Reseña del noveno tomo de la Colección Astérix y Obélix: El regalo del César, publicado por Editorial Salvat por René Goscinny y Alberto Uderzo.
Publicado originalmente en Francia, en el periódico Le Monde en 1974, volvemos a encontrarnos con la dupla original formada por Goscinny y Uderzo quienes esta vez nos traen el vigésimo primer álbum de la saga de historietas protagonizada por los Galos del 50AC.
En esta oportunidad vamos a comenzar las aventuras en Roma, dónde vamos a tener a dos personajes que ya hemos conocido a lo largo de las casi 10 entregas que lleva esta colección. En primer lugar, tenemos al Cesar, quien se ha presentado en varios tomos. Por otro lado, volvemos a cruzarnos con Romeomontescus, el ebrio legionario romano que nos fue presentado en el primer volúmen de esta colección: Astérix y Latraviata.
A tan solo unas pocas horas de recibir la honesta missio (baja honoraria de las antiguas legiones romanas), nuestro querido borrachín no tiene nada mejor que hacer que insultar al César. Este, enterado de lo ocurrido, decide de cualquier modo reconocer los 20 años de servicio de Romeomontescus, pero con un pequeño detalle: será enviado al pequeño pueblo galo donde viven Astérix y sus amigos.
De camino hacia la Galia, el ebrio se encuentra con la posada que atiende Ortopédix. Luego de comer y beber, Romeomontescus se da cuenta que no tiene con que pagar los servicios brindados por lo cual decide intercambiarlos por la propiedad que acaba de obtener. Ortopédix y Angina, por su parte, deciden aceptar lo ofrecido e irse a vivir a la aldea con la excusa de que el aire de una posada no es bueno para criar a su hija Zazá.
Una vez que estos arriban a la Galia, intentarán hacer valer la tierra obtenida blandiendo la escritura formada por el César, cosa que obviamente no será del agrado de Astérix y sus amigos e intentarán hacer entender al ex-posadero que ha sido estafado puesto la aldea es el único territorio que el César no ha podido conquistar.
Otro tema que se hará presente en esta historia es que por primera vez se discute el rol de Abraracúrcix como líder de la aldea, cosa que terminará quedando de lado cuando todos los galos se unan para enfrentarse a los romanos que intentan conquistarlos.