Esta semana en Manga Plus en Geeky, echamos un vistazo detrás de la cortina del servicio digital
¡Sorpresa! Otra semana en que la actualización nos sorprende dos días antes de lo que la esperábamos. Este viernes disfrutamos en la app y el sitio web de Manga Plus de los capítulos correspondientes al número 46 de la Weekly Shōnen Jump para el año 2020. La tapa corresponde a One Piece, que hace su retorno triunfal luego de dos semas de ausencia inesperada producto de un problema de salud que sacó a Oda-sensei de su cronograma habitual. El cual de ahora en más deberá respetar a rajatabla si es que aspira a llegar al capítulo 1000 de la serie antes de fin de año, como supo prometer semanas atrás. La portada en sí nos regala una pose badass de Luffy y Yamato.
En los pasados días, el editor de Jump+, Yūta Momiyama, compartió a través de su cuenta de Twitter algo de información acerca del servicio Manga Plus. Particularmente interesante fue un Top 20 países confeccionado a partir de la cantidad de lectores activos durante el mes pasado. El ranking es el siguiente:
- Estados Unidos
- Tailandia
- Indonesia
- México
- Filipinas
- España
- Malasia
- Brasil
- Perú
- Alemania
- Italia
- Argentina
- Chile
- Colombia
- Francia
- India
- Canadá
- Reino Unido
- Vietnam
- Singapur
Que Estados Unidos se encuentre primero no debería extrañar a nadie. No solo por el tamaño de su mercado y la capacidad de gasto de sus consumidores, sino porque allí Shueisha, a través de su brazo occidental Viz, desde hace años viene editando de manera digital a la Jump. Es decir, allí esto no fue tanto una novedad como un cambio de modalidad, que encima hizo gratis de algo por lo que se venía pagando.
Tampoco sorprende el resto del Top 5, que evidencia la potencia de la industria del manga en el sudeste asiático, países por lo demás muy populosos. Si quizás llama la atención lo encumbrado de nuestro compañero latino México, aunque quizás pueda explicarse por la friolera de su población, lejos la más alta entre los países hispanohablantes.
Por otro lado, que los países europeos, y en particular Francia, de tan historiada tradición de lectura de comic y manga, no se encuentren más arriba tiene que ver con que Manga Plus no ofrece aún mangas en francés, alemán o italiano. Pero si en español, por lo que España sube unos cuantos casilleros. Aun así, a Alemania le alcanza solo con los lectores angloparlantes para ponerse encima de muchos países que tienen como lengua materna el español.
Quizás lo que más causó sorpresa en grupos y redes de otakus argentinos haya sido que Perú se ubicara por sobre Argentina, teniendo el país andino poco más de 10 millones menos de habitantes. En la ausencia de más datos, pueden especularse varias hipótesis: una seria que mientras el público lector argentino se vuelca más a la lectura en papel, hecho coadyuvado por existir en el país un mercado pujante con mucha oferta. En la ausencia de tal oferta (solo recientemente desembarco Panini, y lo hizo con precios caros para el bolsillo del lector peruano) Manga Plus se presenta como una gran alternativa.
Otra hipótesis sería que los lectores argentinos continúan prefiriendo leer One Piece y My Hero Academia en sitios de scanlation ilegales, como se viene haciendo desde hace más de 15 años. O, quizás, simplemente hay más “otaku per capita” en Perú que en Argentina. Una teoría que no puede descartarse de plano ante el fervor que saben demostrar los vecinos del norte ante el manganime.
Como siempre, recuerden que el TierList que armé con todas las series presentes en Manga Plus está disponible si lo quieren usar, búsquenlo en Twitter con el #TierListMangaPlus. Además, continuamos con las reseñas de Dragon Ball Color de La Nación e Ivrea, que en esta semana no ha tenido libro en los kioskos.
Chainsaw Man #89: “Go get’em, Chainsaw Man”
Fujimoto-sensei es un maestro del engaño. Desde hace semanas nos tiene mesmerizados en un juego de cambio de atmósfera y tono, como si nos estuviese mareando con copitas de plástico para que no sepamos a ciencia cierta donde se oculta la bolita (y el premio).
Por un lado, nos emociona con la acción al palo de lo que, a todas luces, es el enfrentamiento hacia el cual toda la serie ha venido construyendo: Denji/Chainsaw Man vs. Makima, el diablo del control. Debido a las habilidades que la última posee, la lucha es librada por el pibe motosierra contra todos los enemigos derratodos hasta ahora, como si se tratara de esos molestos antepenúltimos niveles de un J-RPG que nos obligan a volver a hacer todo lo que habíamos hecho para llegar ahí.
Esto significa un rematch con los diablos de las armas, entre los que se cuentan Quanxi y Reze. La pelea es espectacular, como no podría ser de otra manera en la pluma de Fujimoto-sensei, aunque corta. Chainsaw Man los aniquila, cortando a través de ellos como si estuviesen rellenos de algodón.
Por otro lado, entre picos de ultraviolencia, el diablo de la sierra tiene tiempo para ir a por una hamburguesa a un local de comida rápida donde desafortunadamente trabaja Kobeni. Quién, recordemos, fue compañera de Denji bajo el mando de Makima, pero renunció con tino luego de la masacre que resultó la pelea contra Santa Claus.
Como si buscara el contraste más filoso, aquí Fujimoto-sensei cambia de ritmo y nos deleita con comedia de lo más divertida. Piensen en Friends, con risa grabada y todo, pero si al Central Perk entrara en demonio infernal que corta la carne como si fuese manteca.
Descolocados, nosotros los lectores no podíamos sino intentar sacar sentido de lo que leíamos ¿Debemos emocionarnos? ¿Reírnos? ¿Llorar? ¿O todo junto? Mientras tanto, Makima, digna de su reputación, urdía un plan para derrotar al inderrotable héroe del infierno.
Como se revela en estas páginas, al construir a Chainsaw Man como un héroe de los humanos en los medios (vemos en pantalla gente agradeciéndole todas las hazañas que fue desplegando desde el principio de la serie), estos ya no le temen, sino que lo aman. Y recordemos, que los diablos extraen su fuerza del miedo de los seres humanos. Mientras más temor invoquen, más poder poseen. Es decir, Makima ha anulado el poder del pibe motosierra.
Hacia el final del capítulo, vemos a Chainsaw Man (¿movilizado por la humanidad de Denji, quizá?) arrojarse en medio de un ataque y Kobeni. Ya debilitado por la estratagema de Makima, se desploma y desintegra en el piso ¿Es este el final de Denji? Por supuesto que no, y no podemos aguantarnos a saber cómo sigue la cosa.
Con el retorno de los pilares, el índice de la Jump, recupera una fisionomía conocida. One Piece en portada, seguido por el 1-2-3 de Dr. Stone, My Hero Academia y Jujutsu Kaisen. Detrás quedan Black Clover, Chainsaw Man y Mission: Yozakura Family, que viene haciendo buena letra, consolidándose como una sobreviviente de este 2020 de grandes cambios en la revista.
Apenas debajo encontramos a Phantom Seer, la primera de las series de la última cohorte en “rankear”. De digno debut en la mitad de la tabla, será cuestión de tiempo para ver si se sostiene o es solo esa suerte de principiante que suelen tener los títulos nuevos. Por lo demás, una buena respuesta del público podría facilitar que finalmente se comience a traducir al español.
Finalmente, al fondo se consolida la tendencia que notamos la semana pasada, con un Shakunetsu no Nirakanai que se tira de cabeza al último puesto. Arriba la sigue Moriking, que como quienes la lean habran notado parece estar entrando en fase “redondeo y a la bolsa”. El tercer lugar del podio negativo le queda a Ayakashi Triangle, en una rara performance, dándole respiro a unos Agravity Boys que gozan esta semana de páginas a color.
Si bien la serie de Ryuuhei Tamura está lejos de adentrarse en territorio novedoso, es muy entretenida y se ve que tiene mucho espacio para crecer. Esperemos que esta promesa no quede trunca cuando la parca venga a tocar la puerta en la Jump.
El próximo domingo en Manga Plus traerá consigo las novedades del número 47 del 2020 de la Jump, dejándonos a pocas semanas del fin de año. No habrá Hero Academia, que se toma descanso, pero con Jujutsu Kaisen en portada y páginas a color para Chainsaw Man y Ayakashi Triangle. Nos leemos entonces.