Después de varios retrasos por fin llega Biomutant, este RPG de THQ Nordic muy esperado por la comunidad. ¿Está a la altura de las expectativas?
Allá por 2017 se celebraba una Gamescom en la que THQ Nordic presentaba por fin ese RPG que, se sabía, llevaba desarrollando ya un tiempo. Mucha agua ha pasado sobre el río desde aquel entonces, con varios retrasos que han tenido al pequeño estudio Experiment101 en la mira pero que, según ellos afirman, tuvieron lugar para tener un producto a la altura de lo esperado. Y esto no es para menos teniendo en cuenta las enormes expectativas que se han generado en la comunidad alrededor de este sandbox postapocalíptico, en gran parte por culpa del insistente trabajo de marketing que han hecho alrededor de Biomutant. Después de tanto y tras haber jugado por fin con este mapache mutante nos preguntamos: ¿Está a las alturas de todo lo que se esperaba? Eso es algo que responderemos en el siguiente análisis.
El árbol de la vida
Comencemos por la historia de Biomutant, un juego que nos trasporta a una suerte de mundo postapocalíptico en el que los antiguos (nosotros, los humanos) han desaparecido y ahora la Tierra es habitada por animales afectados considerablemente por la radiación. En este contexto nos toca encarnar a una mapache mutante, un ronin que tras una tragedia ha estado vagando durante años en busca de un propósito que recién encuentra cuando vuelve a las tierras que lo vieron nacer: es allí que descubre que es una especie de elegido y que de él depende el salvar el mundo tal y como lo conoce. ¿Cuál es la amenaza? Los devoramundos, unas bestias gigantescas que, además de tener en jaque a las distintas comunidades que intentan sobrevivir, amenazan con poner fin al árbol de la vida y así al destino de los ahora habitantes terrestres.
Aunque algo genérica, la premisa es bastante interesante y se sigue con cierto interés durante los primeros compases de las historia. Sin embargo, conforme avanzamos va perdiendo fuerza más allá de algún que otro giro en la trama y el protagonista, carente de cualquier tipo de personalidad, no hace demasiado para ayudar. El guion tampoco brilla demasiado y no llega a generar ningún momento explosivo a lo largo de la aventura, algo que realmente esperábamos. Se nota que el juego todo el tiempo se esfuerza por ser creativo, con los nombres de las diferentes criaturas o ciertos gags recurrentes, pero los cierto es que en ninguno de los aspectos ha conseguido cautivarnos. Incluso cuando nos pone a tomar decisiones -que siempre hay tres opciones entre la mala, la buena y la intermedia- las cosas se nos han hecho lo suficientemente claras como para que no nos tiemble el pulso a la hora de elegir.
Acción radioactiva
Ahora centrémonos en el eje principal de Biomutant: su jugabilidad, su acción, sus componentes RPG. El juego de Experiment101 nos recibe con un aceptable creador de personaje, con el que podremos primero determinar nuestra raza con sus respectivas características, después elegir cuáles habilidades queremos fortalecer para, finalmente, dejarnos jugar un poco con nuestra estética. Si bien no es el mejor ni más profundo editor que hemos visto, sí nos ha gustado la libertad para revertir (en caso de que así lo deseemos) las decisiones que hayamos tomado: no importa si de arranque nos centramos en el carisma y la agilidad, conforme avanzamos en la aventura el juego nos va dando suficientes herramientas como para que compensemos esas falencias que nos han quedado en la fuerza bruta. Esta vertiente rolera da suficiente libertad al jugador como para que no quede encasillado hasta el final del juego y tenga todos los recursos para sortear cualquier obstáculo que se cruce en el camino.
En cuanto a la acción, se ponen a nuestra disposición armas cuerpo a cuerpo como a distancia, para hacer frente a todo tipo de enemigos. Comenzando con una espalda y un revolver, los que podremos ir cambiando conforme avancemos, el combate funciona como una suerte de hack and slash estilo Devil May Cry en el que podemos combinar disparos, golpes, habilidades especiales y esquivas para salir airosos de los enfrentamientos. El sistema no es demasiado profundo de por sí y dejará indiferentes los que busquen un gran dinamismo, pero lo cierto es que es lo suficientemente frenético como para que resulte entretenido la mayor parte del tiempo. Quizás lo más interesante resulte en la posibilidad de crear nuevas armas con cualquier objeto que vayamos encontrando, mejorar las que ya tenemos o incluso personalizar armaduras para adaptarnos a los enemigos que debamos enfrentar, aunque realmente no es nada que no hayamos visto en cualquiera de los últimos exponentes del género, ni tampoco lo hace con mucho más esmero.
Biomutant también cuenta con un sistema de subida de nivel, que nos permite subir todos los aspectos de los que hablamos cuando nos referimos a la creación de personaje, pudiendo variar entre ser más hábil con las armas a distancia, con los poderes biónicos o simplemente ser lo suficientemente carismático como para tener a todo el mundo a nuestros pies. Por otro lado también tenemos la posibilidad de ir desbloqueando ciertas cualidades, poderes psiónicos como dejar estelas de fuego a nuestro paso, tener una visión de rayos X que nos permita percibir los puntos débiles de los enemigos o incluso un tiempo-bala al estilo Max Payne con el que podremos coreografiar unas buenas secuencias de combate. Este último nos ha resultado el aspecto más destacable a la hora de personalizar a nuestro personaje, sobre todo por la cuota de dinamismo que le aporta al avance.
Por último tenemos que hablar de todos aquellos que van a poner todas estas habilidades a prueba a lo largo del camino. Esas criaturas que están repartidas por el mapa y que quieren impedir que salvemos el dichoso árbol de la vida. La gran mayoría son animales que han sido afectados por la radiación y otras tantas criaturas hostiles, o quizás animales que nosotros no hemos podido determinar. Lo mejor que han hecho desde THQ Nordic en este sentido es la enorme cantidad y variedad de seres que han creado, diferenciando sus características dependiendo la zona en la que nos encontramos, pero todas estas carecen de suficiente trasfondo y personalidad como para resultar memorables. Son simples NPC’s enemigos que se reparten bastante distanciados en el territorio, incluyendo unos devoramundos que ofician de jefes finales de cada zona pero que no tienen la suficiente fuerza ni color como para que los recordemos cuando acabemos el juego. En cuanto a la dificultad general de la aventura está equilibrada, aunque podría haber sido un poco más desafiante en los últimos escalones.
Un ronin errante
En la previa desde THQ Nordic y Experiment101 hicieron mucho hincapié en que estaban creando un enorme y bello mundo abierto. En lo que sí vamos a darle la derecha es en lo variado de su bioma y en la gran diferencia que existe entre las diferentes áreas, aunque el tema de belleza queda un poco opacado por el apartado técnico que no le permite lucirse y sobre el que hablaremos más adelante. Biomutant siempre nos dice que hacer y nos da un punto de referencia clara, tanto si queremos abordar misiones principales o secundarias, mientras que también nos regala algunos eventos que surgen de forma orgánica cuando, por ejemplo, queremos acceder a algún sector para el que todavía no tenemos las habilidades o equipamiento necesario. En cuanto al diseño de todos estos objetivos el trabajo no está mal hecho, aunque simplemente se limita a cumplir y poco innova respecto a lo que hemos visto durante los últimos años en la industria.
Durante los primeros compases puede que se haga un poco tedioso avanzar de un punto A a un B a pie, sobre todo porque estamos ante un mundo abierto bastante carente de vida y que apenas distribuye puñados de enemigos por acá y por allá, sin embargo conforme avanzamos podemos ir desbloqueando otras formas de desplazamiento. Desde un ala delta hasta criaturas que hacen de montura o enormes armaduras mechas que no solo nos sirven para avanzar, sino que también nos dan mayores posibilidades en el combate contra las criaturas más grandes. Son estos desbloqueables que conseguimos en misiones principales y secundarias uno de los mayores alicientes a la hora de continuar e incluso de explorar un territorio que, por momentos, nos ofrece pocas cosas que hacer y que nos aburre en el camino. Está claro que el mundo que quisieron abarcar desde Experiment101 les queda demasiado grande a las 40 personas que trabajan en el estudio.
La chatarra es útil – Apartado técnico
Lamentablemente debemos decir que Biomutant no está a la altura de las expectativas en muchos de sus aspectos y el técnico tampoco es uno en el que haga gala. Los estudios chicos siguen insistiendo en abarcar más de lo que pueden y eso es algo que les juega en contra, como es en este caso para Experiment101. Este descomunal mundo abierto que se nos plantea, que se nos vendió con tantas ganas en la previa, termina quedándose en un gran mapa vacío al que le cuesta cargar sus texturas y que, cada dos por tres, nos trae unas groseras bajas de frames por segundo. Incluso en varias ocasiones, cuando pasamos a una secuencia de diálogo, al protagonista le carga el pelaje en etapas. Todos estos errores irrumpen una y otra vez con la inmersión.
En cuanto al diseño el juego hace las cosas un poco mejor, aunque se nota que han usado y variado un mismo molde de personajes en varios pasajes, sobre todo en las diferentes comunidades de mapaches. A nivel sonoro tampoco tiene mucho para dar de sí, aunque vamos a destacar la música como uno de los mayores aciertos en el desarrollo de la aventura. Las voces no existen más allá de la apagada voz del narrador y los sonidos que emiten los distintos animales incluso han llegado a irritarnos en las secuencias más largas de diálogo: ese juego de relato del personaje y posterior traducción del narrador nos parece un total desacierto, tanto que incluso nos ha provocado el querer saltar los diálogos en más de una ocasión.
Biomutant, el veredicto final
Un mundo abierto enorme y bello, un protagonista con personalidad, combates realmente divertidos, un apartado RPG profundo. Todas estas sonaban a hermosas promesas en la previa por parte de THQ Nordic y fueron las que generaron expectativas tan altas entre la comunidad. Quizás muy altas. Sin embargo, el resultado se queda corto y está claro que es, en gran parte, porque el estudio al que se le encomendó cumplir con todo esto es demasiado chico.
El que mucho abarca poco aprieta dice el dicho popular y es algo que Biomutant demuestra con creces. No es un mal juego, pero quiere apuntar en tantas direcciones que no termina dando en el blanco en casi ninguna. Es una experiencia divertida en ciertos pasajes, tiene algunas buenas ideas, pero no se nos ha hecho memorable por casi nada. Su mundo abierto podría destacarse, pero poco más se nos ocurre para recomendarlo en estos momentos. Quizás para aprovechar cuando esté en oferta.