Reseña del tomo número cuarenta y siete de la Colección Salvat de DC Comics – Wonder Woman: Los ojos de la Górgona por Greg Rucka.
Cómo quién sabe de buenas historias, volvemos a toparnos con una épica aventura de Wonder Woman de la mano de un autor que ha sabido sacarle jugo al personaje: Greg Rucka. En esta oportunidad vamos a vernos envueltos en una historia cargada de mitología, algo que le sienta muy bien a Diana, en la cual la Amazona buscará demostrar su valía enfrentándose a Medusa.
Con respecto al autor de esta historia, poco podemos decir de Greg Rucka que no se haya dicho ya. Nacido en 1969, el norteamericano se ha destacado en cada editorial por la que ha pasado, aunque pocas dudas caben de que sus mejores trabajos se han dado en las páginas de DC Comics. Action Comics, Batwoman, Detective Comics, Black Widow: Breakdown y Ultimate Daredevil and Elektra son solo algunas de las historias en las que el guionista ha dejado su huella.
En los lápices, por su parte, se hacen presentes cuatro ilustradores: James Raiz, destacado por su trabajo en Birds of Pray y los cómics de Transformers; Sean Phillips, un británico de paso por Judge Dredd y Hellblazer; Ray Snyder quién ha sido parte de JSA: The Liberty Files y Fables; y por último está Drew Edward Johnson quién ilustró Wonder Woman: Down to Earth y 52.
¿Qué vamos a encontrarnos en las páginas de Los ojos de la Górgona? Bueno, más allá de ver a Diana coexistir con histriónicos elementos de la mitología grecorromana, vamos a toparnos con un volumen de lo más épico que se ha visto en Wonder Woman, con una Princesa dispuesta a enfrentarse a lo que sea como sea, incluso si el precio a pagar amenaza con bajarle el pulgar a su posición en La Liga de la Justicia.
Si muchos crecimos de la mano de la Wonder Woman de George Perez, no cabe lugar que de la mano de Greg Rucka hemos entrado en una nueva etapa en la que podemos ver a una Diana completamente desatada ¿Qué otra calificación le cabe? Es decir – no avanzar si no lo has leído – se provocó una ceguera para poder enfrentar a Medousa, la villana de esta aventura utilizando veneno de las propias serpientes que esta ostentaba.
Además, como si fuera poco, después se cargó a La Liga en una sesión de sparring, completamente ciega, para demostrar su valía en el equipo, aunque se termina dando cuenta que muchos, excepto Batman, se estaban conteniendo provocando su casi renuncia al equipo.
Por último, el apartado donde los embajadores de Themyscira (Diana, Artemis y Phillipus) son llamados a una cena formal en la Casa Blanca es increíble. Ver a Diana como una embajadora con un trabajo diario además de ser Wonder Woman es encantadora, especialmente porque el arte atraviesa lo “inhumanamente fuerte y perfecto” incluso cuando lleva jeans y una camiseta sin mangas o una extraña túnica formal tipo toga.