Amazon Games finalmente debuta en la industria de los videojuegos con un título que tiene altibajos, pero que al final tiene tanto potencial que vale la pena sumergirse en él.
Muchísima agua pasó por este río. Desde el anuncio de Amazon Games y sus muchos proyectos, hasta lo que intentó ser una experiencia puramente pvp y lo que hoy resulta en New World, un MMO que llega con la intención de convertirse en un referente dentro de un género que lleva muchos años pidiendo novedades. La beta resultó en un buen augurio para este primer contacto de la compañía con la industria, con una comunidad abultada que dio el visto bueno a esta probada, y con eso llega la pregunta: ¿Está a la altura de todo lo que supo prometer a lo largo de este tiempo?
Antes de empezar el análisis quiero aclarar la forma en que voy a encararlo. Primero y principal, para sacar unas conclusiones acorde a la experiencia total, le dediqué a New World más de 100 horas, algo excluyente para ver todas las facetas que el juego tiene para mostrar. Lo segundo, y no menos importante, es que si bien voy a reparar en los detalles de la jugabilidad y los elementos más técnicos propios de un MMO, voy a centrarme en lo que me hizo sentir el juego en cada una de sus tres etapas -muy diferentes entre sí y que dividiré en introducción, nudo y desenlace- y en explicarles a ustedes con qué se van a encontrar a la hora de sumergirse en Aeternum.
Introducción
New World nos da la mano pronto y fuerte. Una cinemática nos recibe y nos presenta su mundo, Aeternum, una isla que esconde un gran tesoro y también muchos peligros. En estas tierras ni gente ni criaturas envejecen y pocas pueden morir. Pero como en toda tierra ocupada por el hombre, los conflictos entre las diferentes facciones no tardan en aparecer y el caos se convierte en moneda corriente mientras unos pocos intentan estabilizar la situación. La premisa es tan interesante como parece y los detalles que se nos van dando justifican muchas de las mecánicas centrales del juego, sin embargo, la narrativa no tarda en diluirse en la nada misma. No esperaba una experiencia basada en la historia, claro está, pero sí que el lore tuviese un peso mayor y que no todo se resumiera a notas repartidas por acá y por allá que rara vez se apetecen leer y que, para colmo, la mayoría de ellas tampoco es que cuenten cosas demasiado interesantes.
Más allá de esto, los primeros compases de este MMO tienen magia por sí solos. Las misiones iniciales, los primeros combates contra los ahogados, cazar jabalís, cortar arboles, picar piedras, todo un combo que resulta en ir descubriendo Aeternum poco a poco, una isla repleta de peligros sí, pero también un lugar hermoso con paisajes de todo tipo que siempre están esperando ahí para pintarse con un atardecer o iluminarse con la luz de la luna llena. Es fácil sentarse a jugar un par de horas a seguir descubriendo New World y que pase al menos el triple de tiempo sin que nos hayamos dado cuenta. Es que, sin abrumarnos, el juego de Amazon Games nos da muchísimas cosas para hacer en ese primer contacto y todo resulta increíblemente entretenido, quizás por ese cuidado por el detalle que hay en cada una de las actividades, ya sea de farmeo o de combate. El problema, y con esto doy paso al nudo de la cuestión, es que esa primera magia se pierde cuando las horas avanzan y nos damos cuenta de que, hasta que no alcancemos el nivel máximo, estas cosas serán todo lo que hagamos una y otra, y otra, y otra y otra vez.
Nudo
Para entender este fenómeno que he decidido llamar el nudo de New World, primero quiero hablar de lo que el juego propone a modo de leveleo. Y aclaro que esto lo analizo teniendo en cuenta que es un MMO y que en este género es normal hacer encargo tras encargo con el único objetivo de llegar al endgame, pero no por eso puedo contemplar un progreso por momentos tan repetitivo y monótono. Es que Aeternum básicamente nos ofrece una lista de actividades a repetir hasta el cansancio para llegar a ese preciado nivel 60. Primero está el farmeo, talar árboles, picar piedras, pescar, cultivar y desollar animales: cada uno de estos sube un rubro específico y nos ayuda a desbloquear habilidades, como la posibilidad de talar mejores árboles o picar menas de minerales más valiosos. Después están las misiones y he aquí, quizás, el mayor problema de esta aventura de Amazon Games: hay pocos arquetipos de misiones y al cabo de las primeras horas ya los conocemos todos, algo que deviene en un aburrimiento demasiado temprano. Si a esto le sumamos que debemos movernos sin montura entre largas distancias y que los viajes rápidos no son tan frecuentes como deberían, probablemente muchos abandonen el barco antes de darle la oportunidad de llegar a buen puerto.
Pero no todo es malo en este eje de New World, en esta progresión que puede llegar a terminar con la paciencia de algunos. El combate, por ejemplo, está muy bien. Me hizo acordar al de The Witcher 3: Wild Hunt, la obra de CD Projekt RED, esa cosa algo rústica que se puede ejecutar con pocos botones pero que gana muchísima profundidad cuando se usan las diferentes habilidades y armas. Es que este MMO tiene como principal distintivo el hecho de no tener un sistema de clases, sino que nos permite variar de estilo o función en base a la asignación de puntos a los diferentes atributos (que se pueden reiniciar por valores bastante asequibles) y el armamento que usemos, habiéndolos a larga distancia -como el mosquete y el arco-, cuerpo a cuerpo -incluyendo hachas pesadas, martillos o espaldas- y mágicos, como los bastones de fuego y curación. A esto hay que agregarle una variedad de enemigos considerable, que muchas veces presentan verdaderos desafíos, y una modalidad pvp que se puede activar y desactivar en las zonas seguras, pero que siempre se apetece cuando uno quiere romper un poco con la rutina.
A todo este enorme combo que hace a la esencia y jugabilidad de New World, también hay que agregarle los siempre presentes elementos de crafteo -lo suficientemente simples como para no marear a nadie y lo justamente profundos como para que siempre tengamos algo nuevo para descubrir- y el mercado del juego, una de las mecánicas más innovadoras de la propuesta de Amazon Games que nos permite, mediante un mercado en común para todo el servidor, comprar cualquier elemento a otros jugadores y venderles los nuestros. Y es en este sentido de la comunidad, en este mercado abierto y la posibilidad de cumplir misiones o completar mazmorras en conjunto, que consigue sobrevivir ligeramente esa magia del juego de la que hablamos al principio, el aliciente que hace que cuando nos estamos hartando de la repetitividad de su propuesta, luchemos un poco más por llegar a ese endgame que promete darnos todo lo mejor de estos enormes servidores repletos de gente.
Desenlace
Llegamos al momento cúlmine de New World, por así decirlo porque en realidad es en donde comienza la verdadera aventura para muchos, sobre todo para los más expertos en el género. Es que el nivel 60 representa no solo el final de ese tedioso leveleo y farmeo del que hablamos antes, sino también la explosión de ese componente pvp del que hasta ahora solo habíamos podido probar unas misiones en las que se nos obligaba a activar esta modalidad para darnos la primera probada de lo hostiles que pueden ser algunos jugadores. Tras aproximadamente un centenar de horas que nos tomamos para alcanzar este último nivel, dejamos de ser ese endeble ser de Aeternum y si dominamos las técnicas que el juego se cansó de intentar inculcarnos, estamos listos para la experiencia más hardcore de este costado competitivo de la propuesta de New World: las guerras y la lucha por los territorios.
Es que, como expliqué al principio, en Aeternum hay tres facciones luchando por controlar la isla y nosotros debemos afiliarnos a una de estas en cuanto comenzamos. Una vez en el nivel 60 llega el verdadero momento de serle útil al bando elegido (después de haberles completado al menos un centenar de recados) luchando contra otros jugadores para controlar los diferentes territorios. Están los pequeños enfrentamientos de uno contra uno que nos otorgan puntos para el control de la zona y la verdad de la milanesa: las guerras, unas descomunales batallas en las que hasta 100 jugadores se enfrentan para controlar cada uno de estos sectores. Estos conflictos bélicos en los que debemos colaborar con otros jugadores para alzarnos victoriosos no solo tienen valor por lo divertido y adrenalínicos que resultan per se, si no también porque conquistar territorios otorga un sinfín de ventajas para el jugador de la facción ganadora, como precios más baratos en el mercado, una obtención mayor de botín o la posibilidad de usar el almacenamiento de forma común entre todos los pueblos que nos pertenezcan.
Entonces, ¿vale la pena pasar tantas horas subiendo nivel para disfrutar de este desenlace? Lo cierto es que la respuesta dependerá de cada uno, de la experiencia que vienen a buscar. Hay que entrar a New World sabiendo que es lo que es, un MMO con todos los vicios del género y un buen puñado de novedades que ciertamente llaman la atención. La verdad es que para algunos el farmeo y el leveleo puede resultar menos tedioso que para otros, y también es verdad que Amazon Games pone ciertos elementos por acá y por allá como para que la experiencia sea lo más llevadera posible. Pero hay algo claro y es que el endgame de New World es, por lejos, lo más divertido del juego y si tu principal interés está puesto en el pvp, no hay dudas de que te la vas a pasar bien cumpliendo tu rol en estas descomunales guerras. Esto, más la promesa de aumentar las actividades en un futuro, resultan ciertamente ilusionantes aunque aún se sienta que estamos lejos de un juego cien por cien redondo en todas las áreas.
Los parajes de Aeternum – Apartado técnico
No quería llegar a la conclusión de este análisis sin pasar por el apartado técnico, sobre todo por lo mucho que se habló de este factor desde su salida. Los gráficos de New World están a la vista de todos, sin ser tope de gama está muy, muy bien para el género al que pertenece. Sin embargo, por encima de texturas y moldeados, lo que destaca realmente en el trabajo de Amazon es todo el componente artístico. El diseño de la propia Aeternum es un espectáculo, con diferentes zonas que guardan referencias a las distintas culturas que han intentado hacerse con la isla a través del tiempo, según nos cuenta el lore. Las armaduras, las armas, todo está bien, pero son los enemigos los que más me llamaron la atención y quizás sea porque son los que mejores aprovechan todas las posibilidades de la fantasía del propio mundo del juego. A nivel sonoro la vara está a la misma altura y, más allá de algunas selecciones más discretas como la musical, se le pueden destacar otras tantas como el sonido de la naturaleza, de los picos chocando contra la piedra o de los enormes arboles talados por otros jugadores cayendo a la distancia.
Todo esto hace ciertamente a la experiencia de New World y a esta magia de la que tanto hablamos, porque el MMO de Amazon Games tiene un gran poder de inmersión, realmente nos hace sentir que caminamos por los territorios de esta isla de la inmortalidad. Ahora, ¿es el juego culpable de que se quemen placas de video? Lo cierto es que, por suerte, a mi no me pasó y corriendo el juego al límite de mi PC (a 1080) sufrió un poco y por momentos tuve que bajar algunas características, pero no tuve mayores consecuencias. Verdad es que la comunidad habla de muchos problemas y no creo que sea en vano, seguramente el equipo de desarrollo tendrá que trabajar aún más en la optimización de la que hicieron gala. En rendimiento para mi, con un juego en su mayoría en alto, me resultó bien, con caídas de frames muy ocasionales y tiempos de carga realmente escasos, incluso haciendo uso del viaje rápido.
New World, el veredicto final
El MMO de Amazon Games llegó y, aunque ya son muchos los que lo están jugando y sacando sus propias conclusiones, en Geeky queremos traerles nuestra opinión tras dedicarle más de 100 horas y conocer todas sus vertientes. Sin dudas es un buen primer paso oficial de la compañía en esta industria, sobre todo tras aquella probada fallida, y se nota que hay mucha inversión y aún más trabajo tras este sólido juego que, si bien aún tiene mucho por mejorar, resulta prometedor por su comienzo y por lo que puede llegar a ser a futuro si sus responsables lo llevan por el buen camino.
New World es un nuevo referente del género que tiene lo suyo para destacar entre tantos títulos tan consolidados, pero que también debe trabajar para ganarse definitivamente su lugar. Quienes se adentren en Aeternum deben saber bien a lo que se enfrentan: una experiencia mágica en sus primeros compases y bastante cansina en su progreso, con un leveleo largo y con problemas groseros, como la excesiva repetitividad de las misiones. ¿La recompensa? Un endgame que llega en el nivel 60 y que explota un pvp muy divertido, sacando provecho a una comunidad que termina por ser uno de los puntos más álgidos de la propuesta. Para amantes del género y para novatos también, la valoración final quizás no sea la mejor, pero estoy seguro de que es un MMO con todo el potencial para llegar lejos.