La crisis mundial de semiconductores sigue afectando en gran manera a la fabricación de consolas.
Desde su lanzamiento, la nueva generación de consolas se mostró con dificultades para estar a la altura de la demanda de la comunidad. En nuestro país, como algo propio del tercermundismo, este hecho se vio incluso con un mayor impacto que en otros países del mundo. Y así, lamentablemente para quienes quieran hacerse con una PlayStation 5 o una Xbox Series X o S, seguirá siendo al menos por un par de años más.
Esto se debe, según informan varios fabricantes, a la crisis mundial de semiconductores que afecta a la fabricación de varias piezas clave que se utilizan no solo en la industria de los videojuegos, sino también en la de la tecnología en general. “Supone un obstáculo para ampliar los niveles de capacidad necesarios para satisfacer la elevada demanda“, explicó Pat Gelsinger, CEO de Intel.
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“Esta es una de las razones por las que creemos que la escasez general de semiconductores se trasladará a 2024, en comparación con nuestras estimaciones anteriores de 2023, ya que la escasez ha afectado a los equipos y algunos de los incrementos [de producción] de las fábricas se verán más afectados“, explica Gelsinger, algo que claramente afectará tanto a la nueva generación de PlayStation como la de Xbox.