Por fin llegó la versión final de la obra de Media Molecule, en la que cualquier jugador puede cumplir el sueño de crear su propio videojuego: ¿es realmente así?
Desde que Dreams fue presentado, la industria del videojuego quedó perpleja ante una promesa que parecía difícil de concretar, al menos con tanta claridad como la que se planteaba. Una herramienta que permitiría a cualquier usuario crear un videojuego sonaba demasiado ambicioso, pero ahora que la tenemos en las manos resulta que es así y no solo es interesante para creadores sino también para jugadores.
El título de Media Molecule ofrece una experiencia diferente a cualquier otra cosa que hayamos visto antes. Es una enorme red social, en la que los usuarios pueden optar por desarrollar o simplemente probar lo que otros hayan concebido, además de entender este mundo mediante un modo historia y unos personajes muy coloridos.
El sueño de Art
Probablemente todos aquellos que no hayan podido probar el acceso anticipado a Dreams estarán preguntándose qué tan abrumador resulta dar los primeros pasos en una herramienta de edición tan compleja y la respuesta es, simplemente, muy abrumador. Es cierto, no vamos a mentirles, pero lo bueno es que el equipo de Media Molecule se ha encargado de que toda la información a asimilar sea puesta ante nosotros de una forma amistosa, tanto a través de personajes que nos cuentan cómo son las cosas hasta tutoriales -algunos obligatorios y otros optativos- que sirven para profundizar en cada una de las mecánicas.
El modo historia finalmente llegó y debemos decir que es mucho más interesante de lo que cabría esperar, teniendo en cuenta que está ahí principalmente para demostrar de todo lo que es capaz el motor. En apenas unas horas conocemos a varios personajes, incluidos animales de peluche y un músico algo depresivo, que nos llevan por diferentes géneros de la industria y nos ponen en claro una cosa: si exprimimos al máximo la herramienta y nuestra creatividad, seremos capaces de crear experiencias tan maravillosas como esta.
Lo bueno es que no estamos obligados a crear si no queremos y eso es el algo que Dreams nos lo pone en claro desde el principio. Si decidimos hacerlo las posibilidades son infinitas, pero si no también; hay una enorme cantidad de creaciones -en gran parte provenientes del acceso anticipado- para que todos puedan probar, encontrándonos con títulos independientes que realmente valen la pena y con los que es fácil perderse durante horas, demostrando que los límites de la obra de Media Molecule solo los ponen la comunidad.
El Dreamiverso
¿Es real?, ¿Podemos crear lo que queramos con Dreams?, ¿Las posibilidades son realmente tantas? La respuesta a todas esas preguntas es sí, cuando Sony y Media Molecule prometieron a los jugadores la posibilidad de volcar todas sus ideas en su plataforma, no lo hicieron en vano. La herramienta de creación que está ante nosotros es extremadamente compleja y ofrece la posibilidad, con lógicas pero no frustrantes limitaciones, de plasmar toda nuestra creatividad y darle vida.
Lo primero que vamos a necesitar si decidimos encarar el camino de la creación es paciencia y mucha. No vamos a mentirles, atravesar todos los tutoriales y manejar con fluidez el lienzo no es algo que se haga de la noche a la mañana, pero si le damos el tiempo necesario y lo hacemos como se debe, las recompensas son realmente gratificantes. Crear un mapa, después un personaje y hacer que este se mueva por ahí es una experiencia digna de vivir. Las oportunidades de crear un videojuego, música o videos están ahí, esperando por quien decida aprovecharlas.
Y justamente de eso se alimentan Dreams y el Dreamiverso, un lugar en el que habitan jugadores y creadores, dependiendo los unos de los otros. Como dijimos antes el catálogo de títulos que ya están desarrollados es muy amplio y aunque muchos se notan más experimentales que versiones finales, vale la pena darse una vuelta por la mayoría. Valorar con un pulgar arriba es lo mínimo que podemos hacer después de pasar un buen rato y lo bueno es que el título siempre invita a quedarte un rato más, con un buscador sencillo y una gran fluidez para moverse de un lado al otro.
¿Es todo tan sencillo? Bueno, dependen de cuántas ganas le ponga cada uno. Si estás esperando crear un juego en dos horas vas por la dirección equivocada, pero si estás dispuesto a ponerle ganas y (mucho) tiempo, seguro vas a terminar encontrar gratos resultados. Media Molecule se encarga de ponerte todo al alcance de tus manos y del mando -incluyendo acertados atajos por acá y por allá- aunque se hubiera agradecido que el control sea más sencillo y más preciso, ya que en las dos variantes personalizables que ofrece no terminamos de encontrarnos del todo cómodos.
Creando sueños – Apartado técnico
Cuando uno piensa todo lo que abarca y las capacidades que ofrece Dreams, es difícil entender cómo es que todo funciona tan bien. Los tiempos de carga son casi inexistentes, así decidamos entrar a un sueño o a cualquiera de los modos, provocando que explorar y probar sea una experiencia altamente gratificante, incluyendo unos menús muy bien diseñados con un sistema de búsqueda altamente eficiente.
Como red social de creadores y jugadores, tal y como lo define Media Molecule, también funciona perfectamente y se alimenta de una página web que funciona como catálogo. El sello de esta herramienta que busca ser amigable con los usuarios en todos sus aspectos lo pone un doblaje al latino formidable, que da color a los maravillosos personajes que habitan en el Dreamiverso.
Dreams, el veredicto final
Las promesas de Sony y Media Molecule se han cumplido: el Dreamiverso ofrece infinitas posibilidades a los usuarios para plasmar sus ideas en un lienzo sólido. La herramienta de creación requiere de paciencia, pero quienes decidan emprender el viaje encontrarán la gran satisfacción de poder crear videojuegos, música o videos casi sin límites.
Dreams, que ya se puede descargar desde PlayStation Store, es una red social que reúne a creadores y jugadores en un círculo de retroalimentación. Quienes decidan crear se encontrarán con infinitas posibilidades para dejarse llevar y hacer uso de su creatividad, mientras que los que entren para jugar podrán probar las obras de los primeros y valorarlas como lo merecen.