En una edición tan simbólica para el basquet, NBA 2K23 sigue demostrando por qué es el mejor simulador deportivo.
Michael Jordan fue, es y será el mejor basquetbolista que pisó el parquet y todos aquellos que hayan visto un partido suyo lo recordarán con su imborrable número 23 en la espalda. Por razones obvias este año se posicionaba como inmejorable para realizarle un merecido homenaje al GOAT y así lo hizo NBA 2K23, un juego que no solo pule los detalles de sus versiones pasadas sino que saca del alijo de los recuerdos a El Desafío Jordan.
Enfocado en realizar ajustes sobre la física del deporte, NBA 2K23 no solo se queda en este aspecto a la hora de mejorar sobre sus entregas anteriores. Cambios importantes en el modo MyCareer y MyTeam se imponían tras algunos errores que venía arrastrando la saga, sobre todo en cuanto la idea de La Ciudad planteada en la edición anterior. Además, El Desafío Jordan vuelve tras casi 11 años para permitirnos repasar la carrera y los momentos icónicos de MJ de una forma nunca antes vista.
Los pilares
Pese a contar con varios modos de juego en su repertorio, hay tres pilares que sostienen a NBA 2K23: MyCareer, MyTeam y Los Desafíos Jordan. Los dos primeros son tal vez los más familiares para aquellos que vengan de entregas pasadas y es porque fueron las bases sobre las que 2K ha afianzado su corona, no solo sobre otros simuladores de basket, sino también sobre casi – por no sonar absolutista – cualquier simulador deportivo.
MyCareer podría ser definido en esta entrega como ese alumno que estudió para un recuperatorio, aprobó, pero no le sobró tanto como para andar relajándose. La entrega pasada de la franquicia marcó tal vez el cambio más profundo dentro de este modo de juego y eso fue la implementación de La Ciudad en reemplazo de Mi Barrio. Históricamente MyCareer nos llevaba por una historia muy curada en cuanto a la narrativa, con actores y deportistas invitados y una gran cantidad de cinemáticas que nos introducían al mundo NBA comenzando bien desde abajo. Por desgracia esto cambió el año pasado apostando por algo más parecido a un mundo abierto, algo que realmente nadie debe haber pedido en un juego deportivo.
Aprendiendo de sus errores, este año La Ciudad se achicó bastante, algo que agradezco enormemente como adepto a este modo, así como la mayoría, entro para para competir con mi avatar, no recorrer un mapa eterno a trote. De hecho, esa había sido una de las grandes quejas entorno a 2K21 y ha quedado en evidencia por la presión que sufrieron para implementar un sistema de fast-travel que nos permita movernos por La Ciudad.
Ahora, con sectores más marcados dentro del mapa que incluyen secciones de entrenamiento, otras de shopping y apartados de competencia online, el tamaño y forma de recorrer La Ciudad fluye de una forma más amena, pese a que el intento de mundo abierto compuesto por main y side-quests sigue estando metido con calzador y no convence a nadie.
Por otro lado tenemos el regreso de MyTeam, un modo de juego similar al Ultimate Team de FIFA donde vamos a construir a nuestro equipo soñado con cracks del presente pero también leyendas del pasado. Sí, podemos alinear a Curry con Jordan, Manu Ginóbili, LeBron y Shaq, siempre y cuando tengamos las monedas para hacerlo.
A diferencia de años anteriores, NBA 2K23 hizo una apuesta eliminó los contratos, lo cual resulta en que una vez tengamos al jugador en nuestras filas ya no deberemos preocuparnos por si puede o no jugar. Obviamente, al reducir los costos de mantenimiento de la plantilla, 2K ha recortado también en los beneficios económicos que obtenemos ante cada partido que juguemos, por lo que hacernos con nuevos miembros para nuestro roster se complicó un poco más y pasando a depender más del loot o de cumplir desafíos puntuales como los que se hacen presentes en Triple Threat o la Regular Season.
Obviamente estos dos modos se ven cruzados por un tema más que polémico al final del día y son las microtransacciones. NBA 2K23 está compuesto por una moneda digital la cual sirve tanto para MyCareer como para MyTeam que es el VC. Si bien la forma tradicional de conseguir estas monedas es ganando partidos, tradeando jugadores o cumpliendo desafíos, también podemos comprarla con dinero real, lo cual impone una diferencia bestial, sobre todo en las primeras semanas del juego, entre quienes grindean “sanamente” y quienes pueden usar la billetera para comprar monedas.
Por último, el tercer pilar que sostiene al título de 2K son Los Desafíos Jordan. Claramente la elección de la portada del juego no era algo al azar y aprovechando la coincidencia numérica de la edición con el GOAT, NBA 2K23 decidió traer nuevamente este icónico modo de juego que supo brillar en 2011.
Obviamente poco ha quedado de aquella edición, y es que la evolución de la saga en los últimos 10 años fue bestial. Visual Concepts reimaginó este modo de juego mezclando cinemáticas, entrevistas a protagonistas y desafíos para darnos una experiencia única con MJ en el centro de la escena. Durante estas partidas que recrean a la perfección momentos claves de la carrera del 23, no solo deberemos hacernos con la victoria, sino que deberemos cumplir desafíos puntuales en cada partido, como realizar x cantidad de puntos, un buzz-beater o sobresalir en momentos clutch.
Cabe destacar que Los Desafíos Jordan están ligados tanto a MyTeam como a MyCareer, aunque también sean un evento por sí mismos, y podremos realizarlos para conseguir desbloqueables únicos para nuestro personaje y equipos.
Cambios duros que suavizan la experiencia
¡¿Cómo que cambios duros?! Tranquilos, no estoy hablando de decisiones complicadas de tomar, sino más bien de cambios en el core de la jugabilidad.
Lo primero y más notorio es la actualización a los tiros. El jumpshot cambió su medidor y esta implementación potenció enormemente los lanzamientos, transformándolos en una acción mucho más suave y pulida. Sin dejar de darle relevancia al timing y posición, el nuevo medidor crea una sensación de sencillez con respecto a los tiros, en especial con los de tres puntos, lo cual se traduce en una potenciación de una de las herramientas más poderosas.
Defensivamente el juego también ha mejorado. El sistema de robos funciona mucho mejor gracias a la implementación de un indicador de distancias que aparece cuando estamos ubicados como marcadores. Además el feedback háptico del DualSense sigue siendo una herramienta más a la hora de presionar ya que nos permite “sentir” cómo estamos acomodando el cuerpo frente a nuestro oponente y para dónde puede salir jugando, permitiéndonos así intentar cortar su marcha.
Por lo demás no hay grandes cambios en lo jugable y la verdad es que el juego tampoco los necesita. Ya hace varias ediciones, la franquicia de 2K encontró un sólido gameplay en cuanto a físicas y mecánicas, y como este entrega bien lo demuestra, su foco está puesto en seguir puliendo estos detalles año tras año.
Conclusión
NBA 2K23 hace un sentido homenaje al mejor de todos los tiempos entregando una edición a la altura de la leyenda de MJ. Técnicamente no hay nada para reprocharle al juego que se siente tan sólido y vigente como años anteriores. Por otro lado, el concepto de Mi Ciudad no termina de cerrar y se sigue extrañando al clásico MyCareer, cargado de cinemáticas y una historia más pulida y lineal, ya que este mundo abierto se siente forzado y metido con un calzador.
Los Desafíos Jordan y MyTeam completan el podio de la experiencia que ofrece NBA 2K23 la cual se perpetúa como la mejor en cuanto a simuladores deportivos. Los tres modos de juego demuestran que existen variantes para los juegos deportivos, algo que simuladores de otro deporte tienen dificultad para ver o implementar, y que simplemente hay que saber encontrarle la veta que capture la atención y el amor de los fans. Algo que, año tras año, este juego logra hacer a la perfección.