Llegó la hora de la nostalgia, de las partidas que mezclan deporte y súper poderes, llegó la hora de analizar Windjammers 2.
Hay una creciente ola dentro de la industria de los videojuegos que busca capturar la esencia de los juegos de antaño y revitalizarla con las tecnologías de la actualidad. A veces los resultados no son del todo convincentes y en otras oportunidades, como es el caso de Windjammers 2, se entiende a la perfección cuáles son las intenciones y pese a cualquier crítica que se le pueda hacer, el viaje a través de un mar de nostalgia está asegurado.
Un viaje el pasado
Una cena con los padres en pleno microcentro y un ratito, antes de volver a casa, para jugar a los arcades. Un viaje a la costa, caminar por la peatonal y dejarse tentar por las enormes filas de fichines que todavía sobreviven en esos lugares que parecen detenidos en el tiempo. A todo eso me llevó jugar Windjammers 2, incluso cuando nunca jugué al título original, pero es increíble el trabajo que hizo el equipo de DotEmu a la hora de recrear la esencia de los videojuegos de los 90 y provocar que el jugador se sienta en su juventud a través de las divertidas partidas de este deporte tan particular. Y decido abrir el análisis con este fragmento porque me parece vital entender que más allá de cualquier cosa que se le pueda criticar a un juego que no es perfecto, si lo que estás buscando va más allá de la propia experiencia jugable, acá tenés una gran oportunidad a un precio muy accesible.
Discos voladores
Vamos a entender de qué se trata Windjammer, el deporte protagonista del juego, para después pasar a explicar cómo se traduce esto en las sensaciones jugables. El Windjammer es un deporte ficticio inventado por el propio título que, se podría decir, combina voley, fútbol y el tejo de mesa. Se juega uno versus uno y los participantes pueden marcar diferentes cantidades de puntos dependiendo de si consiguen explotar el disco en la red del rival o si este pica dos veces en la cancha. Windjammers 2 nos permite disfrutar de esta curiosa propuesta en partidas offline, online y en el modo Arcade que nos enfrenta a una serie de rivales uno tras otro, una cantidad de contenido que se queda realmente corta y que puede ser la principal razón para que muchos desinstalen el juego en un par de semanas.
Windjammer es un deporte divertido desde sus bases y cuando lo llevamos a lo jugable también se mantiene en esa línea. Eso sí, se hubiese agradecido que las primeras partidas fuesen más contemplativas con el jugador novato o que el tutorial invitara a completarlo un poco más, porque son muchos comandos y no es fácil memorizarlos. ¿Por qué tantos botones para un deporte tan sencillo? Bueno, porque cada jugador tiene sus propias habilidades para sacar provecho en la cancha. Este factor sorpresa es el que termina dando mayor dinamismo a un juego que podría volverse monótono a corto plazo, pero que apuesta a mantenernos enganchados intentando dominar a cada uno de los competidores. Eso sí, tampoco es que la lista sea muy amplia, pero sí lo suficiente como para darnos unas cuantas horas de práctica.
Antes hablamos de la esencia retro de la escena en cuestión y si hay algo que Windjammers 2 sabe traer desde la década del 90 es su dificultad. Lo bueno es que para superar los desafíos no van a tener que pagar puñado tras puñado de fichas, pero sí que van a tener que invertir una buena cantidad de horas en dominar el juego y a cada uno de sus personajes. Es que la obra de DotEmu es verdaderamente desafiante incluso en su dificultad más sencilla y la inteligencia artificial está muy bien trabajada, sobre todo en el modo Arcade en el que se incrementa el desafío conforme avanzamos de ronda. En fin, un juego nacido y criado para el jugador hardcore retro que tanto abunda.
Un boom pop – Apartado técnico
Y no habría forma de capturar este espíritu retro del que tanto hablo si Windjammers 2 no tuviese un diseño artístico que acompañe. Estuve viendo videos del título original y está claro que el equipo de DotEmu quiso mantener la esencia hasta el límite de poder parece un remaster de aquel. Los colores, los personajes, todo nos remonta a aquella época, pero con un pulido, una capa extra que no descuida las intenciones pero que nos permite tener un apartado gráfico y unos afectos acordes a los tiempos que corren.
A nivel sonoro el juego se mueve por la misma línea, tanto a nivel musical como con todos los efectos que suenan desde el menú hasta cuando ejecutamos un poder con los deportistas. Del rendimiento poco se puede decir, es un juego que exige poco y que funciona con total fluidez hagamos lo que hagamos. A destacar también el diseño de los diferentes mapas, no tanto por la cantidad, sino por lo distintos que son los unos a los otros.
Windjammers 2, el veredicto final
Esta tendencia de la industria de traer de vuelta la esencia de los videojuegos de los 90, de vez en cuando, nos trae propuestas que cautivan lo mejor de aquella época y lo adaptan a los tiempos que corren. Eso es lo que consiguió el equipo de DotEmu con esta secuela de espíritu retro y mecánicas modernas.
Windjammers 2 es todo lo que una secuela de un título de fichines debe ser: mantiene el espíritu del videojuego original, nos lleva de viaje en el tiempo y consigue una experiencia divertida, sin vueltas. Claro que podríamos pedirle mayor cantidad de modos o personajes, y aunque esperamos que lleguen en un futuro, la propuesta de este videojuego pasa por otro lado.