stats específicas (fuerza, velocidad, resistencia, etc.)
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Número de batallas ganadas
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Afinidad con el entrenador
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Tipo de personalidad
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Nivel de agente (habilidades del jugador)
Ese último punto es clave: algunas digievoluciones están bloqueadas hasta que el protagonista alcanza cierto nivel como agente ADAMAS, lo que impide “romper el juego” evolucionando demasiado rápido.
El sistema te obliga a gestionar tu equipo con previsión. ¿Te conviene invertir en ese Digimon ahora o esperar a que tengas los stats adecuados para una evolución superior? Las decisiones que tomes van a moldear tu camino, y hay margen para jugar con eso.
Las batallas no repiten fórmulas de hace décadas sin mejoras: podés ver enemigos en el mapa, decidir si los enfrentas o evades, y usar habilidades especiales del protagonista (Artes X) para inclinar la balanza. Esas opciones estratégicas le dan un plus frente a JRPGs básicos. Además, la velocidad de combate ajustable (hasta x5 en muchos casos) evita que el juego se vuelva tedioso en zonas de farmeo. Eso sí, los jefes están diseñados para obligarte a pensar. No basta con apretar “ataque”; debes construir sinergias entre tus Digimon.
En este marco, Digimon saca a relucir una ventaja enorme: para obtener nuevos digimons, los combates alimentan una barra de “análisis”. Al alcanzar 100 % puedes crear esa criatura; al llegar al 200 %, accedes a una versión más potente. Eso invita a repetir encuentros con propósito, no solo por subir nivel. Un equipo al que tendremos que entrenar con mucha frecuencia, y el poder avanzar el ritmo de las peleas permite farmear a una velocidad tal que evite la frustración o el desgano.
Cada Digimon tiene una personalidad asignada (valiente, tímido, amable, impulsivo, etc.) que no solo afecta sus estadísticas, sino también sus opciones de evolución y estilo de combate. Por ejemplo: Los Digimon “valientes” suelen tener mayor ataque y favorecen evoluciones más ofensivas o los “tímidos” tienden a priorizar defensa o habilidades de soporte. Otros tipos impactan directamente en la compatibilidad con ciertos ataques o rasgos evolutivos.
Pero no se queda ahí. La personalidad también influye en interacciones fuera del combate, como en las conversaciones breves que ocurren tras los combates, o en las dinámicas de entrenamiento en la Digigranja (el espacio de crianza). La Digigranja es el corazón del sistema de crecimiento. Ahí podés dejar a tus Digimon no activos para que entrenen, suban stats o se preparen para evolucionar. Es un entorno semi-automatizado, pero donde tus decisiones (qué módulos de entrenamiento instalás, qué entrenadores colocás, qué objetivo asignás) influyen en los resultados.
El único problema: la accesibilidad a la Digigranja no es instantánea desde todos los lugares. Solo hay ciertos puntos en los mapas donde podés gestionarla, lo que a veces hace que tareas como revisar stats o cambiar entrenamientos se vuelvan más tediosas de lo necesario.
La historia principal puede durar entre 35 y 40 horas, pero esto sin tocar la vertiente de crianza, misiones secundarias o contenido extra. Si te metés de lleno en optimizar equipos y explorar profundidades, fácilmente duplicás ese tiempo.
La exploración equilibra ambos mundos: el Tokio real (Shinjuku, Akihabara, estaciones y callejones) y el Mundo Digital (Ilíada). En la parte urbana, caminar por calles reconocibles, visitar tiendas, NPCs y misiones secundarias te hace sentir inmerso.
Pero el salto más fuerte es al mundo digital. Aquí los biomas cambian, la fauna digital merodea, cada rincón tiene vida propia. Ver pequeños Digimon interactuar entre sí, trabajos digitales, escenas de ambientación… son detalles que elevan la inmersión. En su mejor momento, Ilíada se siente como un reino que respira. Por otro lado, los mapas no explotan lo abierto: siguen siendo zonas cerradas con pasillos, misiones lineales y puntos de retorno. Algunos recorridos entre zonas son un poco repetitivos. También, cuando muchos Digimon siguen al protagonista, pueden taparte la cámara en momentos clave.
Uno de los principales problemas que tiene Time Stranger es su ritmo y cómo su propia propuesta puede terminar apabullando. Es hermoso contar con tantas opciones de Digimon pero a veces se siente que el tiempo no alcanza para criar a tantas criaturas al mismo tiempo y terminamos usando siempre a los mismos 7 u 8 (el juego te permite usar 3 en combate y 3 en reserva., más los inivitados especiales que se suman en determinados momentos). Sin embargo, estamos ante el Digimon más estratégico de toda su franquicia, profundizando como pocos sus aspectos JPRG y la libertad absoluta que le ofrece al jugador al momento de elegir su squad para enfrentar a los cientos de Digimon que se cruzarán en el camino.
Conclusión
Divertido, entretenido, ágil y respetando su legado. Digimon Story Time Stranger es una hermoso paso hacia adelante de la franquicia que toma todo el lore para crear una historia original, entretenida y con el nivel de madurez habitual que nos tiene acostumbrado.
Tiene algunos problemas de ritmo y una sensación de exceso de abundancia con la cantidad de criaturas que podemos entrenar, pero se compensa con su estructura de mundo semi abierto y mazmorras lineales.
Es una gran puerta de entrada para meterse en el mundo de Digimon pero también es un sólido JRPG, con una profunda capilaridad en sus combates y todas las posibilidades que ofrece.
Divertido, entretenido, ágil y respetando su legado. Digimon Story Time Stranger es una hermoso paso hacia adelante de la franquicia que toma todo el lore para crear una historia original, entretenida y con el nivel de madurez habitual que nos tiene acostumbrado.
Tiene algunos problemas de ritmo y una sensación de exceso de abundancia con la cantidad de criaturas que podemos entrenar, pero se compensa con su estructura de mundo semi abierto y mazmorras lineales.
Es una gran puerta de entrada para meterse en el mundo de Digimon pero también es un sólido JRPG, con una profunda capilaridad en sus combates y todas las posibilidades que ofrece.