Las artes marciales mixtas están de regreso de la mano de UFC 5, una entrega que pone el foco en las mecánicas y el apartado técnico.
Se prenden las luces y otra vez el octágono más importante de las MMA se ilumina. Luces, gritos, patadas, piñas, grapples y sumisiones están a la orden del día en la nueva entrega de Electronic Arts que, con un pulido en la física y el apartado gráfico como nunca se ha visto en la franquicia, la misma priorizó estas dos aristas por sobre la jugabilidad, que vuelve a cometer errores del pasado: volverse repetitivo muy rápidamente.
Ofreciendo un enfoque más amigable para los jugadores casuales, UFC 5 reimagina completamente el sistema de combate de forma magistral manteniéndose fiel a las bases del deporte que día a día gana más popularidad a nivel mundial. Sin embargo, también deja pasar una clara oportunidad para mejorar el enfoque del modo carrera, cuya historia apenas rasca las bases de una narrativa que podría haber sido más entretenida y atrapante sobre todo dado lo que promete en sus primeros momentos.
Piña a piña: el mejor juego de la saga
Primero y antes que nada estamos ante un juego de lucha, y como tal, UFC 5 hace casi todo bien. La nueva entrega de EA Sports es un mix perfecto, tal como lo es este deporte, de distintos estilos que lo elevan por encima de sus predecesores.
La oferta de combate se adapta a la persona que agarra el joystick dejando a elección del jugador una opción más casual, más light, donde enhebrar combos o moverse en el suelo se reduce a una combinación sencilla de botones, o bien existe también una opción más desafiante, más técnica, que ofrece un sistema más difícil de ejecutar, pero que paga en precisión ya que nos dará el dominio absoluto sobre nuestro luchador e, idealmente, también sobre el rival.
Un combate que se adapta a todos los gustos es lo mejor que un juego de lucha puede ofrecer. ¿Te gusta ir modo tanque a knockear? lo tenés en Muay-Thai, ¿preferís ir al suelo y buscar la rendición del rival completamente sumitido a tus pies? Ju-Jitsu te lo ofrece, ¿querés algo intermedio y más balanceado? está ahí. Busques lo que busques, UFC 5 tiene un sistema ideal para vos, pero ojo, todos cuentan con un eje trasversal que los cruza por igual: la stamina.
UFC 5 no es un juego que te permita atacar sin ton ni son o hacer cualquier cosa. Pelees como pelees, lo principal que vas a tener que cuidar es la energía de tu luchador ya que esta no solo determinará la velocidad de tus movimientos, sino también la fuerza, precisión y efectividad de los mismos, ya sea en ofensiva como a la defensiva, si no cuidamos nuestra stamina, no hay golpe que valga.
Al principio resulta complicado entender esto, principalmente porque la adrenalina de intercambiar golpes es mucha e invita a actuar casi impulsivamente, sin embargo, a medida que vayamos a enfrentar rivales de mayor dificultad, vamos a tener que ser más inteligentes. Aprender a esquivar es casi tan o más importante como saber bloquear, tirar ÉL puño es más importante que una lluvia de manos livianas, la curva de aprendizaje te enseña a jugar con las aperturas que ofrece tu rival de forma inteligente, y aunque a veces machacar botones pueda ayudarte, la mayoría de las veces es mejor una mano que cien.
Por otro lado, UFC 5 parece haber aprendido que pese a que se puede tener un sistema super complejo para luchar en el piso con el ofrezcas reacciones hiperrealistas, la mayoría de las personas no quiere aprender estas infinitas secuencias con el stick, sino poder levantarse y seguir intercambiando golpes. La decisión de ofrecer un sistema más profundo y una versión simplificada es uno de los grandes aciertos de esta entrega que hacen de las sumisiones, tanto a favor nuestro como en contra, algo más dinámico y sobre lo cual podemos reaccionar a diferencia de entregas pasadas dónde terminar en el suelo era casi sinónimo de perder la pelea.
Con respecto al sistema de daños, hay una increíble mejoría en este apartado. No solo cada golpe afecta una parte del cuerpo en particular, y si estamos bajos de stamina afecta aún más, sino que los golpes pueden afectar a una misma parte de distinta forma. Una parada bien puesta en la cabeza es bastante propensa a ocasionar cortes, algo que tal vez cueste más hacer con un jab, y estas heridas acumuladas van disminuyendo nuestra resistencia al daño al punto incluso de forzar el ingreso de médicos para que seamos asistidos.
Un modo carrera diluido
La gran vedette del juego, el modo carrera, ese apartado donde pasamos de don nadie a campeón mundial arranca muy bien pero rápidamente se va diluyendo en una propuesta que tras un par de combates se torna monótona y repetitiva.
Este modo de juego apuesta por contar la historia de un luchador que se hace se desde abajo, que comienza en luchas callejeras, para luego llegar a lo más alto de Las Vegas en el epicentro del MMA en busca del tan anhelado cinturón. Si bien esta historia comienza con un par de cinemáticas, las mismas se transforman muy rápidamente en simples transiciones que dejan pasar la oportunidad de contar un verdadero camino del héroe.
Y el problema no es que el juego simplemente te quiere ofrecer un modo para que combatas, ganes plata y progreses, el problema es que sí quisieron contar una historia pero la misma está subdesarrollada. Teniendo exponentes que han logrado esto con mucho cuidado y horas de narrativa, como supo ser NBA 2K en entregas pre-2021, UFC 5 apuesta fuerte por que nos dediquemos a pelear, entrenar y tener sesiones de sparring.
El problema de estas ofertas es que tras un par de horas de juego es inevitable caer en una repetición monótona de la cual ni siquiera subirte al octágono te saca, aunque si lo maquilla dado que a medida que nuestra carrera progresa vamos a enfrentar rivales de mayor envergadura y jerarquía.
El detalle bajo los reflectores
Un octágono, dos personas y no mucho más. Ese es el corazón de UFC 5 y con esto en mente, era necesario que EA pusiese extremo cuidado en esta construcción ya que, mientras menos tenés para bombardear al jugador y más centrado está, más va a ser el detalle que como juego vas a necesitar ofrecer.
UFC 5 se cuida mucho en los detalles, ofreciendo en primera instancia un mapeado fantástico de los peleadores como Bruce Lee, Mike Tyson, Jon Jones, Valentina Shevchenko o Alex Volkanovski que satisfacen hasta a los más rigurosos y demandantes jugadores, el juego además se luce con recreaciones muy fieles de los estilos de combate en cuanto a lo visual. Movimientos, cortes, contusiones y las gotas de sangre que manchan poco a poco la lona hacen de esta entrega la experiencia más inmersiva del género.
Las cinemáticas, aunque pocas, también se nota tienen un gran acabado. El modo carrera nos muestra a cuentagotas lo que esta franquicia podría ofrecer y definitivamente nos deja sedientos de una aventura más enfocada en la narrativa, ya que en los pocos momentos que se decide por mostrarnos el mundo que rodea a la arena de combate, lo hace con una calidad avasallante, siendo este el principal motivo por el que se siente desaprovechado el potencial del modo carrera.
Conclusión
En el golpe por golpe, UFC 5 sale bien parado. La apuesta de esta entrega es la de ofrecer un octágono con propuestas para los fans de lo técnico y el detalle, pero también que busca atrapar a los jugadores más casuales, Electronic Arts ha dado un golpe de KO y se ha acercado más al tan ansiado cinturón.
Sin embargo, así como aprovecha estas bondades, el juego queda grogui en cuanto a su principal modo: la carrera. Con todo el potencial para transformarse en el campeón absoluto, este modo sí nos deja a gamba tornándose repetitivo y monótono muy velozmente. Si bien esto no termina de apagar nuestro deseo de subirnos a pelear ya que la progresión de peleas y adversarios es notoria y desafiante, el entremedio de las peleas no logra brillar y termina volviéndose tedioso.
En resumen, UFC 5 es un gran juego de peleas realistas. La stamina y el intercambio de golpes inteligentes son el corazón de un título que no quiere que revientes el joystick, sino que piensas cual mano poner.
Como juego de MMA, estamos ante la mejor adaptación de un deporte que día a día no hace más que crecer en popularidad. Subirse al octágono a intercambiar puños y patadas es una experiencia brutal (en todo sentido), que únicamente se ve opacada por un modo carrera sub-desarrollado que deja la sensación de poder haber dado más si es que lo hubiese querido hacer.