En la novena entrega de la colección de Nippur de Lagash, debutan en lápices Sergio Mulko y Ricardo Villagrán como partes integrales del título.
El noveno tomo de la colección Nippur de Lagash de Planeta DeAgostini contiene seis capítulos editados originalmente en la revista D’Artagnan en el año 1972, y la historia que inauguró la primera publicación propia del personaje, Nippur de Lagash-Todo Color, en julio del mismo año.
Como anticipamos en la reseña del octavo libro, esta nueva edición abre con la última historia dibujada por Lucho Olivera, quien creo visualmente al personaje y se encargó en solitario de ilustrarlo durante los primeros cinco años de serialización. En la despedida, “Un divertido regreso a Tebas”, Robin Wood nos relata el regreso de Nippur al palacio de Nofretamón desde el templo en la montaña de los Hombres de Fuego, que involucra un grupo de viajeros y un altercado con un mandamás hitita.
Sin Olivera, quedó en manos de Sergio Mulko, nuevo dibujante de Nippur de Lagash en las páginas de D’Artagnan, terminar la saga de los hititas en Egipto. La aventura, que concluye en este libro, ocupa nuevamente buena parte del tomo, relatando la preparación para la batalla, el enfrentamiento y sus consecuencias.
Comenzando con “Diez hombres pasan ante una cabeza muerta”, la transición es casi indistinguible, ya que Mulko emula con gran precisión el dibujo de Olivera, tanto el trazo como el entintado y la composición de las viñetas. La historia, como siempre por Robin Wood, continua su rumbo. La alianza con los Hombres de Fuego se solidifica, y la llama del romance entre Nippur y Nofretamón vuelve a encenderse.
Finalmente, el conflicto estalla en “La gran batalla”. De un lado, las fuerzas de Hatti, encabezadas por el general hitita Norenemes, el del ojo de bronce. Del otro, las huestes de la reina de Egipto, con Nippur al mando. Como siempre, nuestro héroe prevalece, pero el saldo de la masacre son el descontento de una ciudad que vio a sus mejores hombres morir y una epidemia que fermenta en los cadáveres calentados por el sol del desierto. Ni siquiera la reina Nofretamón es capaz de sobrevivir la enfermedad. Al final del capítulo, el Errante vuelve al camino sinuoso del exilio, con una victoria más a sus espaldas y el corazón roto.
Como anticipamos, el libro cierra con la primera aventura dibujada por Ricardo Villagrán en Nippur de Lagash-Todo Color N°1, “La risa de la muerta”. Villagrán también replica con esmero el estilo de Olivera. El coloreado es sensiblemente mejor que en los Anuarios, contemplando luces y otros detalles que antes eran ignorados. Si se debe señalar algún punto distintivo del nuevo ilustrador, es su favor por los dibujos expansivos y a página completa, que escapan de la construcción de la viñeta y le dan un toque más épico a la narrativa