En 2013, luego de ver algo de material sobre el juego en un tráiler, supimos que Bethesda había decidido reiniciar el proyecto responsable de uno de los títulos de horror espacial más famoso.
Esto despertó no solo en los fans, sino también, en el mundo gamer en general, una gran disconformidad, más aun por la falta de explicaciones al respecto. Dos años después tenemos una respuesta firme: “DOOM se reinició por ser muy similar a los shooters de acción”.
Algo así como una desaparición. Como si después de aquella E3, en la que se anunció que una nueva entrega de la saga saldría, de repente se los hubiese tragado la tierra. Las teorías volaron de un foro a otro, pero no es hasta hoy que la explicación está en nuestras manos. DOOM resultaba ser demasiado similar a un juego de acción.
“Convenimos que no era suficiente Doom y que era necesario volver a empezar. Probablemente podías cerrar los ojos e imaginar un o un BattleDoom” cuenta Pete Hines, responsable del estudio, y continúa “Estos elementos pueden estar muy bien en estos juegos, pero en el caso de Doom no se sienten adecuados”.
Ya sabemos por qué en lugar de estar disfrutando del título en estos momentos, lo haremos recién en 2016.