Stellar Blade, la opera prima de Shift Up, se apoya en una narrativa con tópicos familiares, un combate electrizante que da gusto de jugar y una potencia audiovisual impresionante.

Para los que vienen leyendo artículos en Geeky desde algunos años, recalcamos que la actual generación de consolas no se encuentra atravesada por la innovación en mecánicas disruptivas o juegos que rompan el molde, sino la de ofrecer una experiencia inmersiva que traspase la pantalla. En esa tónica, los exclusivos de PlayStation 5 (y que algunos ya navegan en PC) mantienen ese denominador común: Returnal, GoW: Ragnarok, Horizon: Forbidden West, entre otro. Títulos de un rendimiento técnico impresionante, un puesta audiovisual que impacta y un manejo de los controles que traspasa la pantalla.

Como parte de premisa, la desarrolladora surcoreana Shift Up recoge esta bandera para lanzar Stellar Blade (antes denominado Project EVE), una aventura que toma inspiración de muchoS elementos conocidos para crear un RPG de acción con fuertes tintes Souls-like de hack n’ slash para crear un mundo lleno de peligros, desafiante, pero que reproduce una sensación de satisfacción en los controles que te lleva indefectiblemente a esa sensación de no querer soltar el control.

Una misión conocida en un mundo hostil

Stellar Blade oculta de forma persuasiva y con detalles distintivos la inspiración de otra propuestas de ciencia ficción para crear un universo propio en una historia en la que, una vez más, tendremos la responsabilidad de salvar al planeta y, por consecuencia, lo que queda de la humanidad.

En esta propuesta argumental, el planeta fue invadido y arrasado por los Naytibas, unas poderosas criaturas que tomaron el control de la Tierra, reduciendo la población humana a su mínima expresión pero incluso exiliando a parte de ellas a la inmensidad del espacio. Las colonias espaciales, durante esete exilio, se prepararon y conformaron un cuerpo especial de elite, para lanzar una contraofensiva y derrotar al Naytiba supremo, el líder enemigo a la que su muerte podría poner fin a esta desidia.

EVE, la protagonista, es parte del Escuadrón Aéreo VII y el juego comienza con la llegada de las fuerzas humanas salvadoras a la Tierra, en un plan que de buenas a primeras comienza a salir bastante mal. Los Naytiba masacran sin piedad al cuerpo de élite y EVE, antes de morir en las garras de una criatura que le triplica en tamaño, es salvada por Adam, un chatarrero de la Tierra que vive en Xion, una de las últimas ciudades que quedan en pie.

Tanto EVE como Adam formarán una alianza temporal para ayudarse mutuamente y encontrar la forma de derrotar a los Naytiba. Este revés inicial que tiene la protagonista es un punto de inflexión y un disparador maravilloso para que tanto ella como nosotros exploremos esta versión de la Tierra completamente destruída, un planeta que también par EVE le es completamente extraño y desconocido. “Esta es la lluvia de agua que cae en la Tierra”, una de las primeras y simples interacciones que tenemos con la naturaleza del planeta al explorar la primera zona del juego es lloviendo, y esa sorpresa que se lleva la heroína de Stellar Blade al conocer de primera mano lo que es la lluvia es un detalle espectacular para ir de la mano junto a ella y recorrer los rincones de este planeta completamente en ruinas.

Sin entrar en spoilers, la trama de Stellar Blade te llevará a recorrer a lugar argumentales que quizás conozcas o los percibas conocidos, pero con el toque distintivo que Shift Up le imprimió a su lore; un lore que sin ser completamente profundo como otro tipo de RPG cuenta con la información suficiente para que mantengamos el interés mientras derrotamos a todas las criaturas que se atraviesen en el camino.

El gran disparador que tiene la historia en Stellar Blade es cuando logramos desembarcar en Xion. Lo que fue una metropolis gigante hoy es un refugio para una de las últimas comunidades que existen con vida en el planeta, que sobreviven como pueden, siendo de alguna forma esa última resistencia que milita en las calles. La llegada de EVE será tomada con resiliencia por algunos, mientras que otros la verán como ese ángel salvador caído del cielo que viene a liberarlos. De una forma u otra, nos involucraremos en ayudarlos cumpliendo diferentes misiones mientra que empezamos a desenmascarar el origen de los Naytiba y el origen del conflicto.

Es importante resaltar, y sin revelar nada mas, que Stellar Blade cuentan con múltiples finales dependiendo elecciones que tomemos en momentos puntuales de la aventura. Independientemente de esto, hay un punto muy positivo que tiene su argumento (dejando a un lado la similitud con otros exponentes del género sci-fi) y es como logra mantener el flujo de acción constante sin descuidar la historia. Le echa en falta algunas cinemáticas memorales con esas dosis de combate que ofrece el juego, pero eso es algo que Shift Up le delegó la responsabilidad al joystick y nuestra habilidad con esta guerrera espacial.

Un combate aeróbico y visceral

Stellar Blade es un híbrido constante. En su estructura, en la forma de desarrollar sus misiones, en la exploración y también en el combate, pero vayamos desglosando uno a uno de sus componentes para entender porqué la opera prima de Shift Up es un juego de dualidades.

Para empezar, el juego divide el mundo en diferentes zonas explorables dentro de la Tierra (e incluso el espacio) que maridan entre áreas semilineales con zonas de exploración abierta, que podremos ir recorriendo para completar encargos, encontrar coleccionables o lootear objetos para aumentar la progresión del personaje o desbloquear trajes cosméticos. Esta dualidad en tiene de una punta entornos pasillescos interconectados como buenos soulslike de la vieja escuela y grandes áreas para explorar, con puntos de viaje rápido para explorar detalladamente cada uno de sus rincones.

El progreso y el backtracking acá van de la mano. Podremos volver casi siempre a cada unas de las zonas que exploramos dentro del juego para buscar cosas que se nos hayan pasado o bien descubrir secretos por encontrar. En este sentido Stellar Blade es bien generoso con la cantidad de cosas para hacer sin sentirse abrumador ni una aventura open world interminable. En la cobertura de este análisis, me llevó unas 30 horas llegar hasta el final completando la gran mayoría de los encargos secundarios y cosechando una buena cantidad de coleccionables, que se dividen en archivos de texto, memorias y crónicas de sobrevivientes y también unas simpáticas latas de gaseosas escondidas en todo el mundo (que a medida que vamos encontrando una x cantidad recibimos bonificaciones e incluso un traje)

La exploración de los escenarios juega mucho con la verticalidad de la geografía y la versatilidad de EVE para moverse en el entorno le otorga también esa cuota plataformera. A través del uso de un drón escaner, revisaremos toda el área en búsqueda de secretos y artefactos. Ese punto permite entender a veces dónde se encuentra algún item o camino a seguir, y lo que nosotros tenemos que entender es cómo llegar a él. Aproximándonos al ecuador de la historia principal conseguimos el doble salto, esa habilidad tan disruptiva en los plataformeros o metroidvania para hacer backtracking y recorrer nuevos escenarios.

El combate de Stellar Blade es uno de los pilares de esta aventura y acá también vuelve a ver una conjunción de escenarios. Los tráilers e incluso la demo podían dar la cuenta de un juego que de buenas a primeras olfatea una esencia a NiEr Automata, pero no hay que jugar más que la primera gran zona del juego para entender que hay una influencia casi directa hacia Sekiro: Shadows Die Twice, pero lejos del tono feudal y casi ninja de la IP de FromSoftware, acá hay una inyección de ritmo impregnada por los hack n’ slash, muy Darksiders o Devil May Cry.

La inyección frenética de los combates golpea de lleno con el protagonismo que tiene el parry. Bloquear es un arma más dentro de nuestros recursos porque es el camino ideal para romper la “estabilidad” del enemigo y poder propinarle las técnicas más poderosas. Ese maridaje el combate lo termina transfomando en un sello distintivo dentro de Stellar Blade y cruza también ese impulso de querer transformar a EVE en una máquina de apretar botones sin sentido. Combinando ataques con cuadrado y triángulo, la danza de espadazos se fusiona de forma natural con batallas rítmicas en donde el contrataque está a la orden del día, y atacar sin pensar se puede traducir en una muerte rápida.

Frenar nuestros impulsos vehementes de querer llevarnos todo a nuestro paso es una enseñanza que el propio juego te demuestra en reiteradas oportunidades, y la curva de aprendizaje es muy llevadera, para luego mirar atrás y ver la notable evolución que logramos con EVE, en todos los sentidos.  El árbol de habilidades que podemos dominar es variado, pero también lo suficientemente versatil para tener técnicas de rango corto y de mediano alcance, sumando hasta 12 diferentes por usar

A esta cuota de esgrima coreográfica también tenemos que sumarle el armamento a distancia que tiene EVE, ya que nuestro amigable drón escaner también se podrá adherir a nuestro brazo para transformarse en un arma. Si bien la velocidad de algunos combates hace de este recurso algo poco práctico, Stellar Blade le dedica varias zonas de su aventura a solo poder utilizar esta arma para defendernos en misiones puntuales y que tienen un ritmo que abandona cualquier premisa relacionada a la similitud antes mencionada con Sekiro.

El bestiario es bastante generoso: vamos a encontrar Naytibas de todos los tamaños, cada uno tratando de tener su propio patrón de ataques lo que hace que no haya una estrategia consolidada. Cada uno tendrá ataques bloqueables, otros imbloqueables y otros en donde podremos hacer uso de las habilidades de EVE para desplazararnos a gran velocidad y atacar a los enemigos por la retaguardia. Para distinguir cada uno, el juego utiliza luces de colores para tratar de lograr una interfaz poco invasiva pero clara para poder percibir correctamente qué hacer.

Tenía un poco de dudas por los enfrentamientos con los bosses y las dudas con una velocidad bastante impactante. Los enfrentamientos con los Naytiba Alfa son verdaderamente espectaculares y una prueba constante de las habilidades de Eve. Los reflejos para rechazar los ataques y atacar en el momento justo serán el abc para salir triunfadores de cada contienda, pero el nivel coreográfico de algunas cinemáticas y el nivel de desafío que ostentan los hacen encuentros formidables. El único punto de inflexión que tengo para reconocer en este aspecto es que, si bien estos combates son realmente espectaculares y satisfactorios, no hay ninguno puntual que me quede en la memoria como inolvidable, algo que sí sabe hacer muy bien FromSoftware con sus jefazos (a vos te hablamos, Malenia).

La exploración de los escenarios se complementa y se justifica en gran parte por las misiones secundarias, que invitan a volver zonas ya visitadas a buscar items que nos soliciten, o explorar cada rincon de las áreas abiertas. Narrativamente son muy atractivas porque permiten conocer un poco más el sentido de supervivencia dentro de los habitantes de Xion y de alguna forma profundizar un lore que tiene el recuerdo de un pasado de plenitud ahora atravesado por una guerra en la que tienen todas las de perder. El desarrollo de estas sidequest se simplifica en enfrentar una criatura u horda de enemigos, pero también en buscar objetos clave o abrir algún cofre con información clave. El hecho de poder contar con viajes rápidos en puntos estratégicos hace también que esto no sea tan pesado.

El apartado audiovisual es sencillamente deslumbrante. Gran parte de la polémica que se generó a través de Stellar Blade en redes fue por el diseño de EVE, con un volumen prominente de sus atributos y unas curvas cuasi hegemónicas. Es realmente increíble el nivel de detalle que Shift Up le inyectó a la protagonista, pero también a cada una de los enemigos y npc que interactuamos. Ese mix entre post apocalípsis y cyberpunk construye un nivel técnico completamente envidiable para la actual generación, siendo de esos juegos que uno lamenta que no tenga Modo Foto.

El diseño de los bosses tienen un nivel de detalle escandáloso pero también de los esbirros comunes. EVE, por su cuenta, tiene un variedad de trajes para equipar y usar, algunos excesivamente sugestivos y otros más cuidados, definitivamente para todos los gustos y estilos. Incluso contamos con una peluquería en Xion, para poder cambiarle el look a nuestra heroina las veces que queramos.

El director del juego, Hyung Tae-Kim, trabajó minuciosamente en la geografía de los escenarios, y en una reciente entrevista reveló que se inspiró en su país de origen: “Corea se ha desarrollado mucho a través de los años con estructuras que han pasado por ciclos de construcción y decadencia. Ver esos edificios desmoronarse siempre me pareció postapocalíptico. Quería capturar este encanto tan peculiar en Stellar Blade”.

Conclusión

Stellar Blade es otra bandera que se alza en defensa de las aventuras single player. Un juego que constantemente busca fusionar conceptos, narrativos, jugables, artísticos y de combate, para construir una experiencia única.

Pocos juegos tienen la capacidad de generar satisfacción con el control en la manos, y la aventura protagonizada por EVE es una que te invita a no despegarte del DualSense. Es tan exigente como atractivo al mismo tiempo, con un poder de construcción de su universo que se apoya en un rendimiento técnico y audiovisual impresionantes.

Otro gran exclusivo que tiene todo el potencial para transformarse en uno de las nuevas grandes IP, como lo hizo Returnal en su momento, que nos regala esta generación de PlayStation.

8.5

Stellar Blade es otra bandera que se alza en defensa de las aventuras single player. Un juego que constantemente busca fusionar conceptos, narrativos, jugables, artísticos y de combate, para construir una experiencia única.

Pocos juegos tienen la capacidad de generar satisfacción con el control en la manos, y la aventura protagonizada por EVE es una que te invita a no despegarte del DualSense. Es tan exigente como atractivo al mismo tiempo, con un poder de construcción de su universo que se apoya en un rendimiento técnico y audiovisual impresionantes.

Otro gran exclusivo que tiene todo el potencial para transformarse en uno de las nuevas grandes IP, como lo hizo Returnal en su momento, que nos regala esta generación de PlayStation.

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De chico soñaba con ser un Jedi. De grande también.

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