Geeky se mete de lleno a reseñar la colección de uno de los personajes más icónicos de la historieta argentina.
Como suele ser el caso para muchas de las viejas glorias de la historieta argentina de aventura, hasta hoy a Nippur de Lagash no había tenido una edición digna de la popularidad supo alcanzar en sus años mozos. Con ocasión de su quincuagésimo aniversario en 2017, la editorial Planeta DeAgostini lanzó en España una colección de tapa dura recogiendo en 62 tomos los 446 episodios que componen la historia completa del sumerio.
Un año después, la editorial multinacional ha decidido hacer desembarcar la colección en Argentina, país de origen del Errante, con entregas primero quincenales y luego semanales. Llamado en la publicidad como el “personaje más popular de la historieta argentina” (que alguien avisen al Eternauta y a Mafalda, por favor), Nippur de Lagash ha gozado de cierta permanencia en el imaginario colectivo gracias a reediciones truncadas o su inclusión en la ya mítica Biblioteca de Historieta que editó Clarín hace un par de décadas. Sin embargo, no existía una edición integral que recogiera en un solo lugar todo lo producido.
Para quienes no lo conocen, hacemos un poco de historia. Nippur de Lagash fue la joya de la corona de la editorial Columba, que durante los años de gloria de la historieta argentina en las década de 1950 y 1960 hacia tiradas millonarias de sus revistas El Tony, Intervalo o D’Artagnan (si no me creen pregúntenle a sus padres o abuelos). El sumerio nació en las páginas de esta última, y su éxito fue tal que en 1979 se mudó a su propia revista Nippur Magnum.
Su creadores fueron el guionista Robin Wood y el dibujante Lucho Olivera. En particular interesante resulta la vida de Wood, quien experimentó tantas aventuras como escribió. Descendiente de australianos socialistas que se refugiaron en el Paraguay, tuvo una crianza marcada por la pobreza y la lectura. Ya radicado en Buenos Aires, en paralelo a sus primeros trabajos como guionista de historieta continuaba trabajando en una obra como albañil. Eventualmente termina creado algunos de los personajes más famosos de Editorial Columba como Dennis Martin, Pepe Sánchez, Dago y por supuesto Nippur.
La colección épica
La colección es lanzada con el primer tomo, Historia para Lagash, que como nos tiene acostumbrados viene con ese atractivo “precio lanzamiento” y un llamativo cartón que destaca en el kiosko amigo.
Con un precio que deja de ser tan amistoso en posteriores entregas, y un ritmo que se acelera para ser semanal luego de la número 13, completar las aventuras de Nippur puede parecer una odisea tan épica como aquella que atraviesa el sumerio sin patria.
La edición en sí es de muy buena calidad, con un diseño sobrio y atractivo para las tapas duras (solo le cambiaría la tipografía con que escribieron el nombre del héroe). Incluye también dos tipos de impresión diferente, generando un juego de texturas. Probablemente el mayor punto de conflicto sean las menos de cien páginas que tiene esta primera entrega, que hacen aún más oneroso el precio.
En lo que la presentación de las historietas en sí, se decidió respetar el blanco y negro original de estos primeros capítulos aunque existen ediciones coloreadas de las mismas. El papel es de buena calidad, y le da gran constrate entre los blancos y los bloques de negro del dibujo de Olivera. Mucho mejor que el papel de diario en que se imprimió originalmente. La edición es prolija, incorporando un útil sumario al comienzo.
El punto débil de la confección es el nuevo letreado que se hizo de las historietas, utilizando un obvio Comic Sans. Para eso, dejaban el letreado original, que como podemos ver aca abajo por lo menos tenía la ventaja de ser más orgánico y no parecer que se hizo un Paint.
Tomo 1: Una Historia para Lagash
El primer compila los primeros cinco episodios producidos sobre Nippur de Lagash, todos escritos por Wood y dibujados por Olivera. Por primera vez vieron prensa entre mayo de 1967 y febrero de 1958 en las páginas de D’Artagnan de Editorial Columba, y como señalamos se respeta en la edición el blanco y negro original.
El más importante es obviamente el primero de ellos Historia para Lagash, donde se establecen los elementos básicos de la aventura. Nippur, quien oficia de narrador, era un general del Rey Urukagina de Lagash, un “país entre los ríos” en la Mesopotamia antigua tres milenios antes de Cristo. Está en búsqueda de un gigante que se rumorea vive en Elam, para complacer a su rey y “entretener su pereza”. Luego de mucho esfuerzo y mucha sangre capturan a la torre rubia que es Ur-El, quien entra en Lagash un esclavo pero terminará siendo su compañero de aventuras.
El resto del capítulo nos cuenta como Sumur, sacerdote y consejero del rey, complota con el monarca vecino Luggal-Zaggizi y montan durante las festividades en honor a la diosa Ninkarsag una emboscada e invasión. El saldo de la maniobra es que Urukagina muere, al igual que el traidor Sumur, y el rey usurpador se hace con el poder en Lagash. Nippur huye junto con Ur-El y gracias a la ayuda del jorobado Shetho, y jura viajar el mundo.
“No tengo rey, ni ciudad, ni techo, ni fuego. Soy nadie de ningún lugar. Me iré a recorrer el país de los grandes ríos y quizás las tierras del papiro hasta sanarme el dolo. Después volveré. Y cuando vuelva… ¡Ay de ti, Luggal-Zaggizi!”
Así nace el aventurero conocido como Errante. La ambientación para una historieta juvenil de aventuras en el mundo de la antigüedad puede parecer extraña hoy, pero debemos recordar que por aquellos años, diez años antes de Star Wars, todavía la película que había ganado más Oscars y dinero en la taquilla era el Ben-Hur de Charlton Heston y la película más cara jamás hecha Cleopatra con Elizabeth Taylor. Lo que es decir, el género de “sandalias y espadas” era muy popular todavía.
Las historietas de Wood son densas en la cantidad de desarrollo que relatan en veinte páginas ayudándose de grandes bloques de texto para describir pero también para narrar como la historia va avanzando. En guiones que probablemente se leían como novelas, el paraguayo despliega un lenguaje florido y un vocabulario vasto, que no tenían nada que envidiar a los folletines de aventuras que se crió leyendo.
Esto está a la vista nuevamente en el segundo capítulo, “Nofretamon”, donde los exiliados llegan a la ciudad egipcia de Tebas navegando por el Nilo. Allí, Nippur no solo hace tiempo desarticular un golpe de estado orquestrado por el general Baknath, sino que se enamora de sacerdotisa e hija de del faraón llamada Nofretamon.
La fijación de Wood con los intentos ilegítimos por derrocar gobiernos es particularmente tópico si se tiene en cuenta que fue escrito en 1967, todavía fresca la Revolución Argentina de 1966 que encabezó Onganía. Si no preguntenlé a Baknath, un general tebano que quiere tomar el poder no para él sino en nombre de todos los egipcios, y poner a trabajar todos los recursos del estado en la defensa de una amenaza foránea de bárbaros que lo desvela.
Si bien es la estructura de Nippur de Lagash es marcadamente episódica, tiene también un hilo que puede seguirse, y cada una aventura lleva a la otra. Esa vocación de serialización queda clara en “Las Lanzas y la Arena” y “Minotauro”. En el primer capítulo, Nippur y Ur-El rescatan a una niña princesa de Creta de las garras del pirata Skyron, con la ayuda del mitológico Teseo de Eleusis. El episodio siguiente los tiene devolviendo a la jovencita princesa en al corte del Rey Minos en Creta, y quedándo atrapados en una reversión del mito del Minotauro, Teseo, el hilo y el laberinto.
En esta ocasión el Minotauro no es una bestia mitad toro mitad hombre sino un sacerdote que argumenta que el sacrificio de 14 jóvenes es necesario para apaciguar a Poseidón. Por su parte, Teseo no usa el hilo de Ariadna para escapar del laberinto, sino para guiar a Nippur y sus hombres como apoyo en la batalla.
Esta combinación entre narración serializada se verá cada vez más marcada con el paso del tiempo, produciendo grandes sagas que fueron impresas a lo largo de varios años. De hecho, Teseo se encontrará en el centro de una de ellas.
Cierra el primer tomo con una historieta breve, “El Mirlo Voló Primero”, que ve a los héroes rescatar aún otra doncella en peligro. Esta vez, de las manos de los belicosos tespios y su lider Milemónides. Pero no desesperen, las aventuras de Nippur y Ur-El tan solo están comenzando.