Como cada semana, la reseña y análisis de la oferta semanal del app Manga Plus está en Geeky. Esta vez, celebramos el mes aniversario de esta nueva columna adentrándonos en las profundidades del índice.
La actualización del domingo 8 de marzo trajo al app y sitio web de Manga Plus los capítulos correspondiente al número 15 del año 2020 de la revista Weekly Shōnen Jump, así como una selección de lo editado en Japón en la app Shōnen Jump+. Una poco inspirada ilustración por Yūki Tabata adorna la tapa, con un Astra solitario, en conmemoración del quinto año de serialización ininterrumpido de Black Clover.
Si bien la crisis desatada por el coronavirus está lejos de detenerse, causando cancelaciones y postergaciones por doquier en el mundo del entretenimiento, y ayudando a rellenar horas y horas de noticiero a los canales locales, la Jump está de vuelta en forma con line-up completo (Seguro que Togashi se agarró la enfermedad de moda y por eso no continuó la aventura de Kurapika esta semana). Haikyuu!! regresó de su ausencia programada y por fin podemos leer el capítulo 973 de One Piece, luego del amague de la semana pasada.
La mayor noticia que salió de la revista esta semana es que lo que parecía el inminente final de la comedia Bokutachi wa Benkyou ga Dekinai (We Never Learn en la anunciada edición de Ivrea para Argentina), en realidad fue el “capítulo final de la Primera Ruta de Uruka, la Princesa Sirena” (X=Hakugin no Shikkoku Ningyo-hime Hen, en el original). Copiando el redituable modelo de las “rutas” de las novelas visuales, mejor conocido por ser exprimido hasta la última gota por la franquicia Fate, el autor Taishi Tsutsui prometió una “historia paralela” que llevará a Nariyuki a tener otros finales, probablemente enganchado con otra de las protagonistas femeninas, e invitó a los lectores a seguir la serie “un poquito más”. El que promete ser el primero de varios “mini-arcos” comenzará en la próxima Jump.
Samurai 8: Hachimaru-den #41
Como prometimos más arriba, esta semana bajamos desde la cima de éxito para sumergimos en lo más profundo del “ranking” de la Jump. En el anteúltimo puesto, cómodo en el que ya se ha convertido en su hogar dentro del índice, encontramos a Samurai 8, de Masashi Kishimoto y Akira Ōkubo. Esta es la primera obra de Kishimoto luego del éxito arrollador que fue Naruto, que no solo ocupó el panteón de los “3 grandes” en la WSJ por más de una década, sino que al día de hoy sigue siendo el manganime más reconocible en el lucrativo mercado norteamericano (aunque My Hero Academia se está empeñado en robarle ese título). Esta es probablemente la razón por la cual Shueshia sigue sosteniendo a la serie dentro de la revista a pesar del indiscutible rechazo del público nipón. Por lo menos hasta juntar los suficientes capítulos para poder animar una temporada de 26 episodios de anime.
Volver de un éxito es difícil en cualquier disciplina, y esto es particularmente cierto para el mundo del manga (¿Leyeron/vieron Bakuman, no?). Especialmente de meter una serie insignia en la Jump. Probablemente por eso luego de terminar Dragon Ball, Akira Toriyama pasó al semiretiro y se dedicó a los mangas cortos y a diseñar personajes de videojuegos. En el caso de Kishimoto, el peso de haber sido autor de una máquina de imprimir dinero le permitió de darse el lujo de relegar el trajín del día a día de la serialización semanal (¿Leyeron/vieron Bakuman, no?) al dibujante y exasistente Ōkubo. Ōkubo realiza una muy buena labor, claramente apegándose al estilo desarrollado por Kishimoto sobre el final de Naruto, pero demostrando gran destreza en el intrincado diseño mecánico que demandan los samurái ciborgs imaginados por Kishi. En este sentido, si vamos a repartir culpas, el groso del fardo recae en el escritor, que con adentrado en lo que vendría a ser el quinto tomo sigue sin poder hacer interesante el conflicto, ni nos ha ofrecido ningún personaje a la altura de Rock Lee o Gaara.
Y no es por falta de intento. En este capítulo 41 tenemos el regreso de Nanashi, un personaje que Hachimaru conoció a comienzo de su aventura, hace casi un año ya. Pero resulta claro que falta personalidad y carisma, eso que distinguió a la serie de los ninjas. Y eso que Nanashi supo en su breve introducción ser uno de los personajes mejor logrados, solo detrás de Daruma (cuando es gato, cuando es humano su diseño no podría ser más genérico). Este problema es extensible a todo el elenco. Especialmente se siente esa falta de je ne sais quoi entre los villanos. Ata, el solitario antagonista, es un enemigo monótono y chato, y no hay un atisbo de misterio en su organización. Es decir, en las antípodas del Akatsuki.
Si bien el destino de la serie continúa abierto, el rápido ritmo con el cual se acerca la resolución de los conflictos (en este capítulo ya se descubrió el nombre del planeta donde se ocultaba el Mcguffin final) podría ser señal de que la tibia recepción a Hachimaru y compañía a motivado una salida anticipada del escenario. Veremos qué pasa. En lo personal, me interesaría ver a Ōkubo laburando con otro escritor o con guiones propios. Lo único seguro es que a Kishi no le van a alcanzar dos vidas para gastarse toda la plata de Naruto. Chances de revancha sobra.
Al fondo del índice encontramos a Zipman!!, la gran candidata a ser la próxima serie en despedirse de la revista. Su autor es Yūsaku Shibata, exasistente de Eiichiro Oda y Kōhei Horikoshi, y quien ya había probado una serialización estable en la Jump con la fallida Yoakemono, que duró menos de 6 meses en 2014.
Se puede ver las influencias de Oda y Horikoshi, en el humor y la acción, y particularmente en el tono superheróico que caracteriza a las aventuras de Koshiro y Kaname, quienes juntos forman a Zipman. Aunque si uno debiere señalar la mayor inspiración de Shibata para su manga, difícilmente se encuentre una mejor referencia que el viejo conocido Megaman (Rockman en el original japonés). No solo porque toda la serie tiene un sabor a videojuego de dieciséis bits, sino porque la progresión del personaje (y de la trama) descansa sobre el mecanismo de power-ups que permite al superhéroe incorporar los poderes de sus enemigos derrotados para engrosar su arsenal.
Este capítulo, centrado en la pelea de Zipman contra uno de los cuatro generales del malo final (¿Ya dije que este manga es básicamente un videojuego?) sirve como muestra de la gran capacidad de su artista de representar luchas dinámicas, veloces y con un gran sentido de escala y perspectiva. Las dieciocho páginas del capítulo vuelan gracias a los grandes paneles y más grandes onomatopeyas que nos regala Shibata. Que el enemigo, introducido solo el capítulo anterior, sea aún otro Rey Mono más, quien recordemos es un personaje de la leyenda china Viaje al Oeste y la base de Goku en Dragon Ball, es ejemplo de donde este manga falla. Si bien el shonen es un género que se regodea en los arquetipos y los tropos conocidos, para destacarse en la salvaje lucha del índice de la WSJ es necesario aportar cierta cuota de originalidad. Y aquí, claramente está faltando eso. Por más dramáticas sean las peleas, por más que sintamos cada golpe gracias al trabajo de línea y entintado, sino los personajes y la historia no nos atrapa, todo habrá sido en vano.
Si bien el gran fuerte de Shibata es su dibujo, expresivo y dinámico, capaz de dotar de gran escala y velocidad a las escenas de acción, esto prueba ser insuficiente ante la falta de una historia más inspirada y personajes que se despeguen lo suficiente de los clisés del shonen para adquirir vida propia. A poco más de tres meses de alcanzar el capítulo 27, punto de llegada usual para serialización canceladas, aún nos queda un poco más de las aventuras de Zipman. Disfrutémoslo mientras tanto.
Ahora, el “ranking”. Para sorpresa de nadie, la punta se la queda Kimetsu no Yaiba, seguido por el triunfal retorno de One Piece y Dr. Stone. A mitad de tabla encontramos dos de las series de 2020 que ya ranquean, Undead Unluck de Yoshifumi Tozuka y Mashle de Hajime Kōmoto. En particular, la serie de Tozuka logra un buen puesto, poniéndose por encima de títulos ya establecidos como Jujutsu Kaisen. Más abajo tenemos a Mitama Secu-Ri-ty, que volvió a los últimos puestos con la misma celeridad con la que había subido sorprensivamente la semana pasada. Los últimos tres, como siempre, son Agravity Boys de Atsushi Nakamura, y los aquí reseñados Samurai 8 y ZIPMAN!!!
La semana que viene, el número 16 del año 2020 de la WSJ nos traerá portada de Haikyuu!! en honor a su octavo aniversario, la segunda serie más longeva de la revista después de One Piece, y si no contamos a Hunter X Hiatus. Todas las series tendrán capítulo nuevo, con la obvia excepción de siempre ¡Nos leemos entonces!