Asobo Studio nos lleva a una Francia medieval plagada de ratas, para un juego tan sencillo como profundo, de esos que ya casi no se ven.
La industria de los videojuegos atraviesa una época muy particular, en la que abundan los juegos de mundo abierto, los títulos como servicio, los contenidos post-lanzamiento y las duraciones se extienden en exceso en casi todas las historias. En esta vorágine que parece tenernos atados convenciéndonos de que así deben ser las cosas, no nos damos cuenta de cuánto necesitamos una pausa hasta que la tenemos entre manos. Eso nos ha pasado con A Plague Tale: Innocence, una aventura mucho más pequeña que las que podemos encontrar en los AAA de la actualidad, pero no por eso de menor calidad o menos interesante.
La obra de Asobo Studio y Focus Home Interactive nos lleva al sigo XIV, para ubicarnos en una Francia que intenta sobrevivir entre la peste negra y la Inquisición. En este hostil contexto conocemos a los protagonistas del juego: Amicia de Rune, una joven que ha quedado huérfana sin entender el porqué, y su pequeño hermano Hugo, quien sufre de una extraña enfermedad a la vez que es perseguido por los inquisidores. Juntos deberán sobrevivir no solo a la persecución, sino también a las ratas que los acechan durante cada noche.
Una historia de verdad
Si viajamos en el tiempo, a la época medieval justamente, tranquilamente podemos pensar en esos cantantes que brindaban su show en las calles y contaban con música hazañas de diferentes personajes. La historia de Amicia y Hugo de Rune es perfectamente digna de esas epopeyas. A Plague Tale: Innocence no tarda nada en hacernos encariñar con estos dos jóvenes protagonistas y gracias a esto permite que podamos involucrarnos sentimentalmente con lo que les ocurre. Sus primeros minutos en esta aventura están cargados de sufrimiento y son apenas el primer peldaño en una aventura que se construye a un ritmo inmejorable, mientras mantiene nuestro interés en todo momento.
Uno de los rasgos a destacar dentro de la construcción de estos hechos son los diálogos, probablemente unos de los mejores construidos en la historia de la industria. Recuerdan a los de las grandes producciones nórdicas o británicas, como Game of Thrones, tanto por su crudeza como por su realismo. En todo momentos nos creemos lo que los personajes creen, hablan, debaten o piensan y a esto ayuda mucho que el equipo de desarrollo haya elegido a verdaderos niños para darles la voz.
La ambientación es otro de los puntos álgidos de la experiencia, con una Francia medieval creada a la perfección, en gran parte gracias al trabajo que se tomaron visitando y recreando lugares que aún se conservan intactos en el país galo. Su mapa nos presenta una variedad de escenarios que van desde enormes castillos, descampados cubiertos por la nieve, pequeños pueblos repletos de cadáveres putrefactos o granjas iluminadas por el fuego que las consume poco a poco.
Entre ratas e inquisidores
A Plague Tale: Innocence es un juego que combina cuatro pilares dentro de su jugabilidad: acción, sigilo, exploración y puzles. Estas mecánicas, perfectamente ejecutadas, nos permitirán avanzar mientras somos perseguidos tanto por soldados de la inquisición como por hordas de ratas que devoran todo a su paso. Tanto los inquisidores como los roedores tienen un porqué, no solamente lógico en el contexto histórico, sino porque justifican los diferentes recursos que el juego pone en nuestras manos para poder seguir adelante.
En lo que a la Inquisición se refiere, los soldados están patrullando la mitad de los escenarios por los que vamos avanzando. Para sortearlos podemos hacer uso tanto de los enfrentamientos como del sigilo -en muchas ocasiones podemos elegir qué camino tomar-. Para ambos casos, Amicia de Rune cuenta con una honda que puede utilizar tanto para distraer a los guardias como para matarlos. Todas las escenas de acción están bien ejecutadas y el combate se siente bien, aunque nos hubiera gustado ver alguna que otra más en lugar de la repetición de otras secuencias.
Las ratas, uno de los grandes protagonistas de la aventura, están por doquier y se cuentan por millones. Los roedores siempre funcionan como un conjunto y para poder abrirnos paso entre ellos debemos hacer uso de la luz. Así es como se plantean los diferentes y bien diseñados puzles del juego, a los que más adelante también se suman los distintos elementos químicos que vamos aprendiendo a elaborar con varios elementos que vamos recogiendo, los cuales también nos sirven para mejorar las prestaciones de nuestra única arma.
Bajo la luz de una antorcha – Apartado técnico
Aunque A Plague Tale: Innocence es un juego AA, ante los ojos de cualquiera podría pasar como un AAA. Sus gráficos no son los mejores que hemos visto, pero pocas cosas se le pueden reclamar. Sin embargo, una de ellas sí que nos ha molestado: la poca expresividad que se refleja en el rostro de los personajes. Una historia tan cargada de sentimientos se hubiera potenciado mucho más con una mejor captura de los movimientos de los actores. Más allá de esto el juego es hermoso, tanto a nivel gráfico como en lo que a diseño se refiere, destacando entre todos sus elementos una iluminación exquisita.
Si hablamos de la jugabilidad tampoco hay nada de lo que nos podamos quejar. Todos los controles se sienten bien y el juego nos permite ejecutar con comodidad tanto las mecánicas de acción como las de sigilo. En este sentido también tenemos que destacar la creación de las hordas de retas, que literalmente reúnen a miles de roedores que se mueven de forma natural y sin presentar ningún bug grosero.
Finalizando con el apartado sonoro, la obra de Asobo Studio también mantiene un nivel sobresaliente. La banda sonora es extraordinaria, compuesta en su mayoría por el reconocido músico francés Olivier Deriviere (Vampyr, Alone in the Dark, entre otros), con una serie de melodías que acompañan y potencian muchas de las grandes escenas del juego. Tanto las actuaciones como las voces de los diferentes personajes también están perfectas, con una gran interpretación de los protagonistas y a lo que le agrega un plus que realmente sean niños los que le dan vida.
A Plague Tale: Innocence, el veredicto final
En una industria del videojuego plagada de mundos abiertos y exceso de contenido por doquier, un juego como el de Asobo Studio y Focus Home Interactive resulta una pausa perfecta para disfrutar de un juego más sencillo y centrado en su historia, como los que ya casi no se ven. De la mano de Amicia y Hugo de Rune, nos sumergimos en una trama profunda y sentimental que no tarda en involucrarnos y a la que no le sobra ni un minuto (10 horas aproximadamente).
A Plague Tale: Innocence es un grandioso juego, una de las grandes y gratificantes sorpresas del año. Aunque algunas secuencias se repitan, falten algunas escenas de acción y escaseen las razones para rejugarlo más allá de propio placer de revivir su gran historia, esta es una de esas aventuras que vale la pena vivir por lo que se nos cuenta y una inmejorable ambientación que se beneficia de un apartado técnico al que poco se le puede echar en cara.