Bandai Namco nos acerca la nueva aventura desarrollada por Level 5. Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom tiene todo lo bueno de la primera entrega y mucho más.
En 2011 llegaba para PlayStation 3 un juego que prometía muchísimo. Ni No Kuni: Wrath of the white witch aparecía en el horizonte como la primera participación de Studio Ghibli en el mundo de los videojuegos y lo hacía con una más que positiva respuesta de los fans. Hoy, siete años después de este hito, Level 5 y Bandai Namco traen Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom, que si bien no cuenta con la participación del estudio emblema de Hayao Miyazaki, mantiene el estilo y casi ni se nota la ausencia del mismo.
Al igual que la primera entrega, el juego nos inicia con la premisa que existen dos mundos. El primero de ellos sería el nuestro, el cual en el título va a ser representado por Roland. Este pasa de ser el presidente de Estados Unidos a ser el consejero real de Evan, heredero del reino de Ding Dong Dell que por motivos que veremos más adelante intentará construir un nuevo reinado en el segundo mundo que se encuentra lleno de magia y criaturas fantásticas.
Una secuela independiente, la mejor elección
Aunque hayamos hecho vasta mención a la primera entrega de la saga desarrollada por Level 5, lo cierto es que Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom cuenta una historia lo suficientemente independiente como para poderse disfrutar en su totalidad sin haber jugado a su antecesor.
Si bien algunos detalles y guiños se hacen presentes, el relato está centrado en Evan Pettiwhisker Tildrum, legítimo heredero al trono de Ding Dong Dell (un reino habitado por humanos e híbridos con ratón) hasta que Mausinger, consejero de su padre, organiza un golpe de estado para tomar el control de dicha ciudad. Aquí es dónde aparece Roland, traído de nuestro mundo por arte de magia, quién se vuelve el compañero de aventuras de nuestro despojado rey, el cual intentará crear un nuevo reino donde todos puedan “vivir felices por siempre“.
A lo largo del periplo que deberemos hacer por el continente iremos formando alianzas con distintas aldeas como la de Sky Pirates, de dónde sacaremos compañeros para nuestra party y ciudadanos para el reino. Sin embargo, no todo se centrará en crear nuestro reino, ya que descubriremos que alguien está intentando robar los Kingsbonds, alianzas entre reyes y Kingsmakers, que son criaturas que nos autentican como verdadero rey y deberemos averiguar quién es y con qué objetivo.
A medida que la historia avanza iremos recorriendo distintas ciudades habitadas cada uno por criaturas únicas y mostrándonos un diseño particular acorde a su estilo, como por ejemplo Goldpaw, una urbe con híbridos entre humanos y perros gobernada por un Pug, Master Pugnacius, que se rige por las leyes del juego con un estilo oriental.
El que mucho aprieta… ¿Mucho abarca?
Cuando a priori pensábamos en la secuela de Ni No Kuni, suponíamos que iban a mejorar un poco el sistema de combate el cual en su primera entrega mostraba algo de arraigo a los RPG como Final Fantasy con un sistema de combate por turnos, y efectivamente fue así. Level 5 optó por dejar atrás esa premisa para instalarse en un estilo de lucha desfachatado, por momentos desprolijo, pero que le da más velocidad y ritmo al juego. Estas peleas las enfrentamos con nuestros compañeros de party los cuales iremos reclutando, leveleando y equipando en base a como queramos pelear.
Cómo todo buen RPG, Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom nos ofrece un sistema de mejora de stats, aunque con una notable diferencia a lo común. La media de esto es que cada vez que un personaje levelea, podemos subirle algún atributo al mismo. Bueno, en este juego cada vez que un miembro de la party suba de nivel sumamos puntos de experiencia que van a una especie de pileta donde todo se acumula y ahí mejoramos atributos del equipo, nada de miembro a miembro, sino que afecta a todos los integrantes por igual la elección que hagamos.
Si bien el juego está marcado por una misión principal la cual será una especie de guía narrativa que nos irá llevando de un momento a otro por todo el mapa, se han incorporado también una gran cantidad de misiones secundarias las cuales en su mayoría nos sirven para reclutar nuevos ciudadanos para nuestro reino, lo cual nos lleva al siguiente punto.
Algo que incorpora esta secuela es el modo Gestión de Reino. Aquí pesa un poco, bastante más, la estrategia. Cuando Evan se sienta en el trono de Evermore, puede manejar a su gusto y antojo todo lo que pasa en sus tierras desde crear centros de comida, a locales de armaduras o tiendas de armas, podremos realizar investigaciones para mejorar items y asignar aldeanos (quienes tienen distintos skills para distintas tareas) para cumplir una determinada función en el reino.
Otras características que se suman a la de Gestión de Reino, haciendo de Ni No Kuni 2 uno de los más completos y extensos JRPG, son los puzzles representados como pequeños acertijos que debemos ir resolviendo como The Trials of Knowledge, o también la presencia de batallas campales. Justamente en estas últimas deberemos elegir como disponer de las guarniciones de nuestro reino (arquero, infantería, infantería pesada) a medida que armamos una estrategia para avanzar derrotando a las tropas enemigas y destruyendo las murallas que van apareciendo en el camino de nuestro ejército.
El diseño de un mundo mágico
Aunque pareciera que con solo hablar de la jugabilidad y la historia que Level 5 ha impreso en esta entrega alcanza y sobra para alabar lo conseguido, es imposible que dejemos afuera el punto que llevó a la fama su primer juego y que se demostró vigente y más voraz que nunca en este: el apartado gráfico.
La desarrolladora japonesa hace uso de todo su talento para crear una impresionante variedad de reinos, personajes y paisajes a lo largo del juego. La estética y diseño, si bien no contaron en esta ocasión con la ayuda de uno de los estudios más importantes de oriente, no tienen nada que envidiarle al juego de 2011 puesto que logran crear ya sea en combate, exploración o cinemáticas una sensación de estar disfrutando un trabajo como Ghibli podría llegar a ofrecer.
La única crítica que le cabe al diseño es que cuando nos disponemos a recorrer el mundo pasamos un diseño 3D con personajes cabezones que se aleja bastante de lo que por lo general ofrece el juego.
El balance final
Nos hemos enamorado de Ni No Kuni 2: Revenant Kingdom. Desde la enorme cantidad de misiones, combates y puzles hasta el impecable diseño, Level 5 y Bandai Namco acertaron apostando a una secuela y dan en la tecla con todo lo propuesto aunque por momentos algunos detalles narrativos queden como apresurados a pesar de contar con una duración mínima de 40 horas. Lo cierto es que un dedo no puede tapar al sol, y Ni No Kuni brilla en su máximo esplendor.