Babylon’s Fall, el nuevo título de PlatinumGames y Square Enix, llegó como un juego como servicio… ¿pero podrá quedarse?
Cuando en 2018 teníamos el primer vistazo de Babylon’s Fall todo era bastante críptico y misterioso, pero la fe y el hype estaba por los cielos dado que el estudio venía de un avasallador éxito con NieR: Automata. Por desgracia, como toda torre floja de cimientos, la obra no termina de hacer pié y tambalea constantemente ante una apuesta de juego como servicio.
Ubicándonos dentro de toda la mitología que rodea a la caída de Babilonia y lo que representaba la Torre de Babel, la apuesta de PlatinumGames busca convertirnos en una suerte de súper soldados cuyo objetivo es desentrañar los grandes tesoros que oculta una de las obras arquitectónicas más míticas de la historia. Por desgracia el juego no logra atrapar ni desde la trama, ni tampoco desde la jugabilidad, la cual podemos sentir repetitiva a partir de la segunda o tercera hora de adentrados en la aventura.
Una historia con potencial… que nunca despega
Antes de adentrarme en este título, la idea de explorar todo el lore que rodea a una de las legendarias construcciones de la historia de la humanidad como lo era La Torre de Babel, y en consecuencia la caída de la Ciudad de Babilonia, me parecía algo único y atrapante, por lo que el hype sobre la narrativa de Babylon’s Fall era algo que me llamaba mucho la atención. Por desgracia esto no duró.
Babylon’s Fall presenta al Imperio Domitiniano, una nueva civilización que se levantó en los confines de la caída ciudad, y que busca hacerse de los tesoros que yacen en la aún en pie Torre de Babel. Para esta tarea han aprovechado una tecnología parasitaria llamada Gideon Coffin, la cual convierte a su portador en una suerte de súper soldado, denominado Centinela.
Todo lo que a priori parecía intrigante, como lo podía ser explorar la mitología planteada o recorrer la Torre termina diluyéndose en una historia contada sin alma. Los personajes nunca logran despegar de su papel o hacernos sentir empatía alguna para con ellos, ni tampoco entre los otros compañeros que van apareciendo con el correr de las misiones.
Durante la mayor parte del título el juego elige apoyarse más en la dinámica de las batallas o los enfrentamientos con los bosses que en la narrativa, y pese a que esta sea una decisión válida, lo cierto es que también termina sintiéndose que desperdiciaron una historia que podría haber sido muy potente en caso de que PlatinumGames la hubiese encarado bajo el formato que encaró NieR: Automata.
Un combate divertido, aunque bidimensional
El punto más alto que presenta Babylon’s Fall es sin lugar a dudas el combate, más cuando el eje se pone sobre el Gideon Coffin, el objeto sobre el cual se basa todo el sistema de lucha del juego. Enfrentarnos a hordas de villanos a través de un sistema tan dinámico es lo que le da su vida a esta aventura y el hecho de poder hacerlo blandiendo nuestro propio build de armas suma muchísimos puntos.
A través del Gideon Coffin nuestro personaje puede combatir usando hasta cuatro armas en simultaneo. Espadas, mazas, báculos, escudos, arcos y hachas solo por mencionar algunas. Con respecto a esto hay dos variantes más que interesantes para destacar: primero, si elegimos el modo online en el que compartiremos el escenario con otras tres personas, nuestro build puede ser planteado para cubrir una función puntual: atacar, defender o dar soporte, lo cual es una apuesta más que interesante y que he sentido muy divertida durante mi experiencia. Por el otro lado, si se elije jugar offline vamos a tener que usar un build más equilibrado para poder satisfacer nosotros mismos todas nuestras necesidades.
Por desgracia la lucha también presenta sus altibajos, ya que la evolución de esta es nula, y luego de las primeras horas de juego ya lo hemos visto todo. No existe desbloquear movimientos nuevos, habilidades o combos, por lo que nuestra fuerza y combate únicamente se mide en torno a nuestro nivel y a las armas que tengamos, las cuales podemos conseguir a través de loot o crafteo, pero más allá de esto no existe progresión alguna en el sistema de lucha ya que desde el primer escenario hasta el último estaremos haciendo exactamente lo mismo.
Los bosses son también algo a celebrar en las varias horas de juego que ofrece el título de Square Enix y PlatinumGames. Cada uno de los jefes finales que encontraremos a medida que avancemos por La Torre maneja su propio y único patrón de lucha y enfrentarlos puede ser un gran desafío ya que algunos pueden ocupar un gran porcentaje de la pantalla con sus ataques, llevándonos a planificar cómo y cuándo deberemos ejecutar nuestros ataques, algo que se siente aún más divertido cuando lo hacemos online.
Unos gráficos que restan más que de lo que aportan
Otro problema que se hace presente en el juego es el apartado visual. Curiosamente la parte in-game funciona bastante bien, ofreciendo un combate atractivo y disfrutable. El problema recae en las cinemáticas. Generalmente los videojuegos nos venden el oro y el moro con sus secuencias fílmicas y luego el apartado jugable en sí no llega a estar a esa altura, bueno en Babylon’s Fall es todo lo contrario.
Las secuencias narrativas no solo se sienten ajenas a la actual generación de consolas, sino también a la anterior. Bien podríamos estar hablando de un buen juego de PlayStation 3 en la mejor de las situaciones. Además, la elección creativa que se realizó para contar parte de la historia a través de pinturas al oleo no termina de agregar valor en ningún momento, de hecho, todo lo contrario ya que se siente como un recurso forzado y que deja sabor a poco.
Conclusión
Tras la incursión de Square Enix en los juegos como servicio con Marvel’s Avengers, ahora la compañía se alió con PlatinumGames para buscar cambiar esta imagen. Spoiler: no lo lograron. Este género le sigue siendo esquivo a la empresa que nos ha dejado aventuras memorables como Final Fantasy, Dragon Quest o Chrono Trigger.
Por el lado de Babylon’s Fall per se, no es un juego que justifique su valor bajo ningún concepto. Si bien el gameplay puede resultar divertido, lo cierto es que luego de algunas horas se convierte en monótono y repetitivo. Estéticamente se encuentra lejos de un juego de la actual generación de consolas y además desperdicia una premisa a priori intrigante como es la mitología de La Torre de Babel y Babilonia. Resta esperar y ver como ambas empresas le dan un giro de tuerca para estirar su vida útil ya que el género “Juego-como-servicio” así se lo demanda, pero sinceramente es una misión más que complicada.