Analizamos The Missing, el nuevo juego de Arc System Works y White Owls que llega para Nintendo Switch, así como también PS4, PC y Xbox One.
Gore, mecánicas anti-intuitivas, narrativa a cuentagotas, problemas de identidad y donas. Muchas donas. ¿Confundido? No te preocupes, en The Missing: J.J. Macfield and the Island of Memories, todo gira entorno a devolver a los perdidos a su sendero.
Comenzamos con un viaje de las jóvenes J.J. y Emily en un inocente campamento de verano. Pero como corresponde, la inocencia no tarda mucho en desvanecerse, porque J.J. se encuentra repentinamente sola, a oscuras, sin ningún rastro de su mejor amiga.
Si leíste el título del juego ya te imaginás como viene esto. Es momento de encontrar a la chica perdida.
Igual, un poco de misterio no es todo lo que vas a encontrar en The Missing: J.J. Macfield and the Island of Memories. Dijimos gore y lo sostenemos. Poco después de comenzar, J.J. adquiere la habilidad para recuperarse de heridas con una velocidad que pondría en ridículo a Deadpool y Wolverine. Y si querés superar este desafío preparate para aprovechar dicho talento; porque perder algunos miembros, usar solo tu cabeza decapitada y dejarte atacar por criaturas bizarras, son moneda corriente en el camino hacia encontrar a Emily.
Luego de décadas de juegos, donde minimizar el daño era la norma para superar una prueba, The Missing te propone chocar con sierras eléctricas y alambres de púas para superar los numerosos puzzles que componen el juego. Pero esto no trivializa el hecho de que estás haciéndote daño: J.J. aúlla de dolor desde el primer hasta el último golpe, lo que hace que la experiencia se sienta aún más antinatural de lo que suena. Y movimientos lentos, botones cruzados y acciones involuntarias, ayudan a contribuir a la experiencia desgarradora (#DobleSentido).
Esta sensación de incomodidad es amplificada con un atrapante estilo gráfico. Figuras llenas de luces brillantes y colores vibrantes como el neón, pero rodeadas de lúgubres trampas y fondos desoladores siempre al acecho para corromper a la protagonista y llevarla a la parte más oscura de la realidad.
¿Y Emily? Bueno, la forma de darnos narrativa en el juego (más allá de unas no tan sutiles indirectas como un conejo blanco y un monstruo con unas gigantescas hojas de navajas) es mediante los mensajes de texto que J.J. va recibiendo; los cuales van mostrando los hechos que precedieron al viaje de las dos jóvenes. Sean de Emily, la asfixiante madre de J.J., compañeros de universidad, un profesor o incluso un muñeco de peluche que cobra vida con mensajes y espectaculares emojis de texto ヽ༼ຈل͜ຈ༽ノ; cada nuevo mensaje hace que los personajes se llenan de vida. Y sus problemas, ideas e interacciones con la protagonista, por contraste, denotan el carácter de la protagonista.
Es seguro (y libre de spoilers) decir que el concepto de esta historia es la búsqueda de la propia identidad. Cada uno de los compañeros de universidad de J.J. está transitando ese mismo momento de su vida desde diferentes lugares. Encontrar una pareja, una vocación, la aceptación de los pares y superiores. Si bien puede sonar peligrosamente adolescente, es algo que la mayoría transita al menos una vez en su vida; y mientras acompañamos a J.J. nos vamos haciendo una idea progresivamente más clara de los problemas que está atravesando, aunque es al final que realmente encontramos la respuesta a todas las preguntas.
(De todas formas, te invitamos a hacer el esfuerzo de resolver “qué está pasando acá” mientras estás jugando, porque así va a ser más satisfactoria la conclusión).
Los temas que se tocan alrededor de la identidad, y la lucha por encontrarla, son terriblemente actuales. Y llevarlos de una manera que no se sienta forzada, impuesta o frívola es todo un logro de parte de la desarrolladora. Nada que sorprenda teniendo en cuenta el historial del reconocido SWERY, que ya más de una vez logró dar en el blanco cuando de profundidad se trata. Aunque, en esta ocasión, podría decirse que dejó algún cabo narrativo suelto al finalizar el juego. Cuidado con las interpretaciones.
Sin mucho más para decir, lo que queda es experimentarlo. ¿O todavía no encontraste razones para probar The Missing: J.J. Macfield and the Island of Memories?