Fast & Furious Crossroads es el juego que esperábamos. No solo no aporta nada al género sino que choca y explota en todos los aspectos.
Cuando se presentó por primera vez Fast & Furious Crossroads en The Game Awards todos nos quedamos desconcertados ya que nadie se imaginaba el anuncio, pero para ser justos, tampoco nadie se emocionó por el mismo. Ya en su presentación, la cuál tendría que haber cumplido la función de cautivarnos, se notaba que el título parecía viejo y sin pulir, pero imaginamos que con el tiempo que habría hasta su lanzamiento esto se solucionará. Spoiler alert, no lo hizo.
Pocos son los juegos basados en películas que han podido dejar una grata impresión en el mundo de los videojuegos (ojo, esta regla aplica en viceversa) y Fast & Furious Crossroads no será la excepción a la regla. No solo derrapa y se va a la banquina en el apartado visual, que parece hecho como para sacárselo de encima, sino que no aporta nada en cuanto a lo jugable ya que sus misiones son tan simples como acelerar a fondo y chocar vehículos enemigos.
https://www.youtube.com/watch?v=sKfTkNMYq90
Toretto mira decepcionado la historia
Vamos a ser justos, si bien las películas de Rápido y Furioso no son un descollo narrativo, sí podemos considerarlas como entretenidas y pochocleras. Sentarte a ver cualquiera de sus entregas en el cine es sinónimo de ir con un balde de pochoclos tamaño familiar y saber que vas a ver algo cuanto menos divertido. Bueno, Fast & Furious Crossroads no es nada de eso y lo mejor que tiene la historia es que no dura más de 6 o 7 horas.
Vienna Cole y Cam Stone son los dos protagonistas de este juego quienes, en una alianza con la pandilla de Dom, deciden unir fuerzas para detener a Emil, un villano de cartón que básicamente es malvado por el simple hecho de serlo y que busca controlar y destruir a casi todas las fuerzas de seguridad mundial siendo nuestro amigo el mecánico y los dos nuevos protagonistas los únicos capaz de detenerlos.
Repito que sin ser brillantes en cuanto a su guión, las películas se han destacado por darnos momentos épicos. Se me vienen a la mente cuando Bryan le entrega su auto a Toretto al final de la primera película, el famoso “This is Brazil” contra The Rock y el final de la séptima película que marca la despedida del personaje de Paul Walker. Tristemente parece que no se han fijado en estos grandes momentos a la hora de hilvanar la historia y nos han dejado con una narrativa plana, sin momentos emocionantes y que como dije antes, lo único que se puede agradecer es que no dure más.
Dude, where’s my car?
Si, es un juego de autos. No, no sentí manejar un auto en ningún momento. Bueno, se que manejé un auto, y se que el estudio detrás del título es Slightly Mad Studios, responsable de la franquicia Project Cars, pero realmente no puedo entender que pasó acá. Cualquiera de los vehículos a los que nos subimos se sienten completamente iguales, no hay diferencia de velocidad, tracción, aceleración. Los muscle cars se mueven igual que un camión blindado, los blindados igual que un Lamborghini, es como si lo único que fuese diferente fueran los skins de los vehículos.
La física del juego también es un tanto extraña ya que un simple roce entre coches casi que alcanza para hacer explotar a los rivales. Si bien se entiende que esto es en pos de generar espectacularidad en la pantalla, se termina sintiendo casi ridículo, más si tenemos en cuenta lo poco que varía la estética de daños al vehículo ante colisiones y fricciones ya sea contra otros autos o la pista en sí.
Realmente me sorprendió, y no para bien, que el juego se sienta tan torpe sobre todo en la conducción. Con antecedentes tan positivos por parte del estudio parece como si simplemente se hubieran quedado con la posiblidad de tener a Vin Diesel y Michelle Rodriguez en pantalla y dejaron atrás lo que es el alma del juego: los autos.
Visualmente injustificable
Desgraciadamente la estética no mejora mucho lo visto en los apartados anteriores. Fast & Furious Crossroads ni siquiera se acerca a los títulos AAA que están cerrando esta generación de consolas, de hecho si incluso lo comparamos con juegos de hace varios años se siente bastante pobre e insulso, incluso si lo ponemos al lado de Project Cars 2, un juego de la misma firma y de 2017, se siente como venido abajo. Inexplicable.
Lo mejorcito que presenta el juego, sin lugar a dudas, es la presencia de las superestrellas del cine. Toretto y Michelle le aportan sus voces a los personajes así como otros miembros de la pandilla del mecánico salvador del mundo. La aparición de estos actores y sus personajes le aportan un poco de color al juego y que junto a alguna que otra pista del soundtrack aportan tal vez lo más aceptable de una entrega que quedará en el olvido.
100 metros llanos al olvido
Con Project Cars 3 en el horizonte inmediato de la firma esperamos que su acelerador deje rápido atrás a Fast & Furious Crossroads. Las misiones repetitivas y lineales, la poca versatilidad de los autos y la estética sin pulir son tan solo las aristas principales de un juego que no solo no aporta nada al género, sino que resta y atrasa.