Capcom debuta en la next-gen con Dante a la cabeza y su Devil May Cry 5: Special Edition, una optimización muy bien lograda de su juego de 2019.
DMC IS BACK! y claro que lo está. A dos años de su exitoso debut en la past-gen, Capcom se mete de lleno en Xbox Series X/S y PlayStation 5 con la optimización y mejora de Devil May Cry 5 titulada Special Edition. Dante, Nero y V dejan chiquito lo que habíamos visto hace dos años con la correcta utilización del poderío de la next-gen y nos traen nuevamente uno de los mejores hack-n-slash de los últimos años.
A sabiendas de que Capcom viene acertando hace ya tiempo con las actualizaciones de sus juegos (podemos verlo con Resident Evil 2 y 3), Devil May Cry 5: Sepecial Edition sigue esa linea y no solo mejora el apartado visual o sus tiempos de carga, sino que también nos da una nueva posibilidad para disfrutar de su run de formas nunca antes vistas.
Una historia contada dos veces
Devil May Cry 5: Special Edition es, como bien mencionábamos, el mismo juego de 2019. La historia principal nos lleva a lo largo de 20 niveles o episodios, por distintas secuencias en las cuales deberemos de utilizar al trinomio protagonista compuesto por Dante, V y Nero. Cada uno de estos personajes consta con un set de habilidades completamente único y el cual requiere distintas formas de uso ya que no es lo mismo Nero con su espada y mosquete que V con su llamado a las bestias demoníacas.
Sin embargo, esta versión de PlayStation 5 no se queda únicamente en mejorar los gráficos y tiempos de carga, sino que una vez terminado el primer run del juego, podemos volver a llevarlo adelante pero con Vergil, y no hablamos simplemente de un cambio de skin, sino que con este personaje se habilitan nuevas secuencias cinematográficas las cuales funcionan para dar coherencia a los eventos con la participación de este cuarto miembro de La Crew.
Como si este DLC no fuese suficiente, dos modos extras se hacen presentes con el afán de volvernos un poco más locos en medio del frenesí de sangre y demonios que se nos presentan. El modo turbo es una opción que lo que hace es aumentar la velocidad del juego en 20%. A priori no parece ser gran cosa, pero crean cuando digo que una horda demoníaca que corre y ataca más velozmente es algo que no querés cruzarte en el día a día.
Por último tenemos el modo Dark Knight, un nuevo nivel de dificultad, que a diferencia de los característicos que aumentan durabilidad o daño de los enemigos, este lo que produce es que los mismos lleguen en mayor cantidad, convirtiendo la pantalla en una verdadera batalla campal.
Las mejoras visuales a la vista
Esta edición del título de Capcom nos permite elegir entre tres modos de vivir la aventura en lo que a gráficos se refiere, siempre y cuando contemos con los equipos correspondientes para realizarlo.
En primera instancia tenemos lo que sería la priorización visual ante la performance. Aquí en esta configuración gráfica, la resolución 4K con trazado de rayos, mejora la iluminación y especialmente los reflejos aunque en la dinámica que presenta el juego puede darse, según ellos dicen, algún dropframe cosa que no sentí en ningún momento con el Modo Juego de mi televisor Samsung 4K.
Por otro lado, está el modo performance, que establece la resolución a 1080p con ray tracing y una tasa de 60 FPS, mientras que en último lugar está el modo que lleva hasta a 120 los FPS, el cual aumenta la velocidad y fluidez pero para esto es necesario contar con una televisión o monitor con taza de refresco de 120 Hz, algo que no es muy común en la teles que se pueden comprar en nuestro país.
La experiencia un tanto variada
Tal vez lo más raro es el salto que se da en cuanto a los niveles de dificultad. En lo que sería el modo normal del juego, la dificultad se orienta más a la experiencia que nos daría un modo fácil. Durante las misiones que llevamos adelante en esta dificultad no podemos hablar de que rara vez murió nuestro personaje, sino que rara vez nos hicieron daño, y esto incluyendo los distintos bosses de cada nivel.
Para realmente disfrutar de un desafío me fue necesario jugar el juego en uno de los modos más desafiantes, lo cual me pareció extraño ya que la baja dificultad del modo normal me lleva a pensar que la opción sencilla del juego la podemos pasar caminando. Una experiencia un tanto curiosa para un hack-n-slash de tanto renombre.
Y, aprovechando que mencioné el concepto de los bosses, algo que me dejó un sabor semiamargo es que no requerí de mucha estrategia para derrotarlos, sino que ejecutar algún movimiento para esquivar y ataque directo constante me resultó más que suficiente, lo cual es raro porque algunos de estos jefes están diseñados para luchar bajo circunstancias particulares, pero el juego no te obliga a llevarlas adelante, una decisión un tanto curiosa al menos para mi, ya que si te obligase a descubrirlas tal vez la experiencia sería más desafiante.
Un gran debut intergenracional
Si bien el gran debut de Capcom en la actual generación de consolas se dará con Village, el octavo juego de la saga Resident Evil, Devil May Cry 5: Special Edition es sin lugar a dudas una excelente demostración de lo que la firma japonesa puede hacer con el poderío de la next-gen, y nos da muchas más certezas de que el camino elegido a transitar es el adecuado, prometiendo grandes juegos y un correcto uso de las posibilidades que tienen ahora las desarrolladoras.